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у AGENTE GENERAL, RAFAEL GUTIERI cos.
mo si Su cola con vaivenes de abanico. EL HERALDO DE COSTA RICAEL HERALDO de COSTA RICA las siete de la tarde, la. Húyele, húyele! gritó el es tan grande el despre globo terráqueo oscuras comitiva emprendió el regreso picador.
cio que me ispiras agregó Fe en un silencio tumbal.
la ciudad: al principio todos ca Ella dió un salto guarecién licidad, poniéndose en jarras y Los exquemáticos que gusFundado en 1889 por Pío Víquez minaron juntos; pero después, dose detrás de un olivo, excla mirándole con ademán provoca tan de jacarear, haciendo los años y las aficiones de cada mó angustiada: tivo que desde hoy no he de REDACTOR, hincapié en el bipomoclio de RAFAEL MACHADO JAUREGUI caal, y sobre todo, el vino, que. Salvame, Manolo! mirarte más la jeta. Puf, qué ADMINISTRADOR, entorpecía las piernas, fraccio Mas éste, que olvidándose de asco. y escupió. Digo. su nescencia, no ven en el MIGUEL TAPIA nó la boda en multitud de gru sus promesas en el instante de que si me dicen que mi novio genio sino un oidio chapos.
presentarse el peligro, sólo ha iba huir de un toro, así, de charrero semejante una Los viejos quedaron reta bis procurado por su persona, jándome fuera del burlaero, cual noctiluca en el chaos del inguardia; la gente moza corría y ya estaba encaramado en el ár. quier día dejo yo que nos echen finito cosmogónico.
bailaba cogiéndose por las ma bol, y sin moverse, miraba, pá las bendiciones.
Los neólogos, que con el UNA BODA nos, y ellae reían huyendo de lido de miedo, la terrible esce cuando todos creyeron que políscopo multangular de su los hombres que las perseguían da.
estos insultos habían anonadamusurgia chromo photograEl alin uerzo fué espléndido, baciéndoles cosquillas.
De la primera embestida del do al pobre Manolo, oyeron que fian la archigrandeza de la como no podía menos de serlo, Los enamorados caminaban toro pudo librarse la joven, sir éste respondía con la parsiinoestando las cocinas cargo del solos, pensando en sus bodas y viéndose del tronco del clivo nia característica de esos anda magna obra del Máximo Arseñor Isidro, el rico choricero es lo mucho que aquel día se como de un burladero; después luces de buena pasta, que nunca tífice, esos, únicamente esus heráclidas del pensamiento, de La Macarena una calle de habían de divertir.
con una increíble presencia de se corren: Sevilla, larga, estrecha. Pues arma mía. haber puedes compenetrar el verDelante de todos iban Felici ánimo, empezó correr al rede. torci.
te casao con Maz intini!
dadero genio.
da como la vaina de un alfanje. dad y Manuel, los novios que dor del árbol, salvando el cuer Se comió bien, se bebió mu avanzaban como si tuviesen alaspo de las furiosas embestidas EDUARDO ZAMACOIS Aquellos debieran estar en cho y de lo más exquisito que en los pies, arrastrados por a del animal, cada vez más emnn nosodognio literario por producen los famosos viñedos de quel veheinente deseo, tanto peñado en hundir el testuz en su pluspetición con las piéri Montilla; habo quien vació una tiempo contenido, de verse so aquel pedazo de trapo encarna LA CAZA DEL TIGRE des; y son dignos de que les botella de jerez en un plato hon los: ella, reclinaba su cabeza do salpicado de manchas amariadornada con claveles sobre el llas, cuyos flecos le hacían cos.
miremos con risa desdénica, do para beber mejor, y parejas re(FRAGMENTO)
teniendo como tienen un tatozonas que bailaron hasta caer pecho palpitante del joven, y quillas en el hocico; y mientras Manuel la estrechaha la cintu huía, daba gritos apostrofando Que agita con nervioso movimiento, daderos zanganduogos que en El fiero tigre de enfelpada cola lento resinócero. Son verrendidas de cansancio, y mujeres ataviadas con el clásico mai ra, diciendo que la quería con al cobardón que la abandonaba. Por la selva intrincada, húmeday sola tón de Maoila, que cantaron toda su alma y que daría su. Pillo, miedoso. decía Cruza con paso majestuoso y lento.
un vítor retórico merecen baitoalagueñas, y hombres borra sangre por ella. Si no sirves pa ná. Detiénese de pronto. El espinazo lar el sarambeque.
chos de vino y de alegría, que. Quisiera aseguraba el En esto llegaron los lacoros Enarca hacia la cola con pereza, Por eso los neólogos que Estira rígido el nervudo brazo, las jalearon hasta quedarse ron mozo en su media lengua any lograron sujetar al toro, maAbre las grandes fauces y bosteza.
ergotizan metabolizando daluza que se presentase un niatándole fuertemente.
Recobra su actitud. Con regulares que con su caletre polsiperLos novios, en honor de los peligro; verías tirarme él coEsta escena que apenas du. Pasos avanza, y con mirada altiva: mático y phosphorico cuancuales se celebraba tan risueña mo un león, pa librarte tíl. ró medio minuto, la presencia: Ruge y tiemblan los troncos seculares do atacan esos ñiquiñaY en el mismo instante, cobatahola, fueron los que tomaron tudos desde las posiciones De la ignorada selva primitiva.
aquellas palabras hubie.
Ion una parte más activa en la sen sido un conjuro, la boda se que cada cual adop o para es Ha olfateado la presa. Alegre ondula ques literarios, oréstidas que capar mejor, y al convencerse Fuego en sus venas de titán circula fiesta. Ella era una muchacha tienen opsofagia de oroban detuvo, obedeciendo un moalta, vistosa, con quias los ponen en vergonzoesa belleza de que el peligro había desapa. con placer relámese el hocico.
vimiento instintivo, al ver va recido, se apresuraron acerso rehillo.
basta, pero incitante, de las rios bultos que la distancia im.
Trota y crugen al peso de su planta mujeres andaluzas, y que al carse la joven, tan milagrosa Las hojas arrancó la muerte impía En esa terrible etopea de bailar entornaba los ojos y enpedía reconocer y que avanza mente salvada.
De las torcidas ramas donde canta la vida humana admiramos la carretera, envueltos treabría los encendidos labios, Unos la abrazaron, y las ma la eolia musa con sus chiscomo si las cadencias de la mú en una densa nube de polvo; luego se oyeron voces ahoga jeres la besaron llorando y la De una planicie sobre el verde manto pazos expontáneos que interMedio desnudo el cazadar espera; sica provocaran en lo profundo obligaron baber algunos sordas coino de gentes quienes bos de agua para serenarse.
Contempla al tigre sin temor ni espanto de sus entrañas de virgen ar la fatiga impide hablar, y despreta cou amore, alaba con smart y en fin, nos presenta diente inexplicables cosquilleos; Mas ella estaba tan furiosa pués apareció, destacándose súá natura bajo el plafond de y él, un mozo garrido, frerte bitamente de aquella polvareda, que el coraje la impedía reflexiotodos sus neuróticos y grácibronceado por los aires del un bermoso torazo negro, cou nar en el peligro pasado, y conles rojores y entre el varillaje campo y el sol de la tierra, con las narices henchidas y la mitinuaba abrumando su marido ENSAYOS todo el fuego de la juventud rada ardiente, y quien persedel abanico protoinmenso que de sus improperios.
peso imitativos de un estilo en los ojos.
guían un picador y varios hom ¡Cobarde, gallina. Si satisfecho, altadero y orguinimitable Se brindó a la salud de los bres pié.
no he de volverte tirar la calioso, ostenta en su diestra amigos ausentes: alguien recor El efecto producido entre los ral. Si merecieras vestirte El genio, job! el genio es alabastrina y prepotente el dó el nombre de uno que había de la boda por la aparición del por arribal. Quieres quitar una cariátide polifacética que neológico adalid transformafallecido algunos ineses antes, y terrible cornúpeto fué indes. se los pantalones y ponerte mis dor de la literatura, despide doquiera rayos diviá varios viejos, que por sus mu criptible: se extinguieron las enaguas. chos años no podían resistir risas, y la general borrachera se Entonces lus circunstantes nos de policromos resplando. UN PERIÓDICOMANIÁTICO.
tranquilos los traidores halagos disipó.
levantaron la cabezı y estalló res. Lleva en su mente grandel mosto, se les aguaron los. Un toro, un toro! grita una carcajada general.
diosa ese dón precioso, dón POLIANTEA ojos y se secaron las húmedas con muchas voces. Vamos, hombre. exclamó olímpico de la clarovidencia.
mejillas con el dorso de la ma Unos se lanzaron través de el señor Isidro. eso no lo hace cuando agita sus alas de LA REPÚBLICA no, haciendo unos visajes que los campos, confiando en la agi naide!
bronce y emprende vuelo tanto parecían producidos por tidad de sus piernas, estimula. Yo no lo hubiera hecho.
condorino, toca los dinteles cana es sensible que a veces choNuestra siempre querida Deun dolor real como por una bo das por el poderoso acicate del. Ni yo. rrachera incipiente, y que lo miedo, la salvación de su vida. Ni yo. explendentes del infinito y chee y dé entender que tiene mismo podían inspirar pena que las mujeres se echaron de bru. Ni yo tampoco. luego desciende raudo con montada, entre ceja y ceja, la risa. Se dieron vivas frenéti ces en las cunetas del camino, todos hablaban mirando fudirse con esas casi perfec. Imprenta de Vapor á Vapor, cos los novios; se bendijo, se y alganos, más borrachos más Manuel. que aun seguía encara tas criaturas de natura que del señor Greñas.
gún es de rubrica en casos ta serenos, se dispusieron sortear mado en el árbol, y zahiriéndo el gran Linneo apellidó, vales, al cura que los bautizó, la al toro con sus chaquetas. le más con los ojos que con las liéndose del hermoso lengua La actividad con que trabamadre que los parió y la par Pero al animal sólo le había palabras.
je ciceroniano, con el nom jan los señores artesanos para tera que los envolvió en pañales: preocupado el mantón de Feli. Eres un cochinol dijo e bre de Homo Sapiens. formar una asociación, los hace todos hablaban y reían sin tino, cidad, aquellas flores amarillas lla. Ah! el genio en su lumí acreedores al mayor aplauso y embriagados por esa felicidad que se escorzaban poderosames. Ha cio cin querer repuso nica carrers, semeja Febo al debido estímulo. Nos alegra iadefinible que, cuando estamos te sobre un fondo encarnado; la el agrelido, los malditos ner. deslumbrante que se asoma en extremo ver que al fin nuesLien dispuestos, nos inspira la impresión que en su fiero ins vios.
alegría de los demás, y que en tinto causaron los dos colores. Un cobarde!
con cabellera ígnea hirsuta tra clase obrera, rompiendo con la apatía y el retraimiento, de tonces se desbordaba en medio nacionales fué tan viva que de Te diré. un gayo pue por las regiones levantinas, muestras de de aquella pradera exhuberente tuvo un instante su veloz ca juir de un perro y no por eso llega al zenit glorioso, descri vanzar con pie seguro por la de vegetación y bajo un cielorrera y luego se precipitó sobre ser una gayina.
be su pequeño semicirculo y senda del progreso y de unirse azul, que arrojaba torrentes de la joven con la cabeza baja, lan ¡Un mandria!
desciende triunfante las re al impulso de generosos esfuercalor de luz.
zando un bramido de rabia. Lo que tú quieras, reina. Igioner ocasianas, dejando alzos, ban por Feliz el ave saludando al día. es una fiera enfrente de otra fiera.
MÁXIMO SOTO HALL.
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