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LA PRENSA LIBREmente: LECTURA PARA EL DOMINGO sativa su paseo por las avenidas Si alguna vez los Estados dar órdenes para la reunión de del parque. Un pajarillo inquieto, Unidos ha tenido frente fren uua potente fuerza naval en que volaba de rama en rama, este una situación peligrosa, es aguas colombianas. El momenAcuarelas curriéndose las alas, pasó muy ahora que puede sobrevenir una to no es de sentimentalismo, es cerca de ella y le salpicó el rostro En el Magdalena con malicia, como por pura bro guerra con una potencia Euro de acción y pronta acción. No ma. la orquesta, bajo el Kios pea, por la actitud que adopte es cuestión de escoger la mejor ko, preludiaba gemidora, melo respecto al conflicto colombia. de las dos rutas de canal que diosa y dulce, con todas sus hon no venezolano. Si este conflic. tiene frente si los Estados Las ondas turbias corren con murmurar sombrío, das y misteriosas tristezas, la se to ha de limitarse los actuales nidos, sino una que envuelve su En las orillas crecen las palmas de la tagua, renata de Schubert.
combatientes, los Estados Uni. absoluta supremacía sobre el La brisa roba aromas al mango y la jagua, Ella volvió los ojos claros y dos podrían dedicarse mirarlo continente americano.
Por lo sube azul, en copos, el humo del bohío.
azules aquel cielo gris, y, dejando benévolamente sólo caer el clavel que languidecía en Esfúmase lo lejos un pobre caserío marquer tanto se hace necesario proceder sus labios, murmuró impulsiva les coups. Tan deseable limi para probar a Europa que los Que se retrata apenas en el cristal del agua, tación es apenas posible. Exis Estados Unidos considera la el boga rema y canta feliz en la piragua Schubert con su doliente serenata ten demasiados vastos impor. Doctrina de Monroe como algo Que suave se desliza sobre el revuelto río. el pálido Musset con su Lucía.
tantes intereses extranjeros ex merecedor de pelear y morir, si Bajo las verdes hojas se aduermen las orugas, Luego, al través del follaje abri puestos y demasiados designios fuere necesario; que la estima sus retiros huyen caimanes y tortugas, llantado por la lluvia, allá, un secretos para ser empleados con como principio vital de su exisY los lagartos buscan abrigo entre la zarza.
poco lejos, bajo la sombra de un motivo de la querella, de un la tencia nacional y se encuentra El sol se hunde lo lejos El agua ya no brilla, naranjo en flor, volvió verle a él, allá sobre las ceibas de la distante orilla, pero en esta vez no ya sonriente, do del otro, y los Estados listo para proteger los intereses bullicioso y alegre: estaba solo, Unidos no están preparados pa extranjeros contra las revoluSus níveas alas pliega la silenciosa garza.
se había sentado en un banco hú ra una contraria intervención ciones intestinas; que basado en medo y estaba en actitud soña europea. Tal intervención in esa doctrina está preparado pa.
En el Caribe dora, reflejando en el semblante faliblemente arrojaría los Es ra defender los intereses doII todas sus interiores catástrofes.
Tal vez alguna lágrima resbalatados Unidos en la penosa lu mésticos de cualquiera interven.
El sol se hundió lo lejos con sus cambiantes ricos, ba por sus mejillas. Ella, vió en cha, y ella constituiría un reto alción extraña; que por el moVa huyendo de las sombras el cormorán cobarde, tonces al poeta, al autor de aque pueblo americano para cumplir mento deben olvidarse todas las De sus hirvientes olas el mar haciendo alarde llos versos sentimentales y tier la Doctrina de Monroe. ha diferencias menores.
Vuelve las duras piedras del arrecife añicos.
nos que conservaba en la memo bría que aceptar el reto si los Los Estados Unidos deben ria.
Los cocoteros alzan sus raros abanicos Estados Unidos no desean que ponerse del lado de Colombia. en aquella tarde triste, gris, Sobre el obscuro fondo del cielo de la tarde; de esas que hacen sufrir al alma esa Doctrina sea relegada al ol. El primer paso imperativo del La estrella vespertina con sus misterios arde, el peso de todos sus recónditos vido como declaración política y Gobierno de Washington debeY de la sierra, negros, destácanse los picos.
pesares y de sus íntimas nostal mero instrumento académico, de ría ser, consecuentemente, desEs hora en que el cangrejo la tierra gris taladra, gias, ella, la rubia, la delicada, la ningún valor político. La úui pachar con toda prisa la mayor En que el mastín inquieto desde la orilla ladra sensible, la histérica, después de ca intervención que en realidad fuerza naval disponible para el citas misteriosas se dan los caracoles.
la espontánea repulsión inexpli pueden permitir los Estados Mar de las Caribes. Ya los Allá en el horizonte despliega blanca vela templo primero can lástima, desnidos, si es para mantener su su periódicos patrioteros ingleses y hacia lejanas playas, como gaviota vuela pués con pesadumbre y luego con premacía sobre el continente franceses acusan los Estados La nave silenciosa que enciende sus faroles.
esa infinita ternura, con ese in americano, es la que emane de Unidos de tener designios sobre menso amor sublime, que nace al los Estados Unidos mismo. Si las dos repúblicas en choque.
ERNESTO PALACIO choque de la duda, y que no pueel Gobierno de Washington es. Esto no es cierto, pero nosotros de ser interpetable ni interpreta: tá animado por una verdadera no podemos sancionar interven sidad que el temperamento les codo, como todo lo que hay de munica.
grande y de sublime en los miste política de Estado y un espírición de parte de nna potencia rios del corazón, tu de sincero patriotismo para europea, y el mundo entero mi(A ELLA)
Ella, la rubia, la soñadora, la histérica, la que había leído siem. la orquesta, bajo el Kiosko, centrarrestar cualquiera posibi raría la concentración del poder Se vieron la primera vez en el pre sus versos con entusiasmo, preludiaba gemidora, melodiosa lidad de complicaciones inter naval de los Estados Unidos y dulce, con todas sus hondas y nacionales con Alemania e In en las aguas centroamericanas parque, en una tarte, después de sintió el rudo choque de una imle contempló por un momento y misteriosas tristezas, la serenata un día lluvioso, triste, gris, de esas de Schubert.
glaterra, puede hacerlo así arro como significativo de hands off.
tardes que hacen sufrir al alma el prevista realidad. No! aquel homjando todo el peso de su auto.
peso de todos sus recónditos pesa. do. Con su risa estrepitosa y bre no era el que ella había soñaHasta aquí el Herald.
Al otro día leyó ella otros ver ridad en el platillo de la ley y res y de sus íntimas nostalgias. burlona, sus ademanes y qué sé sos del poeta, y mientras dos lá el orden, y comenzando por po¿Qué dirá de esto el resAllá, entre los rosales cargados de botones y de flores, que las gotas yo cuántos detalles más de esos grimas silenciosas y ardientes ro ner fin la anarquía reinanto de la América latina?
de agua hacían temblar sobre los que no escapan las almas adi daban por sus mejillas de virgen, te ahora en el territorio sobre el a Quién faculta Estados vinadoras y sensibles de las mu su corazón entreveia un nuevo cual reclama jurisdicción moral. Unidos para proclamar una las mariposas, y de los árboles jeres espirituales en quienes pre borizonte hagin oso erande, des No puede haber vacilación res especie de protectorado, funque vive y palpita y se extremece un más allá vago incoloro, a ella. el periódico cayó de pecto cuál de las dos partes dándose en la doctrina Monen choque tiene mayor derecho las caricias de la nueva esta quella rubia tentadora de ojos sus manos hecho pedazos.
roe, sobre los demás pueal apoyo moral, después de la blos soberanos del continenERNESTO PALACIO ción. la orquesta, bajo el Kios claros y azules, vio en el raro ko, echaba al viento las bullicio mancebo que tenía delante, no lo muestra de su desprecio por la San José, Agosto de 1901.
te?
sas y alegres notas de un vals que había soñado de él, sino la cortesía iifternacional, comprenazul de Waldteufel. Ella vesencarnación de cuanto repulsivo dida en su escandaloso trata encontuaba en los demás homtía traje gris. Caminaba con elebres.
miento para con Loomis, y des He aquí lo que sobre el gancia encantadora, y por entre En su interior se dijo que él no pués de exhibir su completo editorial del Herald dice el las hojas brillaba el penacho desconocimiento de la común blanco de su gracioso sombrero, era el poeta, el autor de aquellos gran diario bonaerense, La mientras su diminuto pie, calza versos sentimentales y tiernos LA DOCTRINA MONROE equidad por el opresivo trato Prensa: los ciudadanos americanos.
do en elegante zapato de charol, que conservaba en la memoria.
hacía crujir el húmedo cascajo de la orquesta, bajo el Kiosko, El peligro de América Venezuela aparentemente ha BUENOS AIRES, de agosla avenida. Jugaba distraída echaba al viento las bulliciosas y es Norte América puesto en planta un proyecto to. La Prensa, de esta ciu con la negra sombrilla y mordía el alegres notas de un vals de Waldteufel.
de atrás acariciado por el cual dad, en sus comentarios al e.
tallo un clavel que parecía lanReproducimos, por Ella, la delicada, la sensible, la se trata de efectuar la incorpo ditorial del New York Heguidecer entre sus labios. Para qué hacer su retrato? Eila, la histérica, se quedó pensativa y se mento sin ningún comenta ración de territorio colombiano rald respecto al conflicto colom.
rubia, la delicada, la sensible, la deturo al pie de una maceta de rio, el siguiente editorial del al dominio de Venezuela; desde biano venezolono y la actitud histérica, no debe, no puede ser lirios que se agobiaba voluptosa New York Herald, escrito luego los revolucionarios colom de los Estados Unidos en vista etratada. Tal vez sería una pro mente bajo el peso de las gotas fanación. El reía como un loco de agua. El clavel languidecía con motivo de la deplorable bianos han venido siendo meros de la posibilidad de una interen medio de sus amigos, allá le en sus labios. Jugaba distraí situación creada entre Co instrumentos de los intrigantes vención europea, dice que Sur venezolanos.
jos, tras los rosales cargados de da con la negra sombrilla, y el lombia Escasamente hay América no puede sino aplaudir Venezuela.
y botones y de flores, que las gotas penacho blanco de su gracioso lugar para discutir considerar la resolución de los Estados ULéase y medítese, que indudablemente influenciaría nidos de no admitir una ingede agua hacían temblar sobre los sombrero temblaba las caricias ateridos tallos. la orquesta del viento.
bien vale la pena reflexio a Europa decidiendo cuál de los rencia europea en los países echaba al viento las bulliciosas y nar seriamente acerca de los dos Estados es más merecedor suramericanos; pero no admite alegres notas de un vals de WaldEn aquella tarde, después de peligros que envuelve la so do apoyo, activo y moral, y es la intervención americana en fateufel.
un día lluvioso, triste, gris, de fística y malhadada doctri para fustrar cualquiera proyec. ror de uno otro de los belige.
Al verle por vez primera, al sa esas tardes que hacen sufrir tada intervención de raison rantes invocando la Doctrina de ber quién era, sintió repulsión por al alma el peso de todos sus re na Monroe.
los Estados Unidos Monroe y el derecho de su juel; una de esas repulsiones inex conditos pesares y de sus íntimas Dice el Herald, con fe deben proceder con franqueza risdicción moral sobre el contiplicables y sombrías que por lo nostalgias, ella, la rubia, la delicaespontaneas tienen toda la inten da, la soñadora, continuaba pencha de agosto: en favor del General Albán ylnente americano. La América Sugestiones Véase esto el mod etre que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.