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EL DIA EL DIA DOMINGUERO na mismo en donde quedaba sa Umaña Juan Hernández, EL MONTE AZUL na, ríodo consque no se había. Ná su amante muriendo de dolor.
Bernardino Ortiz, Rafael UDIRECTOR PROPIETARIO, dirigió el caballero sus pasos maña Pedro Navarro Rafael Alpizar fatigosos hacia aquella cumbre, su vez envuelta en la gasa celes. Daniel Umana, Gregorio Nate de las bromas, vestida de ilu varro, Leonor Vargas, Joasión. Al llegar a la cabaña no sa quín Mata, José Chacón, Pelió abrirle la puerta la niña a dro Arias, Rafael Barbomante. Llambla por su nombre, za, Cristóbal Picado, Napollamóla por los cien nombres tier león Zeledón, Malaquias Zúnos que el cariño inventa, y ella ñiga, Manuel Castro, Gil UERZA es que en los cuentos, ballero no ha dejado un solo día no respondió.
los reyes y principes cazado. la cabaña encantada. Un viejo res se extravíen en el bosque, y monje de luenga y nívea barba, ingrato con el hastío de su amor.
La había matado sa caballero Montero, Santiago Godines, Félix Castro, Juan Manuel fuerza es que llegada la noche u el mismo que casó a Matilde con El palacio encantado estaba en Godines, Demetrio Montero na lucecita que los ojos pesta Malek Adel, el mismo que casó ruinas delante de la solitaria Alejo Vargas, Leonor fies les guíe la pobre cabaña, Julieta con Romeo, el mismo que puerta brincaba la liebre aquella, Umaña, Leonardo Picado en donde una doncella hermosa y no tiene más oficio que bendecir y entre saltos burlonas voltere. Jesús Solís, Francisco Badicuanto hermosa ingenua, aguarda los amores de romance, bendijo la tas al caballero le decía: el lance irse la grupa del unión de estos dos amantes venlla, Rosa Valverde, Antonio para. Inconstante cazador, sígueme Muñoz, Adolfo Picado, Roucaballero ser soberana de un torosos.
y te llevaré a quien sabe engañar maldo Blanco, Marcelo Umagran pueblo señora de un opu. Menguando va ya la dulce lucomo tú. al monte azul!
lento ducado. modo de torta servida ni.
NICANOR BOLET PERAZA. ña, Ramón Umaña, Juan ValEn este cuento quien se extraños golosos. La rústica niña no es verde Santiago Guerrero, Jovía en el bosque no es un pode tan lerda que no advierta el fasti.
sé Camacho, Urbano Ménroso emperador ni un espléndido dio atroz que de su bermuso ca Adhesiones dez, Diego Méndez, Juan Ménseñor de muchas tierras, sino on zador se apodera. Varias veces ha hermoso cazador, que pie y per sorprendido en su antes ardiente al Partido Republicano dez, Jesús Navarro, Camilo siguiendo liebres se ha ido en pos boca el bostezo vil de hartora ma que proclama la candidatura Mora, José Sáenz Rade una que parece hechizada, portrimonial.
del Licenciado don Bernar fael Godines, José Zúque la ha amarrado diez veces, y. Qué tiene mi amado, qué do Soto para la Presiá saltos y piruetas le lleva a don anhela mi señor! le dice con adencia de la Repúñiga, Juan Zúñiga Isidoblica en el pero Alvarado, Juan Campos, de Dios sabrá, pero que él no se cento de ternísima queja.
José Calderón, Romualdo cura de averiguarlo, hasta el, sin devorar besos su titucional de buena cuenta de aquel diabli cuello divino; sin mirar siquiera Blanco Jaime Arias.
de 1902 1906.
llo burlón ante el cual está pasan aquellos sus ojos adorables, que do, hace dos horas largas, como parecían dos cielos que suplican, ST: MARIA MARCOS CONOCIMIENTOS UTILES indigno de terciarse su rica esco pensativo y suspirando, le res. Marcelino Valverde, José peta damasquina ponde: Ureña, Arturo Solano Materiales de construcción La noche llega, la lucecita pes. Ves aquel monte azul que tañea allá en lo alto de una mon lo lejos se empina? Quiero ir alla.
Delfin Agüero, Pedro Ureña Se ha considerado hasta hoy la taña; y a ésta se dirige la liebre El verde perpetuo de esta monta Emigdio Ureña, Patro piedra y el hierro como los mejocon sus saltos y el cazador con sus ña me hastía. Aquella es azul; cinio Barrantes, Juan Mon res materiales para muros y envi salvas.
qué bien se debe vivir en un mon. ge, Rafael Hidalgo An gados. La experiencia de los in Alabado sea Dios, dice éste, te azul!
drés Monge Rafael Boni cendiosha demostrado no es así, tocando a la puerta de la cabaña. Por siempre, le responde de ella, con melancólica dulzu lla, Sixto Padilla, Jesús Ro y que las paredes de ladrillo y vigas de madera sufren menos en adentro una voz angelica, propie. los labios del ingrato, le decía: ra, desflorando con las palabras jas, Eufracio Ureña, Antolín un incendio que las de piedra y dad adorable de un ángel sin alas Gamboa, Jesús Solís Ni hierro. La piedra se calcina y el Verde es la esperanza, niño que acude a franquearle la entra inconforme. La ilusión es azul, colás Mora, Daniel Mesén, hierro se ablanda y cede con el da de aquel palacio encantado.
La niña es linda, el joven arcomo hija de esa bella impostura Santiago Valverde, Antonio calor aunque no esté en contacto que el laque llamamos cielo. Aquí eres di Zúñiga, José Ureña con las llamas; mientras cho es grato. Sueña el cazador Por que perseguir la perfida men Portilla, José Ureña, Tri taliza, y en la madera queda limi diente; la cena es generosa y el lechoso; aquí estála dulce realidad. Valentín Chavarría, Carlos drillo resiste más tiempo a la cal.
frecuentemente se cris.
con los azules ojos de la serrana tira?
preciosa, y sueña ésta con los ojos nidad Vega, Concepción Pa tada la destrucción a las partes innegrísimos del garrido huésped.
Pero nada. la mañana si dilla, Eliseo Padilla, Martin vadidas por el coraz elemento.
La mañana es fresca. pero los guiente. el caballero se encamino Ureña, Jacinto Gamboa, Leo El mejor materiar para resistir hacia el monte azul, que estaba sos, y al fin, como cerca de allí se verde en que dejaba a su amor labios hierven. Tienen sed de be lejos, muy lejos de la montaña poldo Fonseca, José Valver el fuego, el agua y el hielo, es la de, Juan Gamboa, Gerardo tierra porosa, material precioso restregan en los picos sus deseos llorando su desvío.
dos amantes palomas, cunde el eMadriz, Encarnación Zúñiga, que se amolda en ladrillos.
jemplo de amor, y estalla el rayo Caminando, caminando al fin Juan Abarca José Flores HECHOS DICHOS en los labios.
llegó al pie de la montaña color José Solís Julio CésLa cabaña se ilumina con luces de cielo. Pero job sorpresa. Oh pedes Julián Zúñiga, Grede las flores silvestres, acudecepción! Las tintas azules ha gorio Vargas, Julio Umaña Robo.
den en esencia embalsamar 2biap desaparecido y todo era ver Victoriano Zúñiga, Graciano El jueves último altas horas quel altar de amor, y las avecillas de, como el monte en donde de Solís. Graciliano Arias, Ni de la noche se introdujo un caco del bosque, en coros no ensayajara su amor con la tristeza de su dos cantan el himno de victoria ausencia. Miró hacia atrás, suspi colás Gutiérrez, Salvador al templo de la Dolorosa y robó la cabellera del Nazareno y la alcande la naturaleza inmortal.
rando y sorpresa le arrancó un Castro, José Barboza, Joa cia que, según parece, contenía Meses han trascurrido y el ca grito de despecho. El monte azul quín Quesada, Manuel Ro le 12. 00. Hasta ahora no ha sido y cinación y oro, la Tintorería de Carlos Peralta Precios sin competencia. Esmero en las obras te. CALLE 20 SUR, NO 4636 250 varas de la Botica Francesa Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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