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EL ORDEN SOCIAL da lo sublime de tera materia. Entienden Habla un masón Uds, ahora, señores interesados. Si no entiende que bemos de hacer! Decis con El Gran Maestro, Gran Soberano y el viejo aquel inteligenti pauca es gastar Gran Hierofanta, ingeniero Solatare Zola, perdigón en piapas y esperar a ver si nos fundador de la Orden Masónica en Egipto, ba perdonan estos nuevos insultos en gracia dejado escrito el siguiente juicio de la secta: nuestra inexperiencia (sic. En sus leyes y en su doctrina, cuyo origea y objeto be tenido ocasión de estuEl Purgatorio diar en los treinta años que he pertenecido la Masonería y durante los doce que he Una cárcel obseara inmensa, un ambiente, dirigido la Orden, supone ella ser una instisaturado de ardientes y voraces llamas, un lugar tución filantrópica, filosófica, progre ista, de llanto y expiución. Hé aqui lo que es el purgatoriol, destinado por la justicia divina para que tiene por objeto la indagación de la verpurificar las almas que más tarde han de llegar dad, el estudio de la moral universal, de las ser felice, contemplando a Dios cara a cara y ciencias, de las artes, y el ejercicio de la be gozar de su inmensa gloria en compañía de los neficencia: respetoo a de la fe religiosa de Santos.
Per, aun no son felices esas almas; mientras cada uno de sus miembros, dice que prohiestén en aquel lugar de expiación, alejadas de be fo malmente en sus asambleas toda dis.
Dios, centro de sus aspiraciones, au lamento cu ión en materias religiosas y políticas, y desgarrador y constante resuena en aquella lúan de que no es una institución política ni gubre caverna que, tras pasando los espacios, lle religiosa, sino el timplo de la josticia, de la ga la tierra pidiendo sus hermanos que ain moran en este destierro, una plegarin que miti humanidad, de la caridad y de otras bellas gue sus angustins, una oración, o sacrificio que cosas. Pues bien, yo afirmo que la Mo.
alisie sus dolores sonería no es nada de lo que pretende. Sono Los ángeles que durante su vida mortal todo mentiras, y mentiras desvergonzadas.
guiaron sus pasos por la senda del bien, oyen los clamores de estas almas, y apiadados de sus La justicia, la humanidad, la filantro penas, extendiendo sus blancas y pnras al nas, pía y la caridad no reinan ni el templo de vaelan en rando vuelo y descienden a la tierra la Masonería, ni el corazón de los masones; repitiendo incesantemente a las almas pindo porque, salvas excepciones lo tienen sólo sas el clamor lastimero de aqnell almas. Min de bronce. La verdad no habita en la seremini mei, miseremini mei, salteru vos ami.
ci mei. Acordaos de mi, acordaos de mi, por lo Masonería. En la Orden Masónios reioan menos, vosotros mis amigos.
como soberanos el engaño, la traición y la Si la caridad cristiana que mora en noso perfidia, disfrazados con el manto de la vertros no es tan grande que nos mueva orar por dad para engañar a las personas de boeaquellos o quienes en este mundo no conocimos, no sea tanta nuestra gligenria y descuido, qne na folyisolation nos hagamos sordos al clamor de aquellos seres Yo afirmo que la Masonería es una ini queridos que tanto nos amaron en este mundo y titución religiosa que tiene por objeto abatir lo qu acaso ahora se ha en ene purgatorio espe y destruir todas las religiones, empezando rando el anxilie de gestras oraciones para pa por la cató jea, a fin de reemplazarlas ella sar al descanso eterno. Quien sabe si el alma de aquellos padres los tiempos primitivos es decir, al pagabila misma y hacer volver el género bumano queri los, qu tantos sacriñeios hicieron por nosotros estarán pidiendo nuestro auxilio, y noso polohool 19 hasta tros Fordos susedmores, soos causa de que no hayan salido ya de aquel lugar de tormento! Un milagro de San José de Estos días de luto universal despierte el la Montaña rco fúnebre de las campanas nuestras dormidas conciencias, y una ferviente plegaria, salida de Hacia como ocho años que venía padenuestros abios, se eleve al trono de la mi erier ciendo de úlceras en ambas piernas. Varios dia infinita para alivio de las buditas almas, médicos me recetaron pero inútilmente el II. MNILLA mal proceguía. Ofrecí entonces una peque.
La Montaña de San José na limosna a San José de la Montaña si me nismo.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.