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Anarchism

2 LA UNIÓN CATÓLICA. COSTA RICA. AMÉRICA CENTRAL.
No puede liaber sociedad sin creen. para la conducta se necesita una discipli la conciencia; dicha intima que nadie puecias comunes, admitidas como reglas in. na, las ideas requieren un orden. Negan de turbar ni arrebatar; dicha constante mutables de los pensamientos y acciones «do la utilidad de los ritos y prácticas reli que, según las palabras de la Escritura, de todos los ciudadanos. Quitad, pues, la «giosas, se niega al mismo tiempo el impe convierte la vida en un festin, y dicha por Religión; y ya no hay creencias divinas, y. rio de las nociones sensibles sobre seres consiguiente, tan completa como puede por consiguiente creencias comunes y sa. que no son puros espiritus. Una reli serlo en el valle de las lágrimas. Además, gradas, y todo es problemático entre los «gión sin culto público se debilitaria muy mientras las leyes humanas limitan sus hombres; no se conoce más que verdades «pronto. conduciría infaliblemente la promesas a los breves años del tiempo, la relativas. y por consiguiente mudables «multitud la idolatria. Si nada rev Religión realiza las suyas durante toda la inciertas, que respetadas hoy, pasan maña. niese los que profesan una misma cre eternidad. He aquí sus recompensas cona bajo el látigo del ridiculo, y fuerza de «encia, no habría en pocos años tantos mo sanción de la ley.
decepciones, la sociedad acaba por dudar «sistemas religiosos como individuos. Cuáles son las penas que imponen las de todo y de sí misma. Esta duda fatal la «Pretender que la religión no contie leyes humanas contra los que las infringen?
mina, la enerra, la degrada, la hace inca. ne ningún desorden en el país donde es Por graves que se supongan, no alcanzan paz de todo lo grande, la abisma sucesiva. más honrada, pues no impide los crime al hombre más que una parte de sí mismo, mente en el abatimiento, en una agita. nes y escándalos de que somos testigos, su cuerpo, su libertad, su fortuna; su reción febril, para entregarla por último «es proponer una objeción contra la moral putación su vida, y siempre acaban con desgraciada y envilecida a las sangrien. y las mismas leyes, pues la moral y las el tiempo. Muy diferentes son las penas tas furias de la anarquia, o a las cadenas «leyes son impotentes para precaver todos que sancionan la ley divina, pues alcanzan del despotismo brutal. los crímenes y escándalos. Vemos al hombre en su alma y en su cuerpo. De No puede haber sociedad sin espiritu «los crímenes que no impide la religión, aquí aquellas palabras del mismo divino de sacrificio. Todo el mundo os dirá que «mas, įvemos los que contiene. Podemos Legislador. No temáis los que solo puela sociedad sólo puede existir con el sa. escudriñar las conciencias y ver todos los den hacer morir al cuerpo, pero temed al crificio del interés particular al general. negros proyectos que en ellas ahoga la que puede hacer morir el cuerpo y el alma; pero este sacrificio, tan costoso a las pa. religión, y todos los saludables pensa si, en verdad temedlo. Otra diferencia: siones, y que incesantemente renace, só. mientos que origina. De qué procede mientras los castigos que hacen respetar lo puede alcanzarse por medio del temor «el que los hombres, que tan malos nos las leyes acaban con el tiempo, lo mismo de Dios y la esperanza de una compensa. parecen en particular, son en masa tan que sus recompensas, las penas impuestas ción futura. Haced de modo que el hom. honrados. No será porque las inspira contra los infractores de la ley divina albre no crea o casi no crea ya en Dios, en «ciones y los remordimientos a que se re canzan al hombre en toda la duración de sus castigos y sus recompensas, y tened «sisten los malvados resueltos, y a lo que su existencia presente y futura, y ni aun por seguro que el egoismo, egoismo frio. no ceden siempre los buenos, bastan pa la eternidad las verá acabar. Finalmente, cruel y bárbaro será, en igual proporción «ra regir la generalidad de los hombres la posibilidad de librarse de los golpes de y bajo una u otra forma, la ley universal. en el mayor número de casos, y para ga la justicia disminuye con frecuencia la sanNo existirá ya entonces la sociedad, y «rantizar en el curso ordinario de la vida ción penal de las leyes humanas. Habéis lo que lleva su nombre se reducirá tan só«esa dirección uniforme y universal sin la conspirado contra el rey, sois condenado a lo a un agregado de individuos que pug; «cual fuera imposible toda sociedad dura muertė, y no siempre os es imposible salir nan para ver quién será el más astuto y el «dera?. Se cree que las leyes son las de su reino y eximiros del castigo; pero más fuerte, para saciar expensas de los «que gobiernan, y en todas partes lo hacen esaldréis del reino de Dios? Atentáis condemás su innoble sed de oro, de honores «las costumbres, que son el resultado de tra la vida, la fortuna la reputación del y groseros goces. las circunstancias, de los usos de las prójimo, y no siempre os es imposible neAunque evidentes por sí mismas, es. instituciones. De todo cuanto existe entre gar el hecho, destruir las pruebas materiatas verdades están confirmadas por una «los hombres, solo la Religión abarca en les de vuestra culpabilidad y pasar por experiencia tan antigua y tan nueva, que «teramente al hombre, y es capaz de darle inocente; pero anegaréis con buen éxito en el primer axioma de los hombres sensatos «buenas costumbres. Quitad la reli el tribunal del que todo lo sabe? Emplazaes éste: sin Religión no hay sociedad. gión la masa de los hombres. y conqué do ante los tribunales humanos, podéis co«El que destruye la religión, dice Platón. la reemplazaréis? Si no se preocupa con rromper también vuestros jueces y com«destruye los cimientos de toda sociedad «el bien, lo hará con el mal; porque el co prar vuestra absolución; pero ¿sabéis el «humana: las ciudades y naciones, añade «Jenofonte, más adictas al culto divino. cuando no haya religión no habrá ya pa en connivencia con vosotros para asegu«razón y el alma no pueden estar vacíos, y medio de corromper a Dios, y de ponerle «fueron siempre las más duraderas y más «tria ni sociedad para los hombres, que al raros la impunidad?
sabias. Las leyes de Minos y de Numa. recobrar su independencia sólo tendrán Luego, queda demostrado, por todo lo dice un celebre jurisconsulto moderno. fuerza para abusar de ella. En los esta que precede, que la Religión es la más sa«están basadas únicamente sobre el temor «dos libres se necesita con más especiali grada de todas las leyes. de los dioses. Cicerón dice en su Trata. dad la religión, pues, como dice Polibio, GAUME. do de las leyes, que «la providencia es la «base de todas las legislaciones. Yuma «los dioses, para no verse en la precision «en ellos el temor principal debe ser el de De los Deberes y Derechos «hizo de Roma una ciudad sagrada, para «de dar un poder peligroso ciertos homdel Clero «que fuese la ciudad eterna. Las le«bres. yes de la moral serían insuficientes. Las Acabamos de considerar la santidad EN LAS ELECCIONES PARA CARGOS POLÍTICOS. leyes son la norma de cieftas acciones, de la ley religiosa bajo el doble aspecto de (Continuación. mas la religión regula el corazón; las le la persona del legislador que la establece, deberes del clero en la cuestión electoral, en el «Queda la cuestión de los derechos y de los «yes no son relativas más que a los ciudaу de la importancia de los deberes que im«danos, y la religión se apodera del hom«Confieso que es más delicada, y que hay que «bre. ¿qué fuera de la moral si queda la sanción que la confirma.
pone; réstanos estimarla bajo el aspecto de ejercicio de su ministerio.
hacer reservas y guardar miramientos, no por «ra circunscrita a la, elevada región de las La sanción de una ley consiste en las esa mezquina indemnización que recibe el cle«ciencias, y si las instituciones religiosas recompensas ventajas prometidas al que ro. Interrupciones en la izquierda. no la hicieran bajar para hacerla sensible la observa; y en las penas impuestas al que «Novecientos francos al año para un cura e«al pueblo. La moral sin preceptos la quebranta. Bajo este nuevo punto de conomo, mientras que Mirabeau, y la Constitu«positivos dejaria sin regla la razón; la vista. cuánta no es la verdad de la ley re yente después, asignaban 12. 000 libras cada u«moral sin dogmas religiosos no sería más ligiosa? Casi todas las leyes humanas no no, es en verdad poca cosa. Nuecas interrupciones en los mismos bancos. qué una justicia sin tribunales. El dog señalan recompensas en favor de los que «ma y la moral fueran tan sólo abstraccio las observan; de modo que nuestros códi queréis. En todo caso, esta indemnización que «Pues bien; supongamos que sea mucho, si «nes, a no ser por los ritos, las ceremonias gos no aseguran recompensa alguna al el clero recibe en cambio y como compensación «y las prácticas que les dan un cuerpo y que no roba, no mata, no mancha la repu de los bienes de que fue desposeido fines del «les sirven de apoyo: en cuanto a la reli tación ajena, ni defrauda los impuestos; siglo último (Vivas negativas en la isquierda. gión, siempre se trata más de obrar que la única que prometen es la protección esta indemnización no importa para la cuestión «de saber; las buenas acciones sólo pue contra la injusticia, la calumnia y la vio que nos ocupa, pues no basta para transformar «den prepararse y garantizarse por medio lencia al gozo pacifico de su libertad, de su al sacerdote en funcionario del Estado. Ruido en la izquierda. de buenos hábitos, y únicamente practi fortuna de su salario, y otras ventajas de «Porque lo que hace, lo que constituye, lo «cando las cosas que conducen a la virtud este género que se reasumen todas en una que caracteriza al funcionario del Estado, es que «o recuerdan al menos su idea, se apren felicidad exterior, pasajera y necesariase tiene una parte del poder público. Muy bien. de amar y a practicar la virtud misma. mente incompleta. Sucede todo lo contra muy bien! en la derecha) Pero desde el Obispo «La verdadera filosofia respeta las formas, rio con la Religión. El que la observa, hasta el más modesto cura, ningún sacerdote, en «tanto como las desprecia el orgullo; y si tiene en este mundo asegurada la paz de el actual estado de cosas, retiene la menor parceEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Uzano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y juventud Costa Rica