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EL DIA EL DIA DOMINGUERO HORTENSIA te oscuras y Julián echaba En aquel momento se llevahacia atrás la joven y le ban el cadáver de Hortensia.
decía en voz baja: Escóndete, GUY DE MAUPASSANT.
por Dios. Si no te escondes, DIRECTOR PROPIETARIO, perderé. mi colocación.
Rafael Alpizar Supongo que no estará Emilio Pacheco Cooper usted solo repuso Mr. Garbu. Si señor Le digo usted no, pues Odas breves y leyendas to que está usted hablando.
Idilicas, son los nombres de. Pues se lo juro usted!
dos libros que con galante Ahora lo veremos conEl recuerdo que voy evo entonces dijo no se ha borrado testó el maestro, el cual cerró dedicatoria nos obsequió nuesla puerta con llave y bajó en tro querido amigo con cuyo car es tan antiguo, que no jamás de mi memoria.
busca de una luz.
nombre encabezamos estas licomprendo cómo ha permane. Ah. decía. ipobre mujer!
Entonces Julián, que sin du neas.
cido tan vivo y tenaz en mi Fué en esta aldea mi primera Mientras tenemos suficienimaginación.
cliente! La infeliz se rompió lada era un miserable, perdió la cabeza y exclamó enfurecido: No pasa día sin que me repierna el mismo día de mille te tiempo para hacer un aná Si te encuentra aquí, es lisis, según nuestro humilde cuerde de la señora Hortensia, gada, y apenas había yo baja.
tal como la había conocido do de la diligencia fueron a toy perdido para siempre y cuando tenía yo diez doce buscarme, diciéndome que el vas a destruir por completo entender, del interesante obmi carrera. Maldita la hora sequio con que nos honra años.
caso era sumamente grave.
nuestro amigo Pacheco CooEra una pobre anciana que Tenía Hortensia diecisiete en que te conocí!
Oíanse todos los martes iba a zurcir años, y era una mujer extraorya los pasos del maes per, nos permitimos trazar la ropa casa de mis padres, dinariamente hermosa. Cuantro, que subía la escalera.
unas pocas líneas respecto al Hortensia corrió hacia el primer libro, el que está prelos cuales vivían en una espeto a su historia, no la he refecie de castillo inmediato una rido nunca, y nadie, excepto lo abrió precipitadamente y desde París escribió el galatraga luz que daba la calle, cedido por un proemio que alegre y floreciente aldea.
yo y otra persona que no resi.
La pobre Hortensia cojcaba de en el país, la ha conocido con voz resuelta, dijo Julián: no y florido estilista don Rade un modo extraordinario, y jamás. Ve recogerme cuando ese hombre haya salido de aquí.
fael Angel Troyo, autor de por lo tanto, subía con gran Pero ahora que ha muerto, trabajo la escalera por la cual puedo renunciar en absoluto se arrojó por el traga luz. Terracotas.
El maestro de escuela no en En Odas breves y leyendas, se dirigía al sitio que la estaba mi discreción señalado contró nadie y se retiró en si bien es cierto que hay verpara consagrarse En aquella época entró sus tareas.
extremo sorprendido.
prestar sus servicios como pasos que no causan ninguna Profesaba yo gran cariño Al cabo de un cuarto de ho impresión por su suma sencisante en la escuela de la aldea, aquella pobre vieja, a la que un joven de buena figura y de ra entraba Julián en mi casa y llez y su erotismo, también iba a buscar al cuarto de cos simpático aspecto, que se bame refería su triste aventura.
es cierto que hay versos verHortensia había caído de la tura para que me refiriera al cía el desdeñoso con la muchaguno de los cuentos que sabía cha, por miedo al maestro Sr.
altura de los pisos y yacía en daderamente prodigiosos, apacon sorpren Grabu, que era hombre de dutierra con una pierna rota por sibles, dulces y serenos, como dente habilidad y gracia. rísimo carácter tres partes. La infeliz no se las tempranas horas de los y muy amigo Un martes me acuerdo de de hacer cumplir con sus debe quejaba y únicamente decía campos, como la arboleda esto como si hubiera ocurrido res sus subordinados.
con admirable resignación: umbría, como la virgen naayer al abrir la puerta del Dios me ha castigado y me turaleza en medio de raudaEl señor Grabu utilizaba coaposento, ví la costurera mo costurera la hermosa rezco mi castigo!
les de flores. tendida en el suelo, al lado de Hortensia y el pasante se enaLlevé la paciencia mi casa Pacheco Cooper es poeta su silla, teniendo todavía su moró de la nuchacha, la cual y dije los padres de la obrera aguja en una mano y en la no tardó en corresponder al que ésta había sido arrollada que siente: sus versos otra una de mis camisas.
cariño de que era objeto.
por un coche al pasar por de tan espontáneos como la aleEché correr, lanzando agulante de mi domicilio.
Tras de muchos ruegos, obgría de los campos en tiemdos gritos; acudió gente, y al tuvo el pasante la primera Todo el mundo dió crédito po primaveral al despertar la cabo de algunos minutos supe cita en el granero de la escuela, buscó en vano al supuesto aución se puebla de mundos enmis palabras y la autoridad aurora su soñadora imaginaque Hortensia era cadáver.
una vez terminadas las faenas No me es posible describir la del día.
tor de aquella desgracia.
cantados; veces se imagina profunda emoción que aquella Hortensia subió la alta escaEste fué el único amor de desgracia me produjo. Bajé lera despertar al mismo tiempo Hortensia, que fué en aquella y fué esperar a su amancautelosamente a la sala prin te, el cual no tardó en presenocasión una verdadera heroi que la mañana; cuando la cipal y me oculté detrás de una tarse.
naturaleza toda parece elevar inmensa butaca, para echarme No había transcurrido ni un El médico guardó silencio; canto de adoración; cuando llorar sin que nadie me viera. minuto, cuando de pronto se mamá lloraba como una Mag. de los bosques se desprende De pronto entró gente y oí abrió la puerta del granero y dalena y papá pronunció una grato perfume y se eleva hami padre y mi madre hablar apareció en el umbral Mr. palabra que no logré com cia el cielo como incienso decon el médico, cuya voz reco Grabu.
prender.
nocí desde luego.
positado en millares de cali ¿Qué hace usted ahí, Ju los pocos instantes salieLe habían enviado buscar lián? preguntó el maestro de ron de la sala los tres.
ces que con sus rayos viene entreabrir la aurora.
y explicaba las causas de la escuela. yo permanecí aún largo muerte de Hortensia. Después. Nada, señor; no conocía rato detrás de mi butaca, soLa leyenda Marieta es se sentó y aceptó una copa de este sitio.
llozando, mientras oía el exuna bella producción que vino con un bizcocho.
El granero, que era muy traño ruido de pesados pasos honra altamente Pacheco Siguió hablando, y lo que grande, estaba completamen en la escalera inmediata. Cooper; aquí nos pinta el que relataba son na.
de Carlos Precios sin competencia. Esmero en las obras no. CALLE 20 SUR, NO 463 cu 250 varas de la Botica Francesa Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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