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EL HERALDO DE COSTA RICA.
DE POR DON22 Feraláo que haya prezentantes y dos al desa democrático present comune disputes viendo que mano.
EL HERALDO COSTA RICA nos echáramos atrás resueltos cia, allí perecerá antes que ex Las campanas se echan ma Este último, es decir, BocaDirigido y redactado esperar en nuestro euárto. poner otro peligro el poder yor vuelo, el toque de las trom ccio, fue uno de los héroes que Pero venció ese entusiasto que le está encomendado. Po petas es más fuerte, el grito de más se distinguieron en aquel PIO VIQUEZ loco de los grandes temores, y bre mil veces, del que tenga la los que se han advertido de la desastre. Sus rasgos de valor, de un brinco nos pusimos en la audacia de llevar ua balde de catástrofe es más robusto y es actividad y desprendimiento lo agua para humedecer la pólvo tentóreo.
Los veci recomiendan en alto grado. Reacera.
ra y refrescar el rifle, agentes nos acuden en tropel. La Policordamos, entre otros hechos, el de haberse subido a los altos tres agentes de la policía que viven más celosos irritadcs ta prestar su contingente. de la casa para prestar su ayuá la sazón pasaban trote fuer aún, que los incendios voraces Desde entonces se pone por da en los puntos más peligroFuego, fuego!
te, haciendo rechinar sus ar que se hartan de casas y mer obra el plan, no de extinguir el sos. El humo casi lo asfixiaba mas, tuvieron la bondad de res cancias del prójimo. Dijimos. incendio de la primera casa, y las llamas lo rodeaban por toAtolondradlos, aturdidos co pondernos: un incendio! la ca Pero corriamos al campo del que eso era ya imposible por el das partes. Entonces se dispusa almacén de Mr. Levco desastre. Espectáculo que aun ensanche que había tomado el so bajar, pero la mo nos ha dejado el tremendo wicz se abrasa! Así nos dijeron nos hace temblar los párpados: fuego, sino de evitar que las escalera se habia quemado ya, suceso de antes de anoche, apejadeantes! Otras palabras que La llama inmensa y victoriosa llamas se comunicaran a los es tomó la suprema determinación nas podemos respirar llenos de iban salir de sus bocas, se las se retorcía de felicidad por en tablecimientos contiguos.
de apearse por el asta de una eingción y sobresalto.
tre las nubes. Acaba ba de ven. Esto no pudo conseguirse del bandera, que a la sazón comencomió el impetu del aliento cer la resistencia de la techum todo. El incendio era muy vio zaba incendiarse.
No hacemos pinturas ni si alterado: no pudimos comprenebre, y gloriosa alzaba su pena lento, y las chispas que saltaTambién debemos hacer cons.
quiera dibujos: el terror nos derlas.
vence aún y nos humilla. Qué cho de chispas que semejaba ban habían iniciado ya el fuego tar el arrojo y actividad que Nos habían dicho lo bastan ora la cola revuelta del dragón en los almacenes vecinos de desplegó una mujer del puevamos estar para disponer 11neas y colores! La pluma estre te. El pecho nos latió fuerte de San Jorge, cra el abanico giribe y Batalla, de Herrero blo, la cual realizó actos de he mecida languidece y cae de la mente y hasta dimos una nota gantesco del pavo real de la Ju. Wenceslao de la Guardia, roismo y abnegación, por extremo recomendables.
de verdadera amargura. Den no rencorosa. Que grande de Valenzuela y Alfaro.
bía de ser el ave divina, porque El espectáculo no podía ser Devorada en su totalidad por Quizá los años que rinIsidro ha merecido siempre los dioses, y sobre todo, los al. más triste y pavoroso.
el aniquilador elemento la casa den y acercan a la tierra sean nuestra simpatía, como toda Aquello imponia horror aun del señor Levcowicz, los contaneros jamás han qnerido las parte borrar en nuestro áni persona honrada y generosa, co cosas chicas.
en el pecho más impávido y va currentes y auxiliares concen ronil.
mo, ahora que es ocasión de mo todo costarricense noble En fin.
traron sus esfuerzos en la sa Las familias vecinas desalo vación de las habitaciones y es.
sentir poderosamente y de ima aunque sea extranjero.
Que siga hablando el gacetijaron sus casas y fueron refu.
ginar con arte, el deseo de po Por otra parte, nos pusimos llero, porque aun nos dura el tablecimientos de la vecindad.
giarse sitios más lejanos, lle.
ner alguna pincelada en el lien pensar que allí cerca estaban sobresalto.
Al efecto, comenzaron debili.
gando muchas de ellas hasta la zo descriptivo del incendio te otras grandes casas del comerSabana.
tar a fuerza de agua la acción meroso que llevó el alarma al cio alto: tales como la herinosa PAVOROSA El Cuartel aumentaba los te. destructora del fuego y poner vecindario josefino.
tienda de Uribe y Batalla, la mores de un siniestro mayor; eu salvo las mercaderías y obMas, como quiera que sea, Tienda Oriental de Herrero CATASTROFE pero, por fortuna, se tuvo la jetos de los almacenes inmediaello es la verdad que nos dura El almacén de don Jeprevisión de extraer de aquel tos. No obstante, fué materialen medio del alma y nos asusta sús Alfaro, la tienda de CubeEn los fastos de la sociedad, edificio las materias explosivas mente imposible evitar que suel día de ayer se significará por que en él había.
frieran los estragos del incentodavía, el toque de las corne ro etc. etc.
lo siniestro y aterrador.
Se hizo lo humanamente po dio los intereses de los seño.
que nos hizo saltar del le Al frente quedaban el Gran La población dormia tranqui sible por salvar el estableci. res Uribe y Batalla, Herrero cho ansiosos de ir hacer fren Hotel, la casa de habitación de la; consagrábase al descanso miento del señor Levcowicz; y C, de la Guardia y Valente la desgracia que anuncia la familia Argüello. Al sudeste, trás las fatigosas tareas de la se trabajó con afán extraordi zuela. Los daños de los dos priban con su gemido lastimoso y el valioso Almacén Americano; vispera.
nario, mas todo esfuerzo escolló meros, después de los de Lev.
prolongado. El clarín que dice y todo contiguo la casa inDe repente, como launa ante la magnitud del incendio, cowicz, son los de mayor mon atención en altas horas de la cendiada, casa linda y lujosa, de la madrugada, el toque de que había llegado ya su des. ta y consideración.
noche parece todavía más terri de dos pisos de madera: todo nido de una trompeta despier mos decir su colmo.
alarma de las campanas y el so arrollo máximun, casi pudiéra. En fin, las pérdidas del si.
niestro de ayer son inmensas y bls impresionador, y lo co combustible eficaz violento tan súbitamente la ciudad, La casa, las mercancías, todo sa calculan en más de medio mi.
rriente es suponer que alguna para llevar la amenaza a la ve cuyos moradores se incorporan fué devorado por las llamas.
gran calamidad nos baja ha cindad.
y levantan llenos del natural Las pérdidas del señor Lev. Para poner punto final a esta bajado del cielo, si esa lengua Pero lo que más nos hizo es sobresalto. Salen las calles, cowicz son de gran considera ligera reseña, hecha bajo la pede metal se echa clamar por tremecer de pesadumbre fué el preguntan lo que ocurre, y sólo ción, suponiéndose que exce nosa impresión de aquella catáslas calles cuando duerme la ciu recuerdo del Cuartel Principal, advierten la inquietud, la zozo den de 300. 000 00. No es exa trofe y con la premura de tiempo dad: una revolución, un incen que allí quedaba ebrio de pólbra y el alarma de los transeun gerado y falto de fundamento exige el periodismo diario, dites.
el cálculo si se atiende que su remos que circulan diversas verdio, un fracaso cualquiera, pero vora, borracho de bombas y eriAllá, lejos, muy lejos, escu casa era de las más valiosas de siones sobre el origen y causa espantoso! Entonces el clarín zado de bayonetas en la culata chau gritos confusos que con aquí por su amplitud, gusto en del incendio, y que la sociedad pide auxilio, acude al honor y misma de la horrible hoguera. voz temblorosa lanzan varios in la construcción y por el boato está hondamente conmovida. la magnanimidad de los ciu Habrá grandes estallidos abo dividuos.
que en ella se gastaba. Ade Algo más: empieza a echar dadanos; hace él entonces el minables que harán retemblar Su desasosiego sube de pun más, el almacén era de los más raíces la preocupación popular papel de prójimno benévolo, de la ciudad, y es posible que lelos de información.
to, y entonces redoblan sus an grandes y bien provistos de esde que el día de Corpus en patriota resuelto, y corre esta ciudad. Dichosamente, dicen Costa Rica trae siempre a parescan causa triste de sucesos peotimular, para la noble acción, res. además los mil soldados, tro del suceso.
Llegan por fin cerca del tea que el señor Levcowicz está jada alguna desgracia.
con su nota siniestra, la sangre allí, con bayoneta calada, esta resplandor, que parece el proColumbran un asegurado en muchas libras.
SAYURKIN.
La familia se hallaba ausen.
del vecindario.
rán esperando el auxilio de fue ducido por una llamarada. te, de paseo en Agua Caliente.
Oímos el toque, y no sabemos si ra para rechazarlo con brío; y Qué pasa?
Todo el vecindario, y sobre VARIEDADES temor entusiasmo nos exaltó. si por caso algún bondadoso La casa de Levcowicz, una todo la Policía, se mostró soNos vestimos en abreviatura, y sin desventurado quiere abordar el de las mejores y más lujosas de licito en prestar su auxilio y Congreso Nacional En la sesión del miércoles se perder tiempo, tomamos la puer muro. la almena y el torreón, San José, era presa de un in ccoperación; pero hubo algunos ta del hotel por verdadero asalsaltar el foso, ese infeliz lleno cendio voraz. Las llamas, inten que descollaron por su arrojo y improbó en definitiva el proto de piedad, caerá temblando de sas y vivas, consumían las mer febril actividad. Por ejemplo, yecto del Ejecutivo sobre enseEl chis chas de los cuchillos agonía por la acción de una bacaderías de la tienda y las que los señores Lesmes Jiménez, Ri ñanza religiosa en las escuelas.
se hallaban en la espaciosa y cardo Fernández Guardia, Juan moción del Diputado don nos puso reflexionar sobre si la o de un bayonetazo republi rica bodega del establecimiento. Francisco Montealegre, Grego Mauro Fernández, se revocó la vendría el verdadero lance de canamente dado.
El alarma aumenta, los veci rio Martín de Castro, el joven disposición por la cual se suprifuera para adentro en busca de Porque esa clase desprendida nos se dešesperan temerosos de Santiago Leary, José María mió la Escuela Nacional de Múlos descontentos irreductibles, y y patriótica que nos rige con que el fuego se trasmita sus Gutiérrez y otrus que no tene sica.
apenas faltó un punto para que forme al sistema de la democra, hogares.
mos presentes por el momento. Celebramos que el Congreso tas llón de pesos.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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