Guardar

LA PRENSA LIBRELECTURA PARA EL DOMINGO Ocaso y Noche Sangriento el sol corona la alta noche, mustio, al despedirse de la tierra, Se amortaja con sábanas de lumbre expira como un dios tras de la sierra.
La tarde entorna los cansados ojos, al sucumbir, doliente y abrasada, Cual sobre inmensos almohadones rojos, La cabeza reclina destrenzada. entonces Dios, enamorado de ella Desde su trono azul lleno de galas, Al verla triste, moribunda y bella, Poco a poco la cubre con sus alas. del silencio ante el solemne halago, La alba luna, esa anémica sublime, Que finge amor al soñoliento lago, Llega y un beso la expirante imprime.
Oyense preces en ignotas aras; al fin, envuelta en sus obscuros velos, La inmensa negra de pupilas claras Penetra en el alcázar de los cielos.
Llena al punto el espacio de crespones, Hace vibrar el arpa del mutismo, comienza a llorar exhalaciones Como gotas de fuego en el abismo.
La flor cierra los labios;calla el mundo; En luz se rompe en lo infinito el astro; del negro horizonte en lo profundo Sube la niebla en olas de alabastro.
Surge Morfeo, el dios ébrio de opio Que al pardo buho del osario alegra el astrónomo apunta el telescopio las pupilas de la inmensa negra.
En tanto del vacío en la negrura, Como lagos de pétalos de rosas Frescas y blancas, en la eterna altura Se ven palidecer las nebulosas.
Transpira el bosque aromas embriagantes aduerme los monótonos ruidos De sus hojas, temiendo por instantes Que despierten las aves en sus pidos.
Duerme la virgen en su blanco lecho sueña con las flores y las nubes, Mientras le rozan el ebúrneo pecho Con sus abiertas alas los querubes.
Duerme el niño y suspira blandamente sueña con el seno que le aguarda, Mientras le arrulla con amor ferviente Quedo, muy quedo el ángel de la guarda.
El criminal no duerme: su conciencia No deja que sus párpados se unan; De la noche le espanta la presencia, El silencio y la sombra le importunan.
El amante está en vela, pero sueña Sueña con los encantos de su amada, Cierra los ojos y la ve risueña Con la cabeza hundida en su almohada.
El fuego fütuo, sol de los osarios, Brota de los sepulcros entreabiertos, agitando sus fúnebres sudarios Hablan solas los helados muertos.
Sólo del mar el poderoso grito Se oye vibrar en tan solemne calma; Canta el poeta, explora el infinito, al infinito se remonta el alma.
La luna, en tanto, entre ignorados mundos Del monte baña con su luz los flancos, parecen sus rayos moribundos Hebras sutiles de cabellos blancos. al fin sucumbe desolada y triste Mostrando su letal abatimiento, son las nubes con que al fin se viste, Rotas mortajas que amontona el vient De súbito la noche entristecida Siente que alguien la acosa, y asusta Corre, corre temiendo por su vida, Corre perderse en la insondable as Surge la aurora en horizontes br da. a la noche, colérica, amenaza:. os, Luego empuña sus dagas de de la hiere y después. la desper los Salta la luz con explosión ardi aza! al mundo rueda en argentada ante Mientras en pie, sobre el lejano Huvia, Canta victoria la gigante rubis riente, JULIO ORES Sunt lacrimæ rerum. La vida! Ni eso quedó los minum. Omnia gemuimus, soe.
chinos desventurados que no hu pe flevimus, vix consolatis sumus, as olas de la barbarie se re yeron la aproximación de la pudieron esclamar los chinos, co.
tiran lentamente.
barbarie Occidental.
mo San Agustín ante la desolaLa marea del Crimen baja, El espectáculo que el mundo ción del Africa, desvastada por dejando la desolación y el espan romano presentaba después de los vándalos.
to sobre la playa silenciosa, que las excursiones de los bárbaros, Un pueblo sorprendido, asesi.
cubrió con su ola roja. cuando los godos extendían la nado como un rebaño, sin decla Las ordas adventicias del pilla desolación sobre la tierra, sa rarle la guerra, sin dejarlo comje vuelven la espalda la conqueaban el Ponto Euxino, caían batir. Hé ahí la infame epopequista imposible, y huyen. sobre el Asia Menor, y reducían ya, la lúgubre odiséa, que hará Los bárbaros tornan sus hoá ceniza la tercera Grecia; cuan enrojecer los hombres y la Histo gares.
do los alanos destruían en pocos ria, cuando esta hora de locura, Y, la China sangrienta, despe días cuarenta y cinco ciudades, este vértigo de horror haya padazada, mira desde la altura de empujando ante ellos como un sado.
su cruz, los pretorianos occiden rebaño, senadores y matronas, Y, ya vuelven los bárbaros, tales que se alejan, cargados con amos y esclavos, mujeres y ni. vencidos.
el botín de sus despojos. ños; cuando los hunos sembra. Vuelven de la conquista?
La Europa se retira de China, ban la muerte en aquellos cam Nó, porque nada han podido y se retira deshonrada y vencida. pos en que Silviano vió las ciuda conquistar. Deshonrada por sus propios des llenas de cadáveres, y pája. Vuelven de la victoria? No, crímenes. Vencida por la inercia ros y perros de presa ahitándose porque no han sabido combatir hostil de sus contrarios!
de carne infecta, como únicos ha Vuelven del asesinato y del esEn pós de estas hordas ébrias bitantes de esa tierra; cuando tupro, del incendio y del pillaje.
y rapaces que vuelven Occiden los thuringios cometían aquellas Hurra, los bárbaros que te, las águilas augustales de la crueldades desconocidas, Theo vuelven. gloria, no trazan las curvas ma dorico. hijo de Khlowigh, recor. Hurra la Civilización que jestuosas de su vuelo. Nubes de daba ochenta años después, para pasa con el César teutón la ca.
cuervos las preceden y las siguen. excitar los francos a la venganza; beza. Pájaros agoreros de la Muer. cuando Atila, el martillo de Dios. Hurrah. te hacen compañía la legión puso el sello de la muerte sobre merodeadora que huye!
la vida de la tierra, el horror, la Y, el mundo estupefacto nada ¡Y van sobre las ruinas y el ho barbarie, el crimen, no llegaron dice.
rror los tristes legionarios del al extremo de fria y terrible fe Se apaga apenas en el espacio Extrago!
rocidad, que las hordas germa el gemido de doscientos mil chiNi un rayo de gloria ilumina la nas desplegaron en esta horrible nos asesinados; se asienta en el marcha de aquellos bárbaros fu. expedición China.
desierto el polvo de tantas hor nambulescos.
Así, con una desolación trági. das en marcha; caen las últimas Sonámbulos de un sueño trá ca, como aquella que después de piedras de tántos templos en ruigico, empujados por manos su la derrota de Valente, se extendió nas; se extinguen los últimos fu lperiores, en la tormenta vertigi desde los muros de Constantino gores de las ciudades en llamas; nosa del momento, se retiran en pla hasta los Alpes Julianos, vuelven los huesos dispersos la bruma, roto el arco de Atela, cuando las dos Thraseas ofrecían los sepulcros abiertos, y pasa y irresponsables y malditos, dejan desde lejos el espectáculo de una se aleja y muere el huracán de la do en pos de sí un hormiguea soledad verde blanqueada de osa barbarie.
miento lívido de espectros, un lu mentas, así ha quedado la China, Y, el mundo calla. gubre estancamiento de sombras. al retirarse de sus playas el siniCiegos ejecutores de un desig estro aluvión de la barbarie. Sobre la tierra cae la sombra, nio criminal, poseídos de un exLas ciudades fueron desvasta sobre la tierra cae la Noche. traño furor de destrucción, cum das, los hombres degollados, el Nuit ombre nuit tragique o nuit pliendo la consigna estólida de suelo se cubrió de cadáveres y desespere.
un imperial demente, abordando ruinas.
En el horizonte bermejo, en los de todos lados las riveras del o En la intemperie de todos los ponientes cárdenos de todas esas probio, sembrando la desolación derechos, no quedó los grandes glorias sanguinarias, mueren los y la tristeza, pasaron como lle patriotas chinos, libertad sino ideales con el trágico gesto del vados por un viento de tempes para escoger el género de su muer martirio.
tad, esos conscriptos de la Muer te: el suicidio el cadalso.
Y, fingen en su muerte doloro te, sin valor, sin virtud, sin ge Y, la Europa insaciable pedía sa, crepúsculos de dioses y de sonio y sin grandeza.
cada ejecución el sacrificio de les.
Tódo les há sido propicie: la nuevos mártires.
Y, el mundo entra en la noche bajeza de los hombres, la tristeza De un mar al otro, la mano sa como en su imperio.
de la época, la complicidad de crílega de hárbaros paseó el La. hra en su conquista.
los acontecimientos. los Tódo, menus la Gloria y el J10, ardió las ciu 110 campos, y barrió como El Atila teutón, o gua roja las costas del Oceano o fé brasile. Jo aquella invasión de ordenó riental.
dicando la ley del alvaje, y pre su paso, se prostituyeron los El papel nte que el culpueblo candid talion, ante su hogares, se derrumbaron los tem tivo del café ce en la vida, ecohordas dest y cruel, envió sus plos, los sacerdotes y los pueblos nómica del Brasil, consta muy actoras al asesinato perecieron por el hierro por el claramente de una comparación y cr aje, las vé regresar hoy, fuego, los muertos mismos se de la cifra de exportación de café col e su bandera muy altamente vieron profanados, y las tumbas con la cifra de exportación total ocada, porque ondéa sobre un sagradas sintieron las manos de de los dos puérı principales de inas de cadáveres en putrefac la invasión penetrar en sus entra aquél país, Río de Janeiro y de Santos. Según un relato del ión, sobre muros en llamas, so ñas.
Consulado imperial de Alema bre un estercolero en fermento. Sobre los fragmentos de los nia en Río de Janiero, nada me.
Y, taciturno, y demente como templos, sobre las piedras de los nos de 443. 648, 815 Milreis, Genserico, este extraño destruc altares, sobre los sepulcros abier 17. 499, 534 del comercio extetor de pueblos, que no afronta la tos, la desvastación extendió su rior total de estos dos puertos muerte pero la decreta, vé indife imperio.
que para 1900 fué estimado rente el regreso de sus turbas ven Los desgraciados que escapa en 473. 786, 219 Milreis, sean cidas, y su ojo lúgubre sueña, ban al desastre de las ciudades 18, 601, 129. tocaron la exebrio de obscuridad, en el seno eran perseguidos y degollados en portación de café, de manera que tenebroso de la insania.
para los demás artículos de ex.
Cuando Alarico, sitió por terce. Tódo fué arrasado, todo des portación queda un importe de ra vez Roma, se conformó con truido, y los bárbaros llevaron solo 30. 139, 404 Milreis sean 101, 595. Añadiéndose la exexigir tódo el dinero, todos los la peste las ciudades sitiadas, muebles de valor, tódos los la para dar al viento la misión de Victoria, la exportación total portación de café vía Bahía y vos de origen bárbar llevar la muerte los muros que café en el año pasado ascendió clamaron los envlat ellos no osaban tomar. 071, 791 sacos de 60 kg.
do. qué quedará, pues, los Horrenda nobis nuntiata sunt: De ellos 2, 894, 283 sacos se emmanos? La vida, respondió strages facta incendia, rapinæ barcaron en el puerto de Río Ja bárbaro impasible.
interfectiones, excruciationes ho neiro, 861, 076 sacos en el puer TUS incend nor.
y al oilla los campos.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    FranceInvasion
    Notas

    Este documento no posee notas.