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Pero, tio, usted cree que somos capaces de. De equivocaros! Sí, hija mía. El que tiene boca se equivoca. Mira, el año pasado se equivocó Romualda, la señora aquella de las greñas erizadas, y de resultas de la equivocación se las arrancó todas su marido en una sola sesión. He visto tantas equivocaciones en los bailes!. He conocido tantos matrimonios desavenidos, tantas personas difamadas, tantas familias infelices. es que como el baile consiste en hacer piruetas, nada más fácil que hacerlas mal, y dar un traspies. De manera, que según usted, el baile no es malo sino difícil. Exactamente. Por lo cual habrá que bailar por principios, y con auxilio de maestro. Cabalito. qué maestro le parece usted, tío que me conven dria mit El Padre Basilio. Ave Maria Purísima. No te asustes, hija mía, que no he dicho ningun disparate. Pero usted cree, tío, que un respetable religioso pueda dignamente dedicarse dar lecciones de baile. Pues no hemos quedado en que el baile no es malo. Si señor. No hay pero que valga, hija mía; el bailar es bueno, no debe haber inconveniente, en que se empleen en él hasta las personas más piadosas; y si es malo. Bien tío; pero es que hay cosas que aunque no sean completamente malas. Tampoco son completamente buenas? Pues, mira; esas son las cosas que no debe hacer punca una mujer de bien.
ADOLFO CLAVARANA. La Biblia y otras literaturas antiguas en el siglo XIX TE Obra publicada en inglés por TOWNSEND, Profesor de la Universidad de Boston Traducción para El Orden Social por MANUEL PASOS, Doctor en Derecho (Continúa)
La Persia, la Arabia y la Europa Los antiguos persas, no menos que los egipcios y caldeos, buscaban también el supuesto auxilio de la astrología. No se Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.