p. 4

Guardar

LL DI CRAND PRIX En la Exposicion Universal DE PARIS 1889.
CALDERAS INEXPLOSIBLES.
Adjdicado la Compañía Babcock y Wilcox por sus Hay más de 350 calderas con un total de 64, 450 cabalos de fuerza instaladas en la Isla, 600, 000 Caballos de fuerza en actual servicio.
100, 000 Caballos do Nerz: en industrias ax:03:33 Ca.
122 01 לי לל Tenemos el lionor de poner en conocimiento del público, que deseosos de Desde Agosto de 1879, hasta Julio de 1891, se han vendido en Cnba 166 calcorresponder a la confianza con que nos han favorecido los inteligentes hacen doras de 14 15000 caballos de fuerza, 59 hornos de patente COOK para dados industriales de la Isla, hemos introducido en nuestras CALDER IS qnemur Bagizo Ferde.
algunas inejoras especiales para su aplicación la industria azucarera.
Referuncia para las calleras Babcock Wilcox en Centro Ainéric.
Después de haber obtenido la más alta distinción en la EXPOSICIÓN ITCalderas caballos de NIVERSAL de PARIS el GRAND PRIX y el veredicto de la opinión públinúmeros fuerza.
Es innecesario detallar las ventajas que tienen sobre todas las construíd. Luz Eléctrica (Sta. Ana) San Salvador. 210 hasta el día; los señores hacendados industriales que nos han fovorecido con Fábrica Nal. de Licores. San José) Cost Rica sus órdenes, después de años de prueba han repetido sus pedidos en la seguri Ingenio Prtoria (Grecia)
dad de que ningún otro fabricante puede presentar una lista de órdenes de la Cía. River Plate (Jiménez) 81 importancia de la puestra, Ingenio El Siti (Juan Viñas)
51 También uuestrú APARATO sistema COOK para quemar Bagaso Yer. Hacienda de café (Ocos) Guatemala.
25 de lia venido rivalizar en celebridad con las calderas, siendo su superioridad Muelle de Champerico 20 réconocida hasta por nuestros competidores, como lo prueba el hecho de que, En diferentes industrias 113 pesar de tener todos los puntos importantes protegidos por Patentes y siendo También Representante y Agente de Robert Deely Cia. para sus Vála ley muy severa con los usurpadores de ellas, se están ofreciendo los senio qninas de elavorar azúcar: trapichies, aparatos de doble y triple efecto, tacnos al 1945 Hacendados como originales, diversos modelos de hornos que sólo son una vacída, centrífugas, mescladoras, filtros, prensas, defecadoras, evapor. doras, etc. mala copia de los nuestr us, suprimiendo algún punto importante para disminuir De Guild Garrison, bombas de todas clases; para planos, especificacio1 precio y aplicándolos calderas que no pueden aplicarse sin peligro: nes precios, pirigirse San José, Costa Rica.
CALDERAS BABCOCK WIECOR. Instaladas en la Isla de Cuba.
92 27 1 3 etc. Chamberlain barón de Feroe. Puiso el suyo al pie, después atravesó los billares, donde el mozo que apunta esperaba melancólicamente que alguno de los señores tubiese el capricho de jugar una partida, y pasó por otros muchos salones grandes y desahogados, amueblados con todos los recursos de la comodidad moderna, conservados una temperatura igual por un poderoso calorífero, cosa que no. impedía el que grandes Lacos de leña se deshiciesen en brasas sobre los monumenvales morillos de las grandes chimeneas. Apenas babía cuatro o cinco socios del círculo que, entregados al ocio en lòs divades, o de codos sobre la mesa de lectura, récorrían distraídos los periódicos y las revistas puestos en fila metódica y ordenada, constanteinente turbada y restablecida.
Dos o tres despachaban su correspon pencia amorosa de eegocios escrita sobre papel del casino.
Se acercaba la hora de comer y los comensales charlaban entre sí, esperando que el jefe del comedor dijese que la sopa estaba servida. Guy empezó temer que el barón de Feroe no iría, pero cuando entraba en el cóniedor llegó y tomó asiento al lado de Malívert. La comida, servida con mucho lujo de cristalería, de plata y demás accesorios, era bastante delicada, y cada uno la rociaba su manera; éste con vino de Burdeos, aquél con Champagne, el de más alláí con cerveza, de acuerdo con el capricho o la costumbre. Algunos, de gasto bastante inglés, pedían un vaso de sherry de oporto, que grandes lacayos de calzón corto traían ceremovicsamédte eu platos labrados con la cifra del casino: da uno seguía su capricho sin cuidarse del vecino, porque en el círculo todo el mundo está en su casa: Centra su costumbie, Guy comía medianamente. La mitad de lo que le servían sé quedaba en el plato, y la botella de Chateau margaux que tenia delante se vaciaba muy lentamente.
despedi: se. La señora de Imbercourt, a quien estrechó la mano a la inglesa le dirigió vina inirada, que quería decir. Quedaos; tan francamente coino paéde decirlo ana mujer de sociedarl. Aquella mirada siguió: oblicuamente Malivert basta la puerta, con tal acompañamiento de isteza que le hubiése conmovido segurament: poderla ver; pero su atención le preocupaba la fisonomía imperiosainente tranquila del sueco, que parecía decir: No es porgáis nue.
vamente a un peligro de el que os acabo de salvar.
Cuando estuvo en la calle pensó con cierto espanto en la ådvertencia sobrenatural que había iecibido antes de entrar en casa de la señara de Imbercourt, y en la visita de Feroe, que coincidía de una manera extraña con su desobediencia al misterioso aviso. Parecía como que los poderes ocultes. cuya presencia sentía vagamente a su alrededor, le habían enviado al barón para soștererle. Guy de Maliyer, sia sel sistemadticamente incrédulo ni excéptico, carecía de la fe dócil y no se le había visto nunca figurar en los sueños de los magnetizadores, ni en los veladores que ruedan, ni en los espíritus que golpean. Sentía hasta una especie de repugnancia hacia estos experimentos en lo que se quiere ver lo maravilloso muy bien arreglado, y se negó ver al célebre Home, que por on instante ocups todo París. La víspera aun, vivia como ün muchacho indolente, de buen humor, bastante contento, en una palabra, de vivir en el. mundo, donde no desempeñaba un mal papel, agitándose en el círculo de las cosas visibles y no preocupárdose de si el planeta arrastra en su carrera alrededor del sol una 2d. mósfera animada no de un pueblo, de series invisibles impalpables. Ahora no podía menos de confesar que ḥabían camibiado las condiciones de su vida; un nuevo elemeuto trataba, sin llamarle, de introducirse en su existencia hasta entonces tan tranquila, gracias al cuidado cou que había CaEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio Cultura y Juventud, Costa Rica.