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2 EL ORDEN SOCIALNo tenéis que asustarɔs; vosotras venis tado Jesús, dijeron Pilatos que man. buscar Jesús Nazaresc, que fué cru dase custodiar hasta el tercero día el se.
cificado; ya resucito: no está aquí: mirad pulcro del Crucificado, para evitar el que el lugar donde le pusieron. Pero id y sus discípulos hurtando el sagrado cada decid sus discípulos y Pedro, que él ver, dijesen luego a las turbas que había irá delante de vosotros en Galilea, donde resucitado. Necia suposición. Cómo le veréis, según que os tiene dicho, los discípulos que habían abandonado vivo su Maestro habían de pretender CONSIDERACIÓN Jesucristo ha resucitado. Qué ale Entre las tinieblas de la noche y el espanrecuperar su cadáver. Con qué objeto?
gría, qué esperanza, qué gozo para nuesto de aquellos solitarios y ensangrentados tros corazones! Porque si nuestro Maeslugares ¿a dónde irían esconder el catro resucita, nosotros resucitaremos por dáver de Jesús? luego ¿con qué fe preÉl. Sí; su gloriosa resurrección asegura dicarían aquella resurrección y por qué la nuestra. Bien podemos decir con el inconcebible firmeza se dejarían, como lo santo Job: Sé que mi Redentor vive, y hicieron, arrebatar la vida por sostener que resucitaré de la tierra en el último la verdad de la resurrección?
día, y reré mi Dios en esta misma carCon la guardia que les dió Pilatos ne. Pero para resucitar con Cristo, hay fueron los enemigos de Jesús al Santo que morir coa El muerte de cruz; hay Sepulcro, lo aseguraron, cerraron y seque crucificar nuestras pasiones, nues. Haron, pero llegada la hora, sintióse up tros apetitos, y hacer norir en nosotros al hombre viejo, tantibio, tan pusiláni dando los guardas como muertos.
gran terremoto resucitó el Señor, queme, tan carnal, para que nazca en nosPara que no quedase duda acerca otros el hombre nuevo de la gracia, y rede este hecfio fundamental de la Religión sucitemos una vida pura, espiritual y cristiana, consta que se efectuaron las fervorosa; muramos a todo lo que ama apariciones del Salvador María Magel mundo, y resucitemos con nuestro Dios dalena, la otra María que la acompay Señor Jesucristo para vivir eternamenñaba, y en la tarde de aquel gran día te en su amor y su adoración.
San Pedro en Jerusalén y distancia de eiento sesenta estadios de esta ciudad Resucito de entre los muertos los dos discípulos que se dirigían Emaús. Agréguense estos testimonios Para que nuestra fe no fuese vana ni el de los Apóstoles, quienes el Señor vana la predicación de los Apóstoles, el bubo de decirles, al aparecersele, estando hecho de la resurrección del Salvador que cerradas las puertas: Mirad mis manos dó tan perfectamente demostrado, que y mis pies, yo mismo soy. recuerdese la los innumerables sofismas suscitados des obstinada incredulidad de Santo Tomás, de los judíos hasta los racionalistas para y se comprenderá que si estos testigos y luego el profundo rendimiento de su fe, desfigurarlo contradecirlo, aparecen tan difíciles de convencer, dieron luego sencillamente ridículos cuando más si su vida én confirmación ce lo que predi.
mulan afianzarse en la dialéctica, se precaron, fué porque lo vieron.
sentan como delirios bien inciertos tan. Oh preciosa resurrección de Jesuteos de ura razón vacilante.
cristo, vida nuestra, digoa eres de ser Una de las primeras pruebas nos la loada eternamente como fundamento de nuestra creencia y de la esperanza que suministra, su pesar, la astucia de a nos anima de nuestra propia resurrecquella raza de víboras, pues los principes ción!
de sus sacerdotes y los fariseos, ya sepul.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.