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vantado en la tipografía, pero qne en adelante se observaría lo estipulado; repuse además que aunque yo como ciudadano alababa el celo del Supremo Gobieroo por obtener la paz re ligiosa en el diaristo, no dejaba de admirarme de por qué el Gobierno hubiese visto con indiferencia glacial todas las provocaciones de La Prensa Libre. y sólo cuando el dia rismo católico intentaba recoger el guante y defenderse, la mediación de Usía intentada poner la paz. dejándonos nosotros por supuesto abofeteados indefensos. Hablamos en seguida sobre los orígenes de estos conflictos: y con ese motivo hice notar Usía cuando me advirtió que la cuestión del colegio de Heredia dependía de que los padres de familia mandaban a sus hijos, cuando pudieran do mandarlos si juzgaban inconveniente el plantel, que yo mismo quise, una vez abierto el colegio de Heredia por Roberto Breges Meséo, reunir los padres de familia para establecer una escuela de enseñanza secundaria, pero que mediante una calumnia (reconocida como tal por la sala de casación) y una disposición dictatorial inconstitucional del ministro Astúa, eso no había podilo lograrse y los padres de fapilia se rieron sin otro recurso para la educación secundaria de sus hijos, que ese colegio, apoyado por el Estado: que yo también trabajé ha poco bajo la actnal administración por medios licitos, constitucionales y decentes, para lograr que se estableciese la cátedra de religión en el colegio de Heredia, enva lentonado por el conocimiento que tenía de promesa formal escrita en dos documentos de uma importancia firmados por el señor Lic. don Cleto González Víquez como jefe del par tido cletista, y en los cuales él establecía para si compromiso formal de dar la enseñanza religiosa no sólo en las escuelas de primera enseñanza sino también en los colegios oficiales de enseñanza secondaria, caso de subir él al solio presidencial como de hecho subió y lo ocopa: promesa cuyo cumplimiento aun esperado, pero de lo cual no dudaba yo, sería la mayor gloria de la administración actual ante el gran partido Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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