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EL HERALDO DE COSTA RICALa fuente de su regazo en seguida, arrojado mano, con cierta estática lenti En iguales términos de violen la hoya común de la Inclusa, tud; dos beatas envueltas en sus cia se expresa don José Maria Zeal montón de los desconocidos, amplios mantos y sentadas en un ledón, y termina así: donde se pierde la propia perso bancc de piedra, contemplaban el Los Judas aparecen ya en las (De Victor Hugo)
nalidad, en holocausto la falsa juego silenciosamente. Eran las almenas del castillo sitiado; los limpidez de un nombre, para o recogidas de la Inclusa.
guerrilleros del bosque nos damos Habitaba un león cabe una fuente cultar la brecha abierta en una Un pensamiento terrible cruzó el alerta! convenido y silencioy una águila beber allí venia; honra: su boda con el viejo aris por la mente de la dama. Qui samente cargamos la escopeta.
y dos reyes, dos héroes se encontraron tócrata que la triplicaba en edad zas estaba entre las pobres aban. en la crónica registra lo sijunto a esa fuente un día.
y en el que veía más un padre donadas la inocente quien la guiente: allí donde las palmas siempre llaman que un marido; ventajoso enlace adversa fortuna arrebató para Mal, muy mal ha caido el nomal peregrino a quien la sed abate, amañado por su madre; la muer siempre de su regazo. Acome bramiento de don Víctor Orozco combatieron los reyes, y murieron te de ésta, la definición de su portiola un deseo voraz irresistible, para Presidente de la Directiva Ambos en el combate.
venir; de su existencia tranquila de acariciar las muchachitas; del Partido Nacional de esta ciuSobre sus cuerpos levantose el águila y apreciable en un lugar sin nupero su mismo delito la robó el dad. La opiniones que eso debe y les dijo, del aire cual señora: bes.
valor, se le antojó que su impulso remediarse, pues de lo contrario. Estrecho el universo ayer veiais. Ah, si. Ella era buena, ella de extraño carácter podría apa la cosa irá muy mal.
y sombras sois a hora!
era irresponsable, ella no supo lo recer sospechoso a las madres.
Vuestros huesos ayer llenos de vida, que se hacía. La autoridad Eso de que una gran señora se La República se hace eco muy sólo guijarros ya serán mañana materna, seca inflexible, se im digne conceder un halago una la ligera de las protestas de El mezclados a las piedras del camino, puso en nombre del deber y abru inclusera, no es cosa corriente y Día y El Tiempo por el nombrapero sin forma humana. Insensatos. a qué esta guerra torpe?
mada por su caída cedió a la du común, e iluminada por una idea miento de don Victor Orozco para y solemne presión sin protes repentina ahogó los sollozos que ra Presidente de la Directiva Cen¿A qué ese duelo de que fui testigo?
tar, recibiendo con mansedum se la escapaban, se sereno un tan tral del Partido Nacional.
En esta soledad y en paz perpetua reina un león conmigo.
bre el golpe. Ni siquiera habían to y acercándose las beatas las Luego agrega: Ambos bebemos en la misma fuente, acompañado a la entrega de la dijo, entregándoles un billete de Siguiendo con fidelidad nues.
pobre criatura, cualquier prenda banco que sacó de un tarjetero: tra promesa, esperamos la evolureyes somos entrambos, y no hay duelos: de fácil reconocimiento el dia de. Admiten ustedes una limos ción de los sucesos.
El manda en bosques, selvas y llanuras, mañana. Nadal. Estorba na, madres?
y yo reino en los cielos! ba y se la lanzó escape entre la Las beatas se levantaron sor El Tiempo, declara que ha meMERCEDES ALVAREZ DE FLÓREZ.
muchedumbre anónima recogida prendidas; pero el donativo se ha recido desaprobación general el en la calle, sin darle tiempo decía en tan correcta forma, que nombramiento de don Victor fenderla, con una suprema cruel respondió una con dulzura, to Orozco y escribe lo siguiente, reg.
El dolor dad, quizás con el propósito de mando el billete: pecto a la actitud que guardará que no pareciera nunca. Por qué no?
aquel diario. Del danés)
Era imposible vivir así, ocul La otra hermana entonces se Sin romper las filas pedimos tando su dolor y su secreto, con dirigió las muchachitas, y las voz en cuello que se revoque; sin Solitario, cual sucle, y cabizbajo, Del anoho mar en la desierta orilla, la herida siempre abierta, ulcera gritó palmoteando para que la desertar; nos insurreccionamos y Se ocupaba el Dolor con gran trabajo da por el acicate del remordimien oyeran: desconocemos al jefe que carece to, aparentando una ilusoria fe. Niñas. Niñas! Vengan aquí de aptitudes y que no conducirá Una figura en modelar de arcilla.
licidad. El esposo, quien no dar las gracias a esta señora por bien el ejército.
Llega Jovey pregúntale. Qué es esto?
se ocultaba la nostalgia terrible, su generoso proceder. Un muñeco de barro, le replica: Reconocemos la Directiva Gela melancolía eterna de su com Las pequeñas se arremolinaron neral del Partido Nacional, obe Pon, Padre, tu poder de manifiesto pañera, afanábase por volverla en torno a la beata, que las expli deceremos las órdemes del Licen tu aliento vital le comunica.
la alegría, haciendo desfilar ante có lo acontecido y luego corrie ciado don Cleto González Víquez Viva, Júpiter dice, mas repara ella las mayores eminencias en el ron en tropel la caritativa se y de nuestro Candidato, pero Que como mío, es fuerza me lo lleve.
arte de curar. Todo inútil. La mora. La dama no pudo contenunca citaremos siquiera esa Di. Imposible, señor, que abandonara, ciencia que no pasa de los poros, nerse, inclinóse, con harta sorrectiva Central mientras esté tan Grita el Dolor, al que su sér me debe.
había pronunciado su fallo invio presa de las chiquillas, no acos mal encabezada, y perdonen los Jove empero contesta: Yo los rijo, luble: la Condesa padecía un ner tumbradas tales extremos, y demás miembros de ella, que si soy de todos los vivientes amo.
vosismo antiguo e insistente con fué dejando uu ósculo tiernísimo son dignos de nuestra consideraLa Tierra entonces presentóse y dijo: base histérica y de aquí su triste en la frente de cada una, con la ción y de nuestra estima. De mi seno sali6, yo lo reclamo.
za permanente y profunda.
secreta esperanza de que si esta.
En tan grave conflicto resolvieron II ba entre aquellas desgraciadas su Publica el mismo diario: Saturno apelar, para que falle; Había dejado el coche en la bija, besándolas a todas recoge No es cierto que El País va a El cual, cuando sus quejas le expusieron, Puerta de Madrid y se interna ría el primer beso de su madre. ser el órgano del Partido NacioA cada uno ordenale que calle.
ba por las frondosas calles de ár. Luego se alejó conteniendo las nal. Toda la prensa nacionalista decide imparcial de esta manera: boles del Parque, buscando las lágrimas, mientras las beatas dará las noticias y publicará los TG, Jove, que la vida le infundiste; más solitarias, huyendo de la murmuraban conmovidas al ver acuerdos de las Directivas.
Recibirás su alma cuando muera, gente.
la marchar. Qué buena parece! En Cartago ha quedado consDesprendida del barro que la viste; Aquella tarde sentía como nun.
ALFONSO PÉREZ NIEVA.
tituido en la siguiente forma la Ta, Tierra, le darás en tu regazo ca revuelto en el fondo de su alDirectiva del Partido Nacional: Donde, inerte, descanse la materia; ma el torbellino de sus dolores. Información Politica Presidente, don Manuel BreY tú, Dolor, con apretado lazo Quizás la fecha: cumpíanse nes.
ujeto le tendrás la miseria; cinco años de la ignorada catásVice Presidente, Doctor don Reflejarán sus ojos tu mirada, trofe.
La elección para Presidente de don Moisés Castro.
Con tu suspiro se abogará su aliento, De pronto llegó oídos de la la Directiva Central del Partido á tu suerte la suya irá ligada Secretario, Felix Mata dama un coro de vocesitas infan Nacional, recaída en don Victor De su vida hasta el último momento.
Prosecretario, Juan Brenes tiles, sin duda de algun colegio Orozco, ha despertado algunas Tesorero Alfredo Sancho.
VENANCIO MANRIQUE.
de niñas, que jugaban el corro protestas y asperezas de parte de VOCALES: entre los álamos; pero la cantu ciertos elementos republicanos.
ría resultaba tan extraña, que Eco de esas protestas se hicieDon Francisco Jiménez El beso anónimo extraño recuerdo de su catástro detuvo el paso y escuchó. No ha ron El Tiempo y El Dia.
Clemente Peralta e íntima. Acababa de ocurrir; bía en aquella tonadilla nada im Este último diario, en su númeJosé Bonilla.
seis años son seis minutos en la Francisco Ortiz petuoso y radiante, ni entre sus ro de antier, trae sin embargo un vida y los hechos se la ofrecían notas saltaban risas y gritos a artículo inspirado en la concilia. Santiago Jiménez Aqella fecha terrible no se bo brumosos como distanciados por legres; era, por el contrario, unación y la armonía.
Ramón Matías Quesada traba un instante de su memoria el tiempo. Sus amores con el in sonata melancólica y reposada, Francisco Oreamuno Su corazón no había cesado fame que, impulsado por un mi con cierto dejo de plegaria in Informa El Dia que en cierta zade llorar desde entonces, con un serable apetito carnal, respondió fluida por una infinita tristeza. patería de esta ciudad han deja El Dia registra un muy sensato llanto silencioso y triste, que na su cariño purísimo, el primero! La pobre mujer siguió su camino, do sin trabajo cuatro operarios artículo firmado por De Voly to die adivinaba tras la perpétua lleno de abnegación, de olvido de atraída hacia el sitio donde so por negarse firmar una protes mamos de él los siguientes acápi.
sonrisa. Seis años iban trascurri sí misma, manchando su inmacu naban las voces y al cabo descuta contra la candidatura Esqui tes: dos de su matrimonio con el Con lada pureza; su traición franca brió las muchachitas en una vel.
Sea la práctica de los actos pade; tenía dos ángeles rubios que mente revelada ante las consealegraban su existencia; un mari cuencias inevitables de su falta; trióticos lo que guíe en adelante plazoleta.
No pasarían de veinte, y año Los señores Leonidas Briceño los buenos hijos de Costa Rica.
do que se miraba en ella; un pues su madre, más cuidadosa de sato preeminente en el áureo mun lones y fiestas mundanos que de más, año menos, ninguna rebosa. José María Zeledón protestan Cesen ya las ridículas protestas do de los privilegiados de la for las tocas de su viudez y del reca Fuera, sin embargo, lo triste de roso llevado a cabo por una par treinta años vienen de padres tuna, pero en sus soledades, cuanto de su hija; los sucesos precipi sus ropas de asilo, la toca de mete de los republicanos, con moti hijos prometiendo desfacer godo convertía los ojos del alma hatándose por una pendiente fatal; rino negro que las cubría la cabe vo de la elección del señor Orozco. biernos entuertos y vengar ofencia la conciencia, experimentaba el seductor desaparecido; la interza ensombreciéndolas el rostro Dice el primero de los señores sas de tiranos.
algo como el horror del vacío, la vención tardía de quien debió eriel hábito de mansedumbre y quie, mencionados: La verdadera causa de los mapena lenta por el eterno ausente. tarlo todo con su prudente celo: tud adquirido en el establecimien Esperamos que venza el tér les que hemos recibido de los goEn el hogar tranquilo, calentado el aislamiento para ocultar la to, carecían las infelices criaturas mino de veinticuatro horas en que biernos ha sido la división, la despor el amor de la familia, faltaba culpa los ojos de las gentes, y el de esa loca vivacidad de pájaro hemos convenido con una respe organización y el prurito de llauno, quizás el más querido de desenlace del drama, por último, propia de la infancia, y en vez de table persona, para tomar la ac marse patriota todo enemigo de todos: el ser inocente nacido de en aquella sombrfa casa de la ma niñas, resultaban mujeres peque titud que nos convenga, la que en los gobiernos.
una culpa y condenado por la tatrona, y en un misterioso silencio ias. Con un orden perfecto, sin circunstancias como las actuales talidad al anónimo perdurable. pagado peso de oro.
La paz, la amistad y el sacrifiLa pobre mujer conservaba un apresurarse, sin reñir, daban debe tomar un hombre de vercio, son virtudes cuando tienen Luego el tierno ser arrancado vueltas cantando cogidas de la güenza.
por objeto y fin el bien común, la Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    FranceGuerrillerosJosé María Zeledón
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