EL ORDEN SOCIALLA BIBLIA mentar la perpetua prosperidad de la República americana y otras literaturas antiguas La Biblia y la Civilización.
en el siglo XIX Detengamos ahora nuestra atención, por breves instantes, en lo que se deno Obra publicada en inglés por Tozunsend, mina civilización, materia que, desde Profesor de la Universidad de Boston luego, comprende algo más que la de go.
bierno Traducción para El Orden Social por Desde el momento en que los mejoManue! Pasos, Doctor en Derecho res gobiernos, y desde el punto en que todos los países de civilización avanzada, Continua dan pabulo a las ciencias, la literatura y Las Opiniones de Daniel Webster las artes, va nadie podrá decirnos que Hilliam Seward y del Profesor el hecho de hablar sucintamente de estos nos separa mas del asunto principal por Rozee.
varios tópicos en relación con la Biblia. habrá todavia, quien se atreva Ciencias y Literatura.
decir, a la faz de estos hechos y de estas No ignoramos que suele decirse por opiniones, y de otra multitud de opinio algunos que la influencia de la Biblia y nes semejantes, que podriamos citar: que de la religión que esta enseña, es adversa ka Bibilia cristiana no es la salvaguardia a las ciencias. Nuestra contestación es de toda libertad civil religiosa en nues ésta: Cualquiera que sea el fanatismo tr pal. Habrá quien pueda afirmar: de algunos cristianos de nombre.
que la influencia de la Biblia puede llegar cualesquiera que sean las añejas preocui canvertirse en perniciosa nuestro paciones de muchos, un hecho hay cierto bienestar nacional, o que pueda prodaje innegable. La religión de la Biblia es cir el apocamiento de la vida y del caric la que ha amamantado todos y cada uno ter individual? Quien tal dijera, no ba de los ramos del saber humano.
ria nás que sostener el más monstruoso Si alguien pusiere este aserto en duabsurdon da, contéstenos ¿de dónde vinieron, de No son por tanto, las teorías del dónde salieron los colegios y universidacomunista ni las del nihilista: ni las del des del mundo civilizado? Los fundadohombre mundano ni las del formalista: res de Praga, de Viena, de Heidelberg, ni las del entusiasta ascetico ni las del de Leipzig, de Leyden, de Utrecht, de lato o indiferentista: ni las del boabnin Iena, de Halle, de Tübingen, de Göttin ni las del mahometano, las que exaltaran gen. de Berlín, y de Bown: los fundadoá la humanidad, sino la Biblia cristiana. res de Salamanca, de Oviedo, de VallaElla, con su inspirida simplicidad, y su dolid: de Cambridge, de Oxford, de doctrina, superior cuanto el hombre Edimburgo, de Glasgow, de San Andrés conoce, enfrena las imaginaciones impu de Aberdeen: los fundadores de Harras. arma la conciencia con divina virtud, vard, de Yale, de Darmonth, de Unión: despierta la sensibilidad religiosa, refina y con rarisimas excepciones, los funda y depura los sentimientos morales, des dores de todos los otros seminarios y coarrolla los afectos devotos, desenvuelve y legios, fueron hombres que habían pardirige por buen sendero la filantropía, vticipado del espíritu de la Biblia cristiana.
promueve, en todas las cosas, y en todos Ella, esa Biblia, fué la que puso en ellos los momentos y situaciones, las determi los dirinos impulsos inspiraciones que los llevaran a sacrificar su reposo, y, naciones justas. Es ella la que dirige la consagrar su tiempo y sus bienes al estaindustria inspira el valor, el patriotisblecimiento de centros donde pudiera es.
mo la inteligencia y la que pone en el tudiarse ordenada y rigorosamente las hombre la tendencia de llegar a ser legi ciencias y las letras y donde pudieran entimo y leal hijo de Dios. De consiguien señarse con toda amplitud.
te, es ella. sobre todo, la que deberá ci(Coritimari Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.