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EL HERALDO DE COSTA RICA Washington, 19. En el despacho razón de veinte años. La buena de. Oiga usted, Maruja: aquí hay una palabra de honor. de ahora en adede la armada se ha recibido el siguien Maruja era adorable, toda bondad y letra de más en una palabra.
lante. te cablegrama del almirante Dewey. paciencia para nuestras trapatiestas y Pues se tacha con una raya, se Acudía ella al punto, como remeEl 12 de abril el York Town visitó nuestras algazaras de toda hora y de pone otra al margen y una especie de diar una gran desgracia: Baler, lugar situado en la costa orien cada momento. es cosa fácil. No, no, si hasta me dió gusto.
tal de la isla de Luzón, cor, el propó Pero de lo que no me acuerdo, y Una patas arriba; a y ésta. Me entretiene ver ustedes alegres; sito de auxiliar una fuorza española quizás tampoco ninguno de ustedes. Se tacha, y una línea ondulante hacen bien. no faltaba más. compuesta de ochenta soldados, tres es de cómo ella se familiarizó con nos al margen. Está usted harto de sa oficiales y dos sacerdotes, que estaba otros y nosotros con ella. Lo cierto es, berlo.
Pues, amigos mios, la buena de Marodeada por 400 insurgentes armados muchachos, que nosotros la conside Cuando veía alguno de nosotros ruja, murió. no lo sabían ustedes. con rifles mauser. El Teniente Gil rábamos como una compañera de resentado a la mesa, escribiendo, pedía murió tísica, la desgraciada Maruja!
more, quien estaba practicando un dacción, especie de directora con casa siempre que le fuese mostrando las Sólo después que lo supe fué cuando examen de la desembocadura del río aparte y vida independiente, pues que cuartillas, a medida que las escribiera, comencé pensar en aquella tosecilla en lancha armado, cayó en una em. si entrábamos en el despacho (i paretal vez porque adivinaba que eso era muy seca que a veces le notábamos, boscada y fué capturado por los in ce que estoy viendo aquella baraún un estímulo. Todos accedíamos su en aquella blancura pálida de su cara, surgentes. se ignora su paradero, pues da de despacho. y, asomándonos petición; y apenas trazada la última en el azul obscuro de sus orejas, en la los rebeldes rehusan comunicarse con la ventana, no la veíamos en la suya, letra, cogiamos la cuartilla y decíamos, trasparente delgadez de sus manitas nosotros.
decíamos casi sin querer, pero invamirando a la ventana y haciéndole se de marfil.
riablemente: ñas con el papel. Pobre Maruja!
Reglas doradas para cuadros.
Bazar de San José Malo! Hoy falta Maruja. Dian. Maruja, ya hay una; vaya con Hará tres meses que desapareció tre. Dónde estará Maruja?
tando. Mire: escrita de arriba a abajo de su ventana, donde seguía yo viénSan Petersburgo, 19. Han acon momentos después desfilábamos la tercera que se le niostraba, resdola después que acabó el periódico.
tecido graves motivos en la universi todos, uno ahora, otro luego, la des pondía ella con un. bravo! y recomen Acaso podía yo figurarme dónde hadad de Kieff. Los amotinadores ape. bandada, así que nos convencíamos de daba, solicita, cinco minutos de disbía ido parar. draron los establecimientos de comer. que ella pasaba la tarde fuera, en ca. tracción, mientras se fumaba un ci¡Mal dijera que estabas en el cecio y casas particulares rompiendo sa de la hermana de Quebra Costas. garrillo.
menterio, tan lejano y tan solitario!
los vidrios, las autoridades civiles pi. De esa, sí se acuerdan ustedes. Maruja era quien nos cortaba las quizá en la fosa común, sin unos pé.
diern auxilio la tropa que hizo reti. también deben recordar que Maruja, fajas para el periódico y quien nos talos de rosa en tu sepultura humilde, confeccionaba la goma en los días de sobre la cual caerá en este momento rarse al populacho, después de herir al día siguiente. pobrecilla. gravemente algunos. hubo 400 lo primero que hacía era disculpar su correo. Qué buenas fajas y qué ex lluvia y más lluvia. Si al menos todas arrestados.
falta: estuve aquí, estuve allí, fui de celente goma! En pago de esto, cuan.
las noches fuesen de luna. Triste compras con mamá, un poco rubori do llegaba de la imprenta el periódico, amiga mia! cómo recuerdo ahora lleno Muebles para sala, dormitorio, comedor, ofi zada y confusa, como si en realidad su casi siempre los sábados por la noche, de melancolía tu frase de infinita boncina y cocina. Bazar de San José.
obligación consistiese en dad y de infinita resignación: estar allí el primer ejemplar era para ella. Como la calle era estrecha, se lo tirába. Me entretiene verlos alegres, MARUJA aguantándonos. Poco faltaba para que la excelente muchacha nos pidiese, mos de ventana ventana.
hasta me hace bien.
con las manos cruzadas, que la perdo. Maruja, abi va, todavía húmedo. Lo comprendo ahora todo: vivías de nuestra alegría, ya que tu alma esta. Muy bien, gracias. Lo voy leer; USTEDES se acordarán de Maruja, násemos.
ba triste. Mas. por qué no nos dihasta mañana. entonces nosotros, juguetones, jiste, ipobrecilla! que en esa sencilla aquella flaquita de pelo muy castaño, Corriamos todos la ventana, para deseosos de broma: farase iba en vuelta la revelación del casi rubio, que vivía enfrente de la redar las buenas noches nuestra amiga. No diga usted más. El tribunal presentimiento que tenías, de tu muerdaccićn. no recuerdan. Aquella bon Que usted descanse, eh? te prematura? Triste niña, quien ya le perdona la falta.
dadosa muchachita era amiga nuestra, ella, más confusa, dándole vuel. al día siguiente, Maruja repetía no veremos más. no es verdad? Siempre benévola y cada autor frases y frases del artí complaciente para con nuestras bar tas en el dedo su sortija de cobre. Atiende, Maruja, escribí cuatro cuar Pues sí, pero culo publicado, y juraba que nos co veces.
tillas. Ya no me dices. bravo!
bullas y algazaras de todo el día y de nocería por el estilo aunque mudáse. veces, qué?
toda la noche. ustedes saben bien mos de pseudónimo. Por supuesto, qué tales eran nuestras barbullas y Ninguno creía que ella estuviese en. No. Vaya, se acabó la broma!
siempre benévola: todo lo encontraba algazaras.¡Dios mío, Dios mío! Para que la fadada con nosotros. Salió, porque te.
muy bueno, escrito con mucha gra tierra produzca diamantes y de ella Yo admiraba en Maruja una rara cia y muy bien, como ella decía.
nía que salir; no faltaba más.
broten flores, quizá sea preciso que virtud, completamente original y en En las veladas que celebrábamos, y. Pues, no es cierto, le pregunestos cuerpos le vigoricen la savia.
cantadora. la de no mostrar jamás tábamos. que ella adoraba aquella que por regla general no pasaban de en su amistad preferencia por ningu troupe de bohemios. Alfombras, cortinas y géneros para tapicería.
Bazar de San José.
no de nosotros. Diríase que era nues.
mal de las mujeres, discutíanse escán. Todos son muy buenos mucha tra hermana, también nuestra madalos, descubríanse secretos, poco más chos. decía ya sonriente. Todos me Traslación dre, pues que nos queria a todos por menos como en todas las redaccio.
tratan muy bien.
igual, la pobre Maruja de ojos azules Al trasladar mi residencia y oficina cuando esto decía, su rostro me nes. Pero de Maruja nadie tenia que y suaves.
nudito y muy pálido se iluminaba de decir sino bien; era la privilegiada de dental de Heredia a esta ciudad, cum.
No sé si ya lo dije. adivino el inte.
gczo, y sonreía con intima gratitud. aquellas sesiones de maledicencia. Ca plo con el deber de hacer público testimonio de mi gratitud hacia la muy rés con que os preguntaría por mi, en si siempre la conversación degenera Mas. por qué simpatizaba con nos estimable sociedad herediana por las mis días de holganza, juzgar por la otros, la pobre Maruja?
ba en algazara uno quien se le ocuseñaladas muestras de distinción que solicitud interés con que me pregun.
rría cantar, otro que iba por la guitaCuando nos veía en francachelas se ha servido prodigarme durante el taba por vosotros, cuando haciais no.
rra y gemía cantares con acompaña tiempo que tuve el gusto de permainterminables, bebiendo coñac y café, villos al trabajo.
oíase desde su ventana un. psht! muy miento de guitarreo. era de ver có. necer en su seno. Asimismo pongo en conocimiento de mis clientes de diY esos perezosos. mo Santos Mello, con los ojos cerra. esos pi. silbado.
dos y la cabeza, inclinada a un lado, cha ciudad de Heredia, que los do.
carones. Está alguno enfermo. Qué manda doña Maruja. Qué cantaba su cuarteta predilecta: mingos 23 y 30 del presente mes, me De calaveradas, Maruja. Todos desea. trasladaré allá para la ejecución de andan en eso.
Son canciones misteriosas ella, levantando los ojos de la la.
trabajos profesionales; y que en los. Vaya, hombre. decía ella casi bor, con aires de formalidad: Canciones de enloquecer.
demás días despacharé en esta capital escandalizada.
Que el lirio dice la rosa en la oficina del Dentista don Ricar. Mando que escriban, que traba La rosa repíteme.
do Kriebel. Ah, y cómo me acuerdo ahora de San José, 18 de abril jen. Hicieron ya el periódico?
la franca vivacidad de las sonrisas que Pero en medio de esta baraúnda, de 1999. Qué afanes pasaba por el perió. siempre había uno que recomendaba nos enviaba, cuando todos en grupo, dico. FRIIS, Cirujano Dentista.
silencio asomando unos la cabeza por encima de los hombros de los otros, conver ¡Háganos el favor de no hablar ¡Con mil demonios! No considera Máquinas de coser. Bazar de San José.
sábamos locuazmente con ella, de vende cosas tristes. Vaya una salida, el ban que Maruja no podria pegar los ventana, en un ojos.
NO OLVIDARSE que duraba horas, con mucha familia.
Ella entonces, por única respuesta, sin embargo. suprema bonHoy las p. hay exhibición de ridad, con mucho abandono, casi tu.
nos citaba las veces que en la semana dad. nunca se quejaba cuando, la Cinematógrafo en el salón La Arena teándonos mútuamente.
anterior había venido el impresor mañana siguiente, venía decirnos casa de don Paulino Ortiz y los de.
Como lo recuerdo. quejarse de que hacía falta original, y hasta qué hora había durado el es más días patines. En el mismo estaElla tenía siempre una palabra y cuántas otras el muchacho de la im truendo, lo que habíamos tocado, lo blecimiento se encuentra de venta: un billar, un piano nuevo, una máquina una sonrisa para las mil preguntas que prenta había estado pedir las prue. que se cantó, quién había reido más, y le dirigíamos, y por tanto, una gran bas corregidas.
para hacer agua gaseosa, dos máquihasta las veces que las sillas rodaron nas para hacer helados, una estante.
paciencia, inagotable. Nosotros, los ya que hablo de pruebas: Maru por el suelo.
ría, una caja de música y sillas. Todo troneras, casi llegábamos adorar en ja conocía todas las señales de correc. Ven ustedes. No la habíamos está en perfecto estado y se vende aquella ingenuidad sencilla de su co ción, todas.
dejado dormir! Mil perdones, Maruja; mucho menos del costo.
110.
tana tête tête periódico. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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