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L EXION CATOLIC 3trevido aún quitarle la dirección de la escuela comunal.
En Sus Oraciones estaban las 21t25 Hermanas cuando pocos momentos después de la fusilería, se sintió la puerta de su residencia una violenta llamada en la campanilla.
Eran el Cura y sus vicarios, que acababan de recoger los muertos y los heridos, y necesitaban de las Hermanitas para 2mortajar los unos y asistir a los otros.
Desde las siete de la tarde hasta las cuatro de la madrugada, Sor Ágata ha atendido un pobre niño agonizante. De la frente de éste, abierta por una bala, salían copiosos chorros de sangre que manchaban la toca blanca de la Hermana, quien con exquisita atención la ha obsequiado la familia de la víctima. como le preguntaran por su fuerza al sostener durante tanto tiempo a ese moribundo, ella ha contestado: Cuando me sentía cansada, pensaba en la Virgen teniendo en sus brazos su hijo crucificado.
He aquí otra aun más admirable, si pudieran graduarse tales actos de ese comba te de heroismo.
Por una herida muy abierta, salen los sesos de un desgraciado; preciso es taparla, y no vacila ella en efectuarlo manteniendo durante dos horas su mano aplicada a la herida.
con tos. de salvación abla santa para aquel que ha naufragado en los mares del pecado por el vicio la impiedad: Consuelo del desgraciado que se ve triste en la vida, y ve ya desvanecida la venture que gozó; amparo de los mortales, fuente de bondad, que, en vano nunca implora el pecho humano, que siempre amante te halló.
Virgeri para, més que el rayo de la luz del mediodía, que de la flor la ambrosia, que de la luna el fulgor; byeme, excelsa Señora, cuyo solo dulce nombre es más grato para el hombre que el canto del ruiseñor.
Escucha, Madre adorada, la plegaría de mi anhelo, plegaria que desde el suelo oso elevar hasta que aunque mi humilde voz sea de volar tan alto indigna, cuanto amorosa, benigna siempre con todos te ví. sé que nunca reparas en quién es el que te invoca; si lo que dice su boca se engendra en su corazón; por eso con fe te ruego tiendas sobre mí tu manto.
y seas tutelar santo que evite mi perdición.
Si pronto abrazar me vieres de la impiedad los errores, que cubiertos de oro y flores pudiéranme alucinar, tu gracia sobre mí extiende, con sus rayos me ilumina y disipa la neblina en que me vaya ofuscar.
Si me ves que por la senda voy del vicio depravado, mí solo abandonado, no me dejes, Madre, no; y préstame más que nunca tu ayuda, tu ayuda santa que hará desande mi planta lo que en el crimen corrió.
Si a Dios mis hechos ofenden en justa indignación calma y sé el iris que en mi alma ahuyenta la tempestad; nunca para mí se agote la piedad de que eres fuente, guíeme siempre esplendente el astro de tu bondad.
En Ti pongo mi esperanza, Madre y Señora, en Ti fío, y nunca en el pecho mio tal confianza morirá; siempre irá tu imagen santa grabada en mi pensamiento, continuamente mi acento tu favor implorará.
Que aunque mi humilde voz sea de volar tan alto indigna, sé que amorosa y benigna siempre el hombre te encontró, y sé que nunca reparas en quién es el que te invoca, si lo que dice su boca.
es la fe quien lo engendró. esa fe, Madre, la siento y lleno de ella te imploro, esa fe es el gran teaoro que encierra mi corazón, es mi manantial perenne de consuelo y de alegría, es quien presta al alma mia aliento inspiración.
Es quien mitiga mis penas: dando vida 12 esperanza, que me ofrece en lontananza compensación del penar, es la flor hermosa y pura que embellece mi existencia y me presta con su esercia dulce calma y bienestar.
No te olvides, pues, oh Madre, siempre tierna y cariñosa del que con voz fervorosa te demanda compasión: de quien te ruega ic cubras de tu piedad con el manto y seas tutelar santo que evite su perdición No te olvides del que misero en el mar enfurecido de este mundo, combatido por las pasiones está; no le dejes sin auzilio Una violenta expresión de ira se pinté al zumbar sobre su frente en el rostro de la señore 21 oír este nombre fiere tempestad rugiente, volvióse bruscamente hacia una joven que que vencerle intentará 12 acompañaba, y exclamó con más impePorque bien sabes que el hombre tuosidad que prudencia: es débil caña sencilla. Pero has visto. Si esto clama al ciees indefense barquilla abandonacia en el mar, lo. Pícara. Pícara madre! Mientras este cuando superior auxilio ángel llora, estaré ella escandalizando con eu gracia no le alienta Madrid como acostumbra. resistir 12 tormentz Calla, mujer! replicó la otra mirando y no le ayuda a triunfar.
con inquietud al niño.
FIDEL GOXZÁLEZ DE BESTABLANTE. Pero quién ve con paciencia esto. El Santísimo Rosario. Lástima de hijo para tal madre!. Desde ei fin del mundo hubiera venido yo, por ver recibir al mío su premio de gimnasia.
FOLLETIN. Anda con Dios, hijo! eso indica que cuándo seas grande sabrás tirar de un carro. Con tal que me seas bueno. No es verPEQUENECES.
dad, Calixto, vida inía?
Por el Luis Coloma, estampaba en las mofletudas mejillas de su hijo esos estrepitosos y apretados Continuación) bésos de las madres, que parecen mordisCalló el niño y no resonó un aplauso: cos del alma.
sólo estalló un sollozo, un inmenso sollozo El niño, enjugándose sus grandes ojos de que pareció salir de mil pechos por una sola uri azul profundo, como el mar visto de leboca, arrastrando los encontrados afectos de amor, ternura, vergüenza, entusiasmo, jos, no se enteraba de nada. La señora piedad y arrepentimiento, que en aquellos volvió decirle: corazones había despertado la candida vo Vamos, hijo mío, no llores. Anda, cecita del niño. una señal del Rector, Calixto, no seas pazguato, díle algo cse lanzáronse todos los que en el estrado es niño.¿No ves que llora. Cómo te llataban en brazos de sus padres, estallando entonces una verdadera tempestad de besos, mas, hijo. gritos, abrazos, bendiciones, llantos de ale. Paquito Luján, respondió el niño.
gría y gemidos de gozo. Sólo el niño que Pues no llores, Paquito, que tu mamá había declamado los versos quedó solitario te estará esperando en casa. Mira, Calixto; en su asiento, sin padre ni madre que le recibieran en sus brazos: la pobre criatura didale una de las cajas de dulce que te he rigió una larga mirada al dichosó grupo, y traído. mejor será que le des las dos, yo sus premios en la mano salió lenta te compraré otras.
mente por una ancha galería, en que co como viese que el niño rechazaba la menzaban amontonar ya los criados los linda cajita de la Mahonesa, que no del toequipajes de los niños que se marchaban.
Había en un extremo un gran mundo, con do satisfecho le alargaba Calixto, añadió: las iniciales en la tapa, y sobre él se Tómalas, hijo. Esta para tí, y la otra sentó el niño como esperando algo, con los para tus hermanos. No tienes hermanipremios al lado, la cabeza baja y la gorrita en la mano, triste, silencioso, inmóvil. La. Tengo Lilí.
alegre algazara del salón llegaba sus oídos, Pues llévale una Lili. llévale tam y poco a poco fuese levantando su pechito, hinchose su garganta, y rompió a llorar bién esto.
amargamente, en silencio, sin sollozos, sin la buena señora estampó en las mejisuspiros, como lloran los que tienen en el ilas del niño, llenas de lágrimas, otros dos corazón el manantial de sus lágrimas. Los criados comenzaban ya cargar los equisonoros besos, que en vano pretendían suipajes, y los grupos de padres y de niños se plir en ellas el calor que les faltaba de los dirigían la puerta con alegre barullo, sin besos de su madre. Un lacayo con larga que nadie reparase en el niño solitario: librea verde aceituna, coronas condales en veces, un compañero le daba al pasar una los botones y sombrero de copa con gran palmada cariñosa, un profesor que corría cucarda rizada en la mano, se acercó enapresurado le enviaba una sonrisa, y el nitonces al grupo.
ño sonreía también sorbiéndose las lágri Cuando el señorito quiera, está Una señora gorda, de aspecto bonachón, rando el coche, dijo respetuosamente al nihallóse en aquellas ápreturas al lado del ño.
niño, llevando de la mano un chiquillo gordiflón, que sólo había obtenido un premio de gimnasia. Notó éste las lágrimas y abrazando con un sentimiento lleite de El pobre señorito se levantó de un salto SAN JOSE de su compañero, y tirando de las faldas gracia al gimnasta Calixto, se dirigió la señora, le dijo al oído: puerta, sin querer entregar al lacayo el en. Mamá. mamá. Luján está llorando.
voltorio de sus premios. En la vérja del. Por qué lloras, hijo? le preguntó la jardín le detuvo el Rector, que allí esta.
señora compadecida. Si has declamado muy bien. No has sacado premio. ba despidiendo a los niños: besole Paquito Púsose el niño muy encarnado, y levanla mano y abrazándole él cariñosamente, le tando la cabeza con infantil orgullo, contes habló breve rato al oído. Púsose el niño tó mostrando los que junto sí tenía. muy encarnado, corrieron de nuevo sus lá Cinco. y dos excelencias. Digo. Cinco premios y todavía llogrimas, y con verdadera efusión llevó por segunda vez sus labios la mano del reliEl niño no contestó; bajó la cabeza como gioso.
avergonzado, y de nuevo corrieron sus lá Poco a poco fueron desfilando los carruagrimas.
jes, y cesaron al fin los gritos de despedida. Pero qué tienes, hijo? insistió la seño. Estás malo. Por qué lloras. Adiós. Adiós. repetía el anciano.
Un inmenso desconsuelo qué desgarraba Todavía aparecían algunas manitas saluel alma en aquella carita de ángel, se pintó dando lo lejos por las ventanillas de los en las facciones del niño: con los dienteci coches.
llos apretados y los ojos rebosando lágri. Adiós. Adiós. mas y amargura, contestó al cabo. Porque estoy solo. Mi mamá no ha Ocultáronse al fin todos en el último revenido. Nadie ha visto mis premios. codo del camino, y sólo quedó la llanura La señora pareció comprender toda la árida la polvorieta carretera, el pueblo de profunda amargura que encerraba aquel barracas, el colegio solitario, silencioso cosencillo lamento. Saltáronsele las lágrimas, mo una jaula de jilgueros vacía, y lo ley mientras con una mano acariciaba la rujos, acechando entre la bruma, Madrid, la bia cabeza del niño, apretaba con la otra contra su seno la de su hijo, como si temiese que pudiera faltarle alguna vez aquel El pobre vicio dejó caer entonces los blando regazo.
brazos abatido, bajó tristemente la cabeza Angei de Dios! decía al mismo tiemy entróse en la capilla murmurando: po. Pobrecito mio!
Tu mamá no habrá podido venir: es:02 Virgen de. Recuerdo dolorida!
tará fuera sin duda.¿Cómo se llama?
Se acordarán de ti?
La Condesa de Albornoz, respondió el niño. Curitzer. nalo Uno de los moribundos va morir y no quiere sacerdoté alguno. Acércasele la Hermana, diciéndole. En nombre de su madre confiésese. De mi madre, me río, responde el moribundo. Entonces hágalo en el nombre de Cristo.
No le conozo. como si la pobre Hermana buscara algo, dijole el agonizante: En nombre de usted voy a hacerlo, pues que. cristi. exclamación francesa equivalente al cáspita español. mucho valor es el que debe usted tener para cuidar de un pillo como yo, En seguida murió y fué enterrado con la cruz de Sor Agnes, lo que explica por.
qué hoy ya no la tiene ella en su pecho; pues hállase sobre el corazón del pillo convertido.
En cuanto a la Superiora, que tiene sus setenta y seis años, ella es quien ha amortajado a todos los muertos, habiéndose reservado esta penosa misión, que para las demás encontraba demasiado dura.
Más de una hora se necesito para lavar tan abundante sangre. Viejos, rasgados y ensangrentados estaban los vestidos de todos; indignos del último sueño, eran cuan.
do las había, las camisas de los más de ellos. Confiésalo humildemente la Superiora, subió al primer piso escucriñando en los cuartos del Cura y de los vicarios, para llevarles los muertos de Fourmies todas las camisas de dia de noche que encontrara.
Con el auxilio de otra religiosa de menos edad que ella, ha vestido los muertos hasta dejarlos arreglados en el vestíbulo.
Cuando todos estuvieron allí, la Superiora inirando derecha izquierda para cercionarse de que nadie la sorprendiera, ignorando la presencia del Cura que ha relatado tan conmovedora escena con lágrimas en los ojos inclinóse sobre esos cadáveres de niñas y niños, trazando en la pálida frente de cada uno el sublimé signo de la Cruz acompañado de un prolongado beso.
mas.
spes OSTA RICA AL ras. VARIEDADES.
gran charca.
PLEGARIA LA VIRGEN DEL ROSARIO.
Madre de Dios, reina hermosa de los cielos y la tierra, depósito do se encierra inagotable piedad; Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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