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EL HERALDO DE COSTA RICA El Heraldo de Costa Rica EL HOGAR VACIO De tu encanto vacío.
La Revolución sa la vida y la llena toda. el Deber.
LIBERTADORA DE COLOMBIA hay el hombre de pensemiento a quienes las multitudes EL JEFE DOMINGO DE AGOSTO están habituadas escuchar, una forma ineludible de ese deber; la de hablar alto y sin miedo, Una tarde, fines de diciembre del año pasado, un en las horas trágicas de la His.
NUMERO LITERARIO toria grupo de oficiales liberales, La Musa divulgatriz de la después de haber atravesaVerdad debe poseer su espíritu, do el desierto indígena de atormentado por la adivinación la Goagira, llegamos un del peligro, inspirado por los punto en que un pequeño dioses del prodigio, por la viobelisco señala los límites sión anunciatriz de la catástrofe. Ay! tu hogar está húmedo y sombrío ruedan por los patios dasbandadas entre Colombia y Venezuela.
Las hojas arrancadas y debe fulgurar en sus labios De todos tus reflejos despojado!
Todos, como oprimidos por De aquel naranjo que tu edad tenía. proféticos y aletear en sus fraEl viento que agitaba tus cabellos, ses incendiarias.
un mismo penoso sentimienComo no juega en ellos, Las limpias aguas del raudal cercano Circula entre los árboles callado. Que en tu rosada mano Su palabra dominadora y suto, detuvimos allí nuestras Beber solías con afán sonriente, jestiva como una admonición y caballerías, en silencio. Lue Se caen marchitas al abrir las rosas Cuando del linde de tu hogar se alejan un sortilegio, debe pasar sa ori Que frescas y olorosas, Parece que se quejan, go nos miramos unos 0flama conquistador por sobre Ayer reían en tus sienes bellas, Que van llorando por su dueña ausente.
tros con una manera doloY crecen las acacias tan lozanas, las almas sorprendidas; Que cubren las ventanas Las olas son que en apacibles horas, su frase, iniciativa como una rosamente significativa, y Por donde nos miraban las estrellas, Copiaron seductoras, caricia, magnífica como un cre.
dando un paso más, entraDe tu frente de niña la azucena!
Como uno y otro día no te vieron, mos en la tierra extranjera. Las inismas olas que no bien llegaban púsculo, luminosa como un fa.
Tus tórtolas huyeron, Tendiéndose buscaban ro, debe pasar por sobre la malCreo que mis compañe Aquellas que amorosas y sencillas, Algún ojuelo de tu pié en la arena, titul, con el sonido augustal y Sobre tu casto seno se empinaban, ros y yo, nunca habíamos tus labios besaban, Como en los días del ardiente enero, grave de una lira dórica, pulsasentido tanta desolación. Golpeando con sus alas tus mejillas.
La jaula del jilguero, da por la mano de un Profeta; Dejábamos atrás quince meAún cuelga del parral fresco y umbroso, como una rosa de oro y de iQuién sabe dónde están, donde han ido ¡Pero jay! en vez del que quisiste tanto, ses de lucha, y el enemigo. suspender su nido!
Hay otro cuyo canto púrpura, la palabra reveladora triunfante en todas parExtrañas son las que en el bosque nioran. Es un gemido de dolor medroso.
debe brotar de sus labios proLas que se mecen en sus verdes cañas digiosos; tes! Dejábamos atrás nuesQue tu recuerdo entrañan, Así mi lira llorará tu ausencia tros muertos, sin haber pocomo de un cornucopio máLas que en tu sauce predilecto lloran.
Tu candida existencia Cual blanca nube se elevó del suelo gico, toda la flora de la Elocuen.
dido vengarlos! Dejábamos Todavía aquel arbol eminente, al infinito desplegó sus galas.
cia, todos los frutos de la BelleSobre el balcón saliente atrás la patria, sin haber Los que nacen con alas Deja inclinado que su copa uscile; za y de la Verdad, deben fluir Qué pronto suben de la tierra al cielo!
podido redimirla! Éramos Pero ya no entrelazan en lus muros de su boca reveladora, hecha au.
los pocos que quedábamos Sus vástagos oscuros RAFAEL OBLIGADO.
gusta por la majestad del Verbo La madre selva y el jazmín de Chile!
anunciador; del cuadro de ayudantes del General Uribe, cuyas troCrece yerba salvaje en las macetas y, su grito anútebo debe sonar Colmadas de violetas, como una diada en la calma pas, destrozadas en diarios Que tú regabas al morir el día somnolienta de los pueblos; combates, acababan de hay, debe ofrecer la linfa inagocer los últimos disparos con encontrarnos nos mirábamos fracasado. Estaba, pues, atravesaré el Zulia, seguiré table de la Esperanza, al labio pertrechos quitados los godos.
largamente sin decirnos na perdida irremediablemente lo largo de la frontera del sitibundo de la multitud, arda.
la Revolución?
Táchira, llegaré los llanos diente y pueril, exausta de ideaNi una palabra dijimos les; ya esa tarde después de salA Curazao llegó con alUn dfa en Pativilca, Bo de Casanare, y pronto se y, debe, como la figura del var la línea en que termi gunos de sus subalternos de lívar enfermo, hundido en volverá oir hablar de nosCristo mitológico, proyectar la naba nuestro suelo. El sol alta graduación, el General un silón, como un espectro, otros.
fiera mansedumbre de su virtud.
Dió sus órdenes los Je esquiva, sobre las ondas en fu poniente, desde los farallo Vargas Santos, Jefe Supre enjutas las facciones, afilanes lejanos, alargaba ade mo de la Guerra. Es un das las manos, las rodillas fes presentes, agregando. ria, del mar humano, misterio.
Cada cual vea el modo de so; lante nuestras sombras; y anciano de ochenta y cinco juntas y puntiagudas.
la caricia brutal de su palaéramos nosotros otras som años de edad; de pequeña meditaba. Los españoles, cumplir su cometido. Porbra denunciadora, debe pasar bras. En los dos días si estatura, grueso, sanguíneo, formidables, bien armados, que hay que cumplirlo.
Todos salieron sobre multitud, como días la barba ricos y atrevidos con mil pocos guientes, en todos los una ala con los cabellos puey de fuego, y debe aplicar el beso blecillos venezolanos por completamente blancos. Ha triunfos: la República, per después para donde habían donde pasábamos, íbamos bla en tono enérgico y bre dida. Qué piensa hacer sido destinados. Eso fué en dores, sobre la máscara de forma Vuestra Excelencia? le pre enero. hoy introducen del grande Enigma: la mucheencontrando soldados y ofi ve, con voz acostumbrada ciales de los nuestros, dis más de medio siglo de man gunta uno de sus Tenientes nuevos elementos en Pana dumbre; Lo persos, enfermos, callados, do.
El héroe moribundo contes má y en el Magdalena; inél dice es deque y, su verbo embriagador y En Maracaibo había un gran finitivo, irrevocoble. Lo pri tó esta sola palabra. Triun vaden y triunfan en el Cau despótico, capcioso como un lifar!
número y siguieron llegan mero en que pensó fué en ca; de las guerrillas que en cor, vibrante como un Epinicio, debe sacudir los nervios de esa do lentamente. Poco des aliviar la suerte de los que También Vargas Santos, Santander había dispersas, pués, en esa ciudad, en Cu estábamos allí; pero ¿cómo raíz de espantosos desas forman batallones; auxilían multitud, y despertar, toda la brutalidad de sus pasiones atárazao, en Puerto Cabello y hacerlo si tres; perdidas las batallas, los héroes del Tolima.
para que el camY el General Vargas San vicas, pasiones heróicas, salvaen Caracas, las gentes veían biara su ropa que tenía el perdidos los buques de por las calles pálidos grubarro del vivac, hubo rra, el enemigo ensoberce tos, cumpliendo al pie dedoras en la hora del peligro; que la letra su programa, está y, su acento, los pueblos pos de esos náufragos de la tomar credito un vestido do y potente, el ejército li al frente de numeroso ejér deben sentir la vibración sono guerra, quemados por el fue cualquiera? Era el último beral reducido la nada; en cito, pocas jornadas de la ra de una heroicidad ancestral go del sol y de la pólvora; extremo.
una isla extranjera, sin un capital de la República!
vibrar en ellos, la levadura épi.
flacos, descoloridos, melenurifle, sin un cartucho, sin ca de generaciones guerreras El General Uribe había ISAÍAS GAMBOA dos, hambrientos, con terro ido Caracas confiado toun centavo. también él, el hervir en su sangre, el grito so20 de julio de 1901.
noro del combate subirles la sos vestidos de campaña, sin davía en un postrer auxilio guerrero octogenario, al leer garganta como una marea, mien.
esperanza de ser mudados: de los amigos de allí: únilo que Uribe comunicaba de parecíamos salvajes entre la ca esperanza que quedaba Caracas, dijo, poniéndose EL DEBER luz, la visión de la Victoria, les ciudad. Veíanse piernas que y que desapareció también, en pie como para marchar: deslumbra las pupilas.
cojeaban, brazos en cabes cuando aquel Jefe anunció la Revolución. Mañana sal Yo dispongo que siga POR VARGAS VILA Tal es el deber del hombre trillo, cabezas vendadas. Al que sus gestiones habían dré para Maracaibo, luego de pensamiento en la hora que Hay una palabra que conden. precede la Conquista.
gueEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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