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EL DIA LA PARTIDA Has ganareno. EL DIA DOMINGUERO oyentes un encanto que fasci rostro entristecido de Andrés, besos sin fin. Inquieta ante naba; pues su voz era más bien de cuyos ojos brotahan lágri aquella mágica refracción, hizo suavisima vibración llena de mas inagotables. Pero qué un movimiento galvánico, reumelodía indefinible, argentada sensación de pavor cuando de nió sus energías y descorrió el pota que semejaba los gorgeos positabau la caja mortuoria en lienzo, y al divisar el cuadro de un ruiseñor.
el negro agujero de la tumbal que tuvo delante, cayó como Encontraba buena y amable ¡El delirio la hacía oir el ruido berida por el rayo, gritando. TRADUCCION DE BYRON)
la vida, pues en el cristal pu seco inexpresable de la tierra ii Traidores. ríeimo de su alma nc se refle cuando caía sobre su cuerpo Había visto su Andrés aTodo acabó! La vela temblorosa jaban sino las imágenes bellas nerte. Se iban todos y la de dorado, y su madre, la reliSe despliega a la brisa de la mar, de la existencia con sus ful jaban ahí, en el Cementerio, gión de su vida, et incestuoso yo dejo esta playa cariñosa En donde queda la mujer hermosa, guraciones de esperanza y con envuelta en aquella gimósfera y criminal abrazo, prodigándoAy! la sola mujer que puedo amar.
el espléndido ropaje de la feli de soledad y de mud, e. La se mimos da enamorados dichocidad.
poche extendía su ropnje fú sos, embebecidos en adoración Si pudiera ser hoy lo que antes era, En el reposo de este ca dor, Debre, y en medio de las ti mútua. mi frente abatida reclinar En ese seno que por mí latiera, abstraída en la dicha de amar nieblas, el viento sollozaba al Descansa en tn apacible sueQuizá no abandonara esta ribera Andrés, su marido, el tiem agitar las ramas de los cipre ño de muerte, joh Marina. beY a la sola mujer que puedo amar.
po se deslizaba sin amarguras, ses, y parecía entonar indefiui la niña que encontrabas buena Yo no he visto hace tiempo aquellos ojos bepdiciendo al buen Dios que bles y vagus murmullos llenos y amable la vida.
Que fueron ini contento y mi pesar; la había dotado con el don de de un ritmo de tristeza glacial. do con esta emancipación, pues Hoy los anio a pesar de sus enojos una tranquilidad plácida y se Estos ensueños lúgubres po tu espíritu llevó como ofrenda Pero abandono a Albión, tierra de abrojos i la sola mujer que puedo amar.
blaron el cerebro de la enferma al Trono glorioso, lo que más La apacible dicha que dis durante muchos días; pero des place Dios: la purificación rompiendo las olas de los mares frutaba Marina, estaba fortale pués de mil fatigas y crueles por el dolor. Descansa en el extrafia tierra, patria iré a buscar; Mas no hallaré consuelo mis pesares, cida por otro afecto: el amor vigilias, el médico anunció que regazo de la madre tierra. Y pensaré desde extranjeros lares su madre. El matrimonio no Marina estaba salvada. Hun no te quitarán el sueño las En la sola mujer que puedo amar.
la había separado de ella, pues dida en los almohadones de miserias de los miserables.
Como una viuda tortola dcliente, la conservaba ahí, al lado, en plumas, acariciada por un sueSALVADOR CALDERON.
Mi corazón abandonado está, su hogar, como testigo de sus no reparador y benéfico, se poPorque en medio de la turba indiferente goces íntimos y de la felicidad día ver el rostro de la candida Jamás encuentro la mirada ardiente CORRESPONSALES De la sola mujer que puedo amar.
que iluminaba el horizonte de niña. Sus cabellos negros, con su vida. La dulce y cariñosa cierto encantador desorder, se Del Carmen de Cartago El ser más infeliz halla consuelo madre poseía aún las huellas extendían los lados, sirviendo En brazos del amor la amistad, de la antigua y radiosa bermo como de marco de ébano la Pero yo sólo en extranjero suelo, Remedio no hallaré para mi duelo sura: tez que envidiaban los pálida y dulce fisonomía.
ii Fuego de frente. Lejos de la mujer que puedo amar.
lirios y las rosas; líneas y con En una de aquellas largas Me afirman dos personas fidetorpos que hacían recordar el poches de convalescencia, des dignas de este vecindario, qne aMujeres inás hermosas he oncontrado; Mas no han hecho mi seno palpitar; explendor del arte griego, y pertóse. Sus ideas medrosas y noche se puso un jumón de once Que el corazón ya estaba consagrado sobre todo, una magia sedacto vacilantes, comenzaron dar mil demonios, el Agente de PoliA la fe de otro objeto idolatrado ra en sus ojos negros como el persistencia su pensamiento. cía de aquí. la sola mujer que puedo amar.
abismo. Su mirada producía Tuvo ya conciencia plena de Por Maria Santísima, don Adiós, en fin! Oculto en mi retiro, una sensación picante y ejer su mejoría, y en medio del pla bel. iqué es esto? No se fija usted en el estado de anarquía En el ausente nadie pensará cía cierto poder de atracción cer que la produjo el retorno Y ni un sólo recuerdo, ni un suspiro la vida, sargió la imagen de su que hemos llegado ya, sin que la Me dará la mujer por quien deliro, magnética irresistible.
gente honrada tenga garantias?
amor personificado en Andrés, Ay! la sola mujer que puedo amar.
11 El Agente de Policia de aquí, el compañero idolatrado. En Juez de Paz lo que sea, no es Comparando el pasado y el presente No se supo el origen de la el goce de la resurrección mila digno de representar ningún Mi corazón se rompe de pesar; dolencia que oprimió a la pobre grosa, se creyó trasportada principio de autoridad: Pero yo sufro con serena frente Marina. Entre las sábanas de la terraza del jardio; sintió que 1º. No sabe leer ni escribir. mi pecho palpita eternamente Por la sola mujer que puedo amar.
su lecho, se revolvía la enfer la envolvían soplos suaves y Se pone unas bicicletas, ma, presa de una fiebre devo frescos, saturados de tomillo de bramar. Su nombre es un recuerdo de mi vida, radora. Circulaba por aquel de romero, olores Fomenta el escándalo y la Que el mundo para siempre ignorará; campestres vagancia. la causa fatal de mi partida fatigado cuerpecito la sangre que la enviaban las margaritas, Ha sido encausado diferenLa sabrá sólo la mujer querida con rapidez inusitada; silbaban los heliotropos y las violetas.
Ay! la sola mujer que puedo amar.
sus oídos; palpitaban sus sienes Era la salutación de las flores, Porque no es digno de la Adiós! Quisiera verla. mas me acuerdo y experimentaba una sensación celestial sinfonía de perfumes, confianza del público por sus inQue todo para siempre va acabar; como de martillazos en su fe con que celebraba el jardín la numerables abusos.
La patria y el amor, todo lo pierdo.
bricitante cerebro. El delirio salvación de Marina; y ella. Por qué se sostiene en su Pero llevo el dulcísimo recuerdo De la sola mujer que puedo amar.
se apoderaba de ella, y la ima en su naturaleza debilitada, puesto un hombre así? Solaginación empezaba forjar qui sentía afluir nuevas energías; Ignora usted, don Abel, por mente porque es civilista, sie!
ARCEBIO ESCOBAR.
meras fúnebres: se veía muer su cuerpo dolorido se vigoriza ventara, que aquí hay hijos del ta, recostada en un lecho de ba con sólo recordar el pasto vecindario, honrados carta caflores blancas, entre cirios e ril idilio amoroso de otros tiem bal, intachables, que pueden des Flor de hastío Ella, Marina, estaba en ple normes de llamas rígidas. No pos.
empeñar ese puesto con toda honna florescencia de juventud; había esperanza! La colocaban De estos rosados ensueños la radez?
riente y plácida, parecía una en ataúd lustroso y por an fe apartò un leve ruido que imaSi este individuo no depone el Fra indudablemente un ho Madona de Rafael que se ha pómeno extraño, asistía ella ginó oir en el aposento: la cla puesto que ocupa, dentro de cua gar risueño el de Andrés y Mabía escapado del lienzo. En misma, como espectadora leja ridad de una lámpara ilumina, en el caso de ponerlo en cueros.
rina. Allá, en las afueras de su rostro, en sus movimientos, na, sa propio entierro. La ba ténuemente el cuarto, y al Tenemos todos los datos ya pa.
la ciudad, blanqueaba su casi en el más pequeño ademán res negra barca, guardadora de sus abrir los ojos, observó que en ra hacerlo, acompañados del testa, nido de amor, festonada con plandecía una armonía de be despojos, se deslizaba entre el la blanca cortina de la derecha, timonio de lo mejor del vecindagrandes árboles que parecían lleza admirable; y cuando el oleaje humano de los asistentes; que cubría su cama, se proyec rio de Los Angeles. de donde abrigar con sus ramas inmen ritmo de su palabra traducía percibía los lamentos de los taban figuras fantásticas, cabe fue expulsado.
sas los dulces misterios de aquel las vivas imágenes de su espí que lloraban su eterna despe zas que se separaban para vol Enero de 1902.
idilio arcádico.
ritu creador, despertaba en los dida, y creía ver, de pronto, el verse unir en la comunión de Los Comisarios de la Virgen.
tes veces.
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