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EL HERALDO DE COSTA RICA D5 Lirigidn y reductado POE DAX El Heraldo BAZAR DE SAN JOSE Almacén de wacker MATA Alfombras y cortinas. Bazar de San JOR.
san.
POR UN CURA, EL HERALDO COSTA RICA la noche, asomarse la puerta ocupar de nuevo aquel púmero las quejas y protestas lacrimo «El doctor Moisés Alliendo y estrujando el párpado, en oami. 19 de tres batacas, sillas ordi Bas de los traficantes en ceniza ex Sargento Mayor constituciosolín, y aleteando de alegría con narias de rebelde petatillo. de herejes.
nal, señor Eduardo Fritib, escalos coditos redondog. al oír y No era tan grande el grupo. FIO VIQTH El cual vino que nos meten paron gravemente maitratados.
Fer la rueda anhelada del ca. que del todo quedáramos con estos comerciantes de Costa RiJóvenes, artesanos y genta tretón del pan.
tentos Antes bien allí seguia ca Cataluña, de Campeche o del pueblo han quedado hori.
El pan nuestro de cada día da. mos suficientemente amohina Sicilia, vale por muchas que dos y contunos.
nosle hoy.
dos, sin cambiar palabra con mas.
El setior Intendente de la No niegnes nunca, oh Dios, el los compafieros; y así habríamos provincia, acompañado de) PruBustento a la sencilla niñez, ni ceguido taciturnos y llenos de motor Fiscal y de varios jefes tampoco el grano los pájaros ira contra la sociedad que no Armarios y cómodas. Bazar de San Jose militares, acudió en persona que gorgern en tu bonor. Por aprecia el mérito, si al fin y al contener el desorden, y en el Banco El Gobernador que permites que la inocencia cabo, no hubiese salido Barbamedio de la lluvia de piedras amarille y bobtece y perezca de reschi alegrar aquella sole.
Tenemos derecho esperar y quebrazón de vidrios, el pue.
Es cosa cierta que mientras necesidad?
dad, con su mundo poblado de que ese establecimiento pos de blo respeto su presencia, pidiénmás eo vive más se vé.
atractivos prestigiosos. billetes limpios. Sogán análi. dole la vez la prisión y castiDon Camilo es intolerable, Desde entonces aquel teatri sie muy seriamente practicados go inmediato de los promotores decían de los cuatro costados, No acertábamos a conocer a to de Variedades estuvo ilumi resulta que el papel que gira del motín, sobre todo, del cura muchos y muchas gentes, cuan. quellos caminos. Los habíamos nado y concurrido.
tiene seno de vieja 25 por 100, Las Casas, único autor del es do fué nombrado para reponer visto tan lastimosos como una Por detrás de nosotros, un de almohada de tísico 30; y deſcándalo.
la vacante de la Gobernación, avenida de Nicaragua!
imberbe se estremecía sensible otras partes menos recomenda. Ese individuo aerá acusado por renuncia del señor Licdo. Nos convencimos pronto de menté. La juventud tiembla bles, lo demás.
criminalmente por su crimen y Aguilar. Nosotros también nos que era preciso sacar de las u.
con facilidad, y con más razón Con que, señor, queme arraigado en Temuco hasta quy burlabamos de la manía do estas de la censura al señor ks.
si la toca en su Dervio delica esa indecencia, y, ya que no pagne todos los perjuicios y su coger para puestos importao. quivel, y denunciar a la socie.
do, acción tan fuerte como la puede ofrecer oro, pero, ni si criminal atentado. tes personas de poca recomendad sus partes recomendables.
de una mujer joven, ý: demás quiera plata, dé al pablico padación.
Qué importa que hubiere sido hermosa, seductora y artista. pel sin microbios.
Ahora vamos notundo que constitucional y que ahora per.
Pues ese niño que decía adiós Oh Catilina, déjate de conslas censuras de muerden la len tenezca a la dictadura injustificon su mirada dulce la ado pirar contra Roma.
gua, y que los descreidos co cable? Qué importa que esté EVA, lescencia, veía con mienzan a despavilarse en pro tildado de clerical como otros VARIEDADES de quien fué ayer objeto de su muchos que se rien de DiosIo grieuta mirada, de la otra par.
La pena que te consume te, la diosa tentadora de la Revela una dicha; pites mofa. El Heraldo de Costa riemo que del diablo, pobre papubertad.
Una espina sólo es Rica que suele observar antes tas inofensivo la walicia del Así nos pareció cosa exenta Maletas y carriedes Bazar de San José. El indicio de un perfume!
para decir después, se ve en el Pontífice invento para cobrador de maravilla que el trémulo la.
Temuco apuro de reconocer que si don de sus rentas?
bio del imberbe se la Tu mal fulgura y orea; Camilo mereció flagelación en Ello es cierto que calles va pasara profiriendo estas y otras serneDESORDEN ESPANTOSO PROVOCADO Hay en tu pensar intenso otro tiempo, ahora que sirve mos teniendo allí donde en otro Algo que tras iende incieuso la dictadura del señor Rodri tiempo era todo lagana del do. Jautes voces: Leemos en LA DISCUSIÓN de resplandece y gorgea!
guez, tal parece que estuviera lor, estanque venenoso, río del «Por esa Barbareschi me siento arder como un berberisco, Chillán del 20: al servicio de un presidente la Muerte. El ala del ángel brilla criatura diablo que me hará per«Hemos recibido mayor nú.
Por todas partes de la poblaconstitucional lleno del espíriSobre la faz trastornada De la oración enlutada tu de la legalidad y del progre ción vimos trabajos de reforma, der inutilmente la límpida ter mero de datos acerca del mayúsculo desörden que nuestro y hubimos de confesar qué don süra de mi goncillez! mustia que se arrodilla Hemos visto detenidamente Camilo se mueve ventajosamen.
En eso ya era el momento cura Las Casas ha ido prote.
con nuestros propios ojos.
glorioso de la reina egipcia, mu. mover al tranquilo pueblo de La efusión de tus dolores Después tomamos por la ram. jer de Farahon.
Es el rocio Ayer recorrimos la ciudad Barbareschi desempeñaba el He aquí la versión que da de La noche azul, y desciende por los cuatro rumbos. El Befior bla que lleva a la Sabana, y al sefior papel de la soberbia dama de los sucesog un suplemento de De las lucis las fiores!
Esquivel había tenido la bon paso nos hacía notar el se dad de invitarnos para la vista Esquivel los hoyos que hacía hace veinte y tantos siglos, tal EL CONSTITUCIÓN AT del 17 de e nero: Las lágrimas, esos rastros, de ojos; y ayer mañana hicimos disponer uno y otro lado de voz, treinta.
Rise acto de Aida faé una canoche las nueve, en los: Vienen del cielo, y han sido unu por dos horas y media de la la calle, para plantar arboles momentos en que un grupo de Cosas puras que se han ido cabalgadura que se dignó ofro sembrosos, sin perjuicio de ro verdadera novedad para nues.
bajo pueblo y de mujeres salía De las alınas los astros!
cernos, porque no quiso admi servar un buen lied zo para el tró público.
tir que nosotros costeásemos la tranvía. llegamos a la Saba.
Anselmo, con ser persona se del teñor Pablo Salaberry, trasde la bodega en construcción Esas gotas son radiantes né, pádímos compreuder, el ria, uo dejaba que descansásé formada en cápilla de misionebestia.
Pavesås, y fueron glorias.
Desde la siete y media nos e.
pensamiento del Gobernador. mor. Nos decía al oído, ros, el cura Las Casas enfureci.
Hay. perlas que són escorias, chamos caminar.
Seguiremos mafiana.
Cene 66 arte!
do porque el pueblo y unos Carbonce que son diamantes!
Dimos vuelta a la ciudad, y no se cómo pueda admirarse cuantos caballeros estacionados Vierte la escarcha bendita luego la partimos en paralelas, Lámparas y faroles Bazar de San José. esa gentil arrogancia y la aper: en la acera del Hotel Continen.
De tų infortunio sagrado, secantes y diagonales. cada Aida tura por donde la falda egipcia tal no aprobában sus doctrinas, Si el hielo refresca el prado, paso, n08 décia el Gobernador: deja escapar log lampos amoro. porque protestaban del lenLa verdura résusita!
por esta calle no era fácil pa Poea gente hubo el miérco so8 de aquella curva espejean guaje inculto y grosero usado sar di a pie, y ahora observe y les. Casi abandonamos el tea te que és mngnífica prenda tor por él en el púlpito, incito la Caiga la nube deshecha, vea la blandura con que va por tro para ir zabulliruos en peada de ella criatura diabólica. chgema, o más bien, la azúzó a brotará la mies tubia.
allá la rueda de ese coche de la nuestro aposento, cuando he Todo estuvo muy bien. que atacara esos caballeros Donde no habo nunca lluvia, Nicelli cántó admirablemien. pedradas, asaltara y saqueara Jamás pudo haber cosecha!
nos no lograban tener pan ca mo número de personas reuni te, y el Baritono acábó de fúnel Hotel Continental.
liente para sus tragos matina das para ver y oír el gran acto dar su fama.
Tu juventud, que atesora El cura Las Casas, parado les; paes hoy se queman la boca tercero de la famosa ópera dol en lop umbrales mismos del imLa glacial melancolía ofrece una frente fría con el calor del migajóa; y la queridísimo maestro Verdi.
provisado teinplo, iracundo y los besos de la manteca de vaca, apretada con Por fortuna el desaliento de rabioso gritaba. agarren los aurora, el frío de estos amaneceres, de la primera impresión pasó lueNo mas brevaje herejeg, mátenlos, denles de Es como el volcán que apiña verano, corre al segaudo por la go. Cuando nos dirigiamos piedra!
El aljófar que se cuaja rebanada como si fuera aceite la puerta para tomar las de Con grandísimo respeto aqui La chuoma inconsciente y luego se funde y bajr delgadísimo.
Villa Diego, antes que ser tes otra vez, tiramos del rayo de la fanatizada por la voz del cura fecundar la campiñia! on efecto, veíamos paear tigos de un desierto en nodio autoridad, fin de que nos. asaltó el hotel; una lluvia de como sobre rieles, el caballo del magnífico oasis del divino tienda para recordarle aqóollo piedras enormes cayó en los saQue tu razón desconfie el panadero y el carretón; y arte, que es todo miel y leche, del picaro vino; cuya introduc lones y quebró todos los vidrios Del destello que alboroza!
también mirábamos los mu una buena ola de dilettanti in ción deseamos sea abolida, así del establecimiento, lámparas Dios sabe si quien solloza chachitos de cara regordida, vadía la misma entrada.
Es más feliz que quien rie!
con la misma decisión que en y faroles, produciéndose un deaun no la vada de los besos del Respiramos, y muy alegres tiempos pasados fué condenada sorden espantoso y una indig Hay tristezas que levantan ángel travieso que los guardó echamos pié atrás y fuimos a la Santa Inquisición, pesar do nación genderal júbilos que desdoran, 80.
Temuco que hiende.
Cocinas de bierro. Bazar de San Jose Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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