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DOMINGOS LITERARIOS DE LA PRENSA LIBRE Frutas Felix Quinoncs.
La Frutera dos por Pa alegre con su carga la Valentina Ostentando a su paso formas bizarras: Terroncito de fresca sal campesina, Con la cara sonriente, y el brazo en jarras.
La colmada banasta va en la cabeza; La muchacha, del valle, desciende al fondo, Y, al subir a las cumbres con ligereza, Se ve hinchado el erecto cuello redondo.
Es la brava frutera de quince eneros, Que en los campos camina con aires reales; Que lacha con los tordos y los jilgueros Defendiendo el dominio de sus frutales.
Cuando de su palacio bajo la gruta Junta el ave las plumas de su abanico, Como un arpón goloso que hunde en la fruta, Va clavando el rosado marfil del pico.
Suena como bandera, tras su regalo, La bandada que viene libre y feliz; la linda frutera, cogiendo el palo, Alza airada su cetro de emperatriz.
Como Sansón el templo, mueve la rama; Cae la lluvia de frutas, como granizos; ella añasca ligera, su rostro en llama, se aparta el cabello que se derrama Inundándole el rostro de negros rizos. recorre la huerta con embeleso, Sudorosa la frente, filgido el ojo; en el ancha banasta, que cruje al peso, Junta la lima verde y el mango rojo.
Allá vá! Tiene el garbo de la manola, es su cuerpo canela que en luz se baña. Quién sabe si hay alguna gota española En la indígena sangre de la montaña. Quizá en la ardiente rosa de estos pensiles Una alegre y chulesca sabia germina; á saber si los Muzas y los Boabdiles Son los regios abuelos de Valentina!
La frutera va hollando la verde alfombra Con el ágil presteza de sus andares; Y, cansada, se acuesta bajo la sombra De un selvático palio, sudando mares.
Una ahogada parece de cara al cielo; Soporose cansancio su cuerpo enerva; Y, cual de otra Virginia, flota su pelo En las ondas olientes de un mar de yerba.
II El Leñador En su carga de leña, y el rejo en mano, Sueña Pedro con rica bolsa repleta; de lejos se escucha por todo el llano El chirrido rapante de su carreta.
Con matona apostura quiebra en la frente El sombrero esterado de burda paja; Va desnudo el velloso pecho potente, el puñal cachicuerno pende en la faja; La carreta su carga mueve y rechina; Del madroño gigante roza los flancos; jadeando sube por la colina Sobre las torrenteras y los barrancos.
Bajo el yugo, al impulso de la subida, Va soplando en el polvo la yunta gorda; la baba, en la lengua medio salida, Cuelga un hilo de plata, que el suelo borda. LA PRENSA LIBREAMOR DE PADRE vestirse Devados tules!
AL POETA, y allá, entre franjas azules, GRITOS DEL CORAZÓN las auroras boreales.
San José de Costa Rica, 29 de Vió nubes de mil colores Yo te he visto, hija mía, delansetiembre de 1900.
rotas poblar el vacío.
te de un espejo, colocando en tus y vió temblando el rocío Sr. Dn. Santiago Argüello hermosos cabellos negros, los úlen el seno de las flores León.
timos prendidos de tu tocado de Nicaragua baile, y he sentido correr por mis Pájaros vió entre azahares cantar entre alegre juego, Distinguido señor mío: ojos, lágrimas de alegría al cony como puente de fuego Sin preámbulo de ninguna es templar tus hechizos.
pintar el iris los mares.
pecie, permítame, ante todo, feli. Ahora te veo prender tu albo Dios al ver palpitar cite Ud. por su libro de versos velo de novia, sembrado de la tantos mundos en tropel, recién publicado y que con el casta flor de naranjos; estás así para contemplarlo ÉI nombre De Tierra Cálida, corre muy bella, y no sé por que las lá.
quiso otro mundo crear.
por el mundo de las letras his grimas que mi orgullo de padre escondiendo el áureo broche pano americanas proclamando me arranca, son en este momendel sol que brota fecundo, los méritos de su autor.
to menos dulces.
hizo meditar al mundo Ud. señor Argüello, debo el Extraño misterio del corazón!
con la calma de la noche.
singular placer de haber recibido Yas alentar con tu cariñosa de por eso el hombre, en pos uno de los primeros tomos llega voción los nobles anhelos de ta de dulce ardiente plegaria, dos esta República y créame joven esposo; alegrar su espírien la noche solitaria que sinceramente agradezco el a tu con tu tierna sonrisa; fun.
dar un hogar santo, donde res ve la grandeza de Dios.
tento envío que de él me hizo.
Triunfante ha pasado Ud. has plandezca la virtud y el trabajo.
ANTONIO GRILO.
ta hoy por el terreno de la críti Vas fundir ta nombre, sin taca, lo que yo celebro con jubilo, cha, en otro igualmente digno.
pues que las coronas conquistaY entonces ¿por qué esas láNOTAS DE AMOR un centroamericano, grimas?
constituyen un timbre de orgu. Ay, bija mía del alma. La feHay un dolor, una pesadumbre llo muy legítimo para los que licidad tiene también sus cruel más bien, sin nombre, no clasifihabitamos estas regiones belico dades!
cada; no la curan drogas; no la sas de las cinco diminutas nacio Ella te arranca de mi lado, ella conocen médicos.
nalidades.
me roba tu calor, ella te quita mi Sin embargo, este siniestro mal Poseido del mayor convenci nombre.
no es cosa más peregrina que la miento, yo me atrevo firmar Cuando en tu adorable frente extraña flor de Alemania, encanque el tomo De Tierra Cálida, estampe yo mi tierno beso, aparto y desesperacion de uua pobre que leo y relco con gusto, le tando los azahares de tu diade loca, en el gentil poema de Sully traerá abundantes laureles, de ma de desposada, ya te llamarás Prudhomme. Es mal del tiempo ese verdor que perdura y que ha de otro modo; cuando la mano por el cual florecen las rosas del ce que sus poseedores entren en de los amigos estrechen la mía alma; este mal se padece cuando el gremio de los escogidos por temblorosa, en son de felicitación canta la primavera en el cora.
la madre naturaleza, tan parca por la dicha, mi corazón estará zón. Un día nos sorprende; nos siempre en repartir sus dones. llorando la despedida y el cielo invade, nos hace su presa; somos Las poesías más hermosas de su habrá puesto en el tuyo el seyo suyos. Cómo. lo ignoramos.
libro son para mi aquellas en de la de la independencia. En el seno de cuál hermosa luque Ud. canta y describe la na. Vamos, hija, la naturaleza, lacía la flor cuyo aroma nos enloturaleza de su patriat son éstas ley del hombre, la ley de Dios, el quece? veces no hemos visto verdaderos cuadros nacionales instinto de tu amor, me anulan la hermosura; no hemos respi.
en donde ve uno la vida de un el derecho que sobre tí tenia. rado la rosa. Empero, amamos.
pueblo a través de las estrofas de Vamos, yo te pondré al pie del El río fluye, la linfa cristalina cogalanos timbres y arrebatado altar para que Dios bendiga mi pia los primeros ojos que se inras armonías.
despojo.
clinan sobre la corriente; en las Sólo un defecto he notado en Yo te acercaré el pecho que te márgenes hay uno como floreciese lujoso tomo, y es que la par ha ganado y te daré los brazos miento mágico y se pone cande las opiniones que con respecto que me han de reemplazar para tar el ave azul de la ilusión el canto perfumado y turbador de su persona han emitido doña guiarte en la vida.
Soledad de Samper, Bolet PeraY pelearan en mí estos dos sen la juventud.
timientos que me agitan: el dolor Amor llena las almas como lleza, Max. Nordau, Ricardo Pal.
na los aires la música de un himIma, Luis Berisso, Isaías Gamboa, y la alegría.
Sonreiré viéndote dichosa, y llo no; en vuelve los corazones coVicente Acosta y otros, haya coraré viéndome sin ti.
locado la mia, que si algún méri.
mo envuelve al ídolo la fragante to tiene es el de ser de un princi desprenderse de mí una rama.
Arbol viejo ya, siento dolor al nube de incienso; asciende hasta lo íntimo de los séres como a Ropiante admirador de lo bello.
La naturaleza reclama sus de meo hasta el regazo tibio de JuComo en el arte, señor Argüe rechos y el corazón defiende los lieta; corona la juventud como el llo, no cabe el egoísmo, y como suyos.
ténue hilo de cielo las blancas cuando uno experimenta esas Vé hija mía, renúnciame. sienes de las Madonas, en los hermosas sensaciones que lo beHágate feliz tu digno elegido, y grandes lienzos místicos.
llo le produce, desea que todos mi alma se elevará agradecida al Existe algo más doloroso que participen de ellas, he aquí el mo Creador que hizo esta ley cruel y el amor, que el culto de un sér: tivo por qué reproduzco en este bendita, de que los padres entre la pasión de fantasma. El número literario una de las más guen a sus hijos.
alma rebosa de una amargura hermosas composiciones de su odesconocida; callamos; para nosbra, que es el mejor elogio que BOLET PERAZA.
otros no cantan los pájaros; ni de Ud. puede hacer ríen en copa de cristal los licores; su servidor atento.
LA NOCHE ni sellozan los pianos; ni cuchiLEONIDAS BRICEÑO.
chean las brisas; ni se mueren las Allá en su alcázar brillante, ondas; ni aroman los rosales.
del espacio en lo profundo, Sin embargo, en nuestros coraNINAS FLORES vió Dios palpitar el mundo zones hay dulzura; lo que nos fal.
ta és el esparcimiento; un trino Vi6 romperse cristalinas nos conmovería; una gota de del mar las ondas desiertas, brandy. bastaba encender en Las flores que los bailes y vio de flores cubiertas nuestras almas mil luces de colollevan las niñas; las frentes de las colinas. res; la música vestiría de azul, aun cuando entren lozanas Vió sobre las ondas puras nuestros ojos, el éter de cielos salen marchitas.
rodar el viento sonoro, imposibles; las brisas y las on Que allí las flores y en cataratas de oro das, para nuestro regalo, menti.
bordar el sol las alturas.
su puro aroma pierden rían lejanas leyendas de amores; Miró tras la cumbre brava sus colores.
el aroma sería el ensueño, el enque azotan los huracanes, sueño es la inspiración.
retoreerse los volcanes Somos la juventud, somos la Lo mismo que las flores entre torrentes de lava.
poesía; la poesía, el perfume del Vib. roto el cauce del río son muchas niñas, Ideal; la juventud, ánfora llena que entre rocas se derrumba; de amor.
la atmósfera del baile lo vio morir en la tumba Amamos. Qué ¿A quién? No las contamina.
del mar que canta bravío. sabemos. El Arte, el Ideal. qué Pierden sa esencia, Vió los torrentes de plata llena nuestras almas. que es el caro perfume copiar sonoros el cielo, Vaciamos nuestras pesadu mde su inocencia.
y desde la nube al suelo bres, nuestros entusiasmos, nueshundirse la catarata.
tras pasiones en la turquesa de BALBINO SERRANO. Vio los montes virginales una estrofa, y somos felices. Pe bajo su planta gigante. com tales en Frutas la sombra de un árbol, Pedro se para, Ante el sueño tranquilo de la frutera, Por mirar el hechizo de aquella cara Que es la rosa más linda de la pradera.
La banasta, a la vera de la doncella; La olorosa banasta que en luz se dora; atrevida paloma se posa en ella, Porque se halla durmiendo la guardadora.
De su pico es la pulpa sabroso estuche; Han las frutas para ella formas gallardas; en su grata pitanza, se le hincha el buehe Dentro de su gorguera de plumas pardas.
Pedro ve a la durmiente. La sangre fluye En las venas del mozo, que siente ardores.
Ve la hinchada cadera que en curvas huye Medio hundida en su alfombra de yerba y flores.
Ella, como guirnalda, su brazo encorva; Echa sangre la fresa de su mejilla; Baju ci brial recogido se ve la corva, cual pecho de garza, la pantorrilla.
Vese en su labio el alba de una sonrisa; Palpitando, el tornado cuello moreno; si el aire alza el lienzo de la camisa, Como una ave con frío, temblando el seno. el leñador se queda con ceño grave Ante el festín agreste de frutas rico; de envidia se muere, viendo que el ave En la pulpa rosada se mancha el pico.
SANTIAGO ARGÜELLO ESQUINA DE LA 59 AVENIDA LA CALLE 18.
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