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UNION CATOLICil 706 La bujía se puso par.
Lus celusus guardianes dicron un paseo Un hombre alto, chyuelto en una capa, El problemi comico nos apromia con criosa perumbra, ví reyes, héroes, sasa demasiada urgencia y necesidad, para que por todas las salas, recogieron algunos ob.
de sombrero chambcrgo, de cara cínica y tos, mendigos y dioses paganos, que al reIbit re Hejo moribundo de la bujin lu miraban, olvidemos las instancias de la competencia jetos caídos: un pincel, una cinta, papeles. burlona, sc le presentó delante.
internacional en la lucha por la vida de las sin valor, y convencidos de que alli no troceder, cuando comprendió quc cra un se movian y lo llamaban. Los nervios acanaciones y continentes, ante cucstiones de quedaba encerrada con las esculturas in lienzo clavado en la pared: Jenipo, cl baron de irritarsc; sintió la siccesidad de andar, Hubiera salido corriendo si la familia. La conciencia social ha formado móviles y los lienzos mudos sino la gloria, lósofo avaricnto, pintado por Velázquc.
ya su composición de lugar, su juicio y su que impalpable no puede arrojarse fácil. Siguió otra sala, resucito, audaz, domi puerta cstuviese abierta. Empezó recomente la callc, cerraron tranquilamente nando sus nervios. Perdido anduvo un criterio sobre toda clase de escuelas y de rrer las salas y galerías como perseguido partidos, y por encima de todas las voces las enormes puertas.
gran rato, hasta que al fin llegó la enorpor un fantasma.
aisladas de los intereses particulares, resue.
En su escondrijo, oyó cl joven el rechi. me galeria donde está el cuadro de Rafael padear, arrojando intowalos llamas rojina imponente la voz de trueno de la reali. nar de las hojas al rodar sobre sus gozncs, de Urbino, el Homero de la Pintura. zas sobre los lienzos de colores; y todas dad, que es el eco de la voz augusta de cl ruido que hacen al besarse tras de un La oscuridad era completa, pero el jo las figuras sc movían, Las Concepciones Dios que llama la unidad de los pueblos: dia de divorcio, y los golpes metálicos de ven habia tomado sus precauciones. Sacó de Murillo subían al cielo, rodeadas de ány ante el solemne desfilar de las institucio.
las llaves al voltear en las cerraduras. Pen del bolsillo fósforos y el cabo de una bujia. geles que volaban en torno de su manto nes y de las gentes que, emplazadas por só entonces en salir de su rincón: pero los Los cuadros se animaron. Dioses, hom azul; los santos del Ispañoleto, anémicos, haces de la luz de un día de otoño quc fillos nuevos problemas, evolucionan bajo la bres, animales y monstruos despertaron al medio desnudos, martirizados, mostraban altísima dirección del Supremo Organizatraban por las amplias claraboyas, y los reflejo de esa luz, y lo miraban con aso11 sus huesos sin carnes, las llagas de sus sudor de todas las sociedades, se pierden alegres ruidos de la cele que se entraban bro unos, con burla otros, varios con có plicios, los harapos de sus vestidos; las Mcse desdeñan por lo imperceptible ineficapor las ventanas, le infundieron pavor. Polera. Se sentó frente al Pasmo, en el rojo ninas y los bufones de Velásquez lo mira.
ces, las interminables protestas, que, como dría ser visto de alguna parte, quizás que diván, y empezó contemplarlo.
ban con risa burlona; las manolas y los monótona cantinela, arrullan el sueño intedara aún alguna persona en el museo. ReEra el momento en que el Señor cala Chulos de Goya le volvían altaneros la es lectual del oráculo que las formuló, masolvió permanecer oculto algunas horas más.
nuevamente bajo el peso de la cruz, en la palda; Vulcano golpeaba el yunque al renera de supersticioso conjuro.
Había entrado a las dos cuando las salas puerta Judiciaria. El Cireneo le ayudaba flejo de una luz infernal; san Jerónimo esestaban llenas de curiosos; y en tanto que con su robusto brazo, que había derribado, cribía en el Desierto; los pastores adoratodos contemplaban con éxtasis las obras allá en Libia, cedros más grandes que ban al Niño; Prometeo gritaba con las enLITERATURA ARTE.
maestras, el habia buscado el lugar donde aquel madero. Maria, la madre virgen; trañas desgarradas; los borrachos miraban podría ocultarse la hora de salida, y el Juan, el discipulo amado; la bella pecadora la sala con sus copas de rojo vino en la cuadro que fuera objeto de su crimen. El de Magdala, y Salomé, madre Je após mano; y todo aquel mundo de santos de!
El escrito que va en seguida, fué publi sitio escogido no podía ser mejor: un salón toles, lloraban con intenso dolor.
El cencristianismo, de creaciones mitológicas, de cado ahora meses en la Revista Gris. Su pequeño, el menos frecuentado, y tras de turión brutal imperioso ordenaba seguir ángeles y endriagos, de enanos y de ninautor lo ha revisado para esta reproduc un caballete que no había tenido ese dia la la marcha. Allá lo lejos estaban las fas, de caballeros y animales, de soldados ción. Pasa la escena, que en él se refiere visita de su dueño.
otras cruces en la cima del Gólgota.
y cenobitas, de mujeres y demonios, empeen el Museo de pintura de Madrid y ante En cuanto al cuadro, la resolución tamUn recuerdo de la infancia tuvo enton zó moverse, moverse y llamarlo. Las el famoso cuadro de Rafael, llamado El bién estaba bien tomada. Ya que iba ces el joven. Empezó ver las viacrucis andaluzas hermosas, las copas de manzaniPasmo de Sicilia, que representa una de cometer una falta enorme, correr pelique al lado de su buena madre visitó mu lla, el oporto de púrpura, los toros majeslas caídas de Jesús en la vía dolorosa. gros, sufrir una noche de privaciones y chas veces, siendo niño, en la iglesia de tuosos, los abanicos de colores, la jota araEl Museo del Prado en Madrid es sin angustias, había que buscar algo muy buenuestra señora de Atocha. Qué se hicie. gonesa, las panderetas y los clarines. Eso duda el Museo más rico en obras maestras no, algo superior, en medio de aquellos ron aquellos tiempos? caquella madre tan veía por momentos pasar los reflejos de de pintura. Allí hay cuatro Concepciones millares de obras maestras. Pensó prime cariñosa, aquella infancia tan pura? Una la luz que ya quemaba sus dedos. Luego de Murillo, y de una de ellas dice Amicis: ro en las Tres Gracias de Rubens, luego y otra habían muerto. La madre, triste, las madonas inmaculadas, los mártires de Más de una vez, mirándola, noté que las en la Escala de Jacob de Rivera, después muy triste, al ver al hijo amado olvidando la fe, los ermitaños en el desierto, los selágrimas se me saltaban de los ojos, ante en la Victoria de Lepanto del Ticiano. Allí aquel lienzo mi corazón se ennoblecía y mi estaban todas las escuelas y todas las épovedados.
su fe y sus deberes y entregado placeres rafines y los querubines, las arpas y las La infancia, reemplazada por palomas, el Señor en el pesebre, el Señor espíritu se elevaba un nuevo y descono. cas del arte: temas sagrados y profanos, la una adolescencia rebelde y por una juven er medio de los Doctores, el Señor en la cido cielo de ideas. No era el entusiasmo guerra y el campo, la historia y la fábula, tud loca. Sintió un momento saltar en el columna, el Señor en la cruz, el Señor en de la fe: era un deseo, una aspiración in los reyes y los sabios, la fauna y la flora, corazón la antigua fe, los borrados afectos, el sepulcro. Aquello se le figuraba. cl inensa hacia ella, una esperanza que me ha la naturaleza, los dioses, los niños, las ciulos deberes olvidados.
juicio final: allí los benditos disfrutar el cia vislumbrar otra vida más noble, más fe dades, los monstruos, el mar, la muerte, el Pero volvió tener valor. Atrás, el reino de los cielos; allá los malditos al cunda, más bella que la que había vivido amor y los toros, El queria algo valioso, miedo y las preocupaciones, dijo, y avanfuego eterno. El había formado con unos.
hasta entonces; un nuevo afán de rezar, de muy valioso. Estaba arruinado. Heredezó hacia el cuadro. Vió entonces nuevos toda su vida. por qué no formar con los hacer bien, de padecer por los demás, de ro de cónioda fortuna y de ilustre nombre, detalles: Jesús tenia la boca entreabierta; otros?
expiar mis pasadas culpas, de ennoblecer todo lo había derrochado, y esa mañana, alen ella había al mismo tiempo amargura La luz se extinguió cuando volvia agila mente y el corazón. Nunca como morzando en Fornos, dejó sus últimos ditado, febril, horrorizado otra vez ante el en aquellos momentos, estuve tan cerca de neros. Tan sólo conservaba unas alhajas y bondad: el dolor agudo y la doctrina la fe y nunca he sido, tan bueno, tan afec. que fueron de su buena madre.
cuadro de Sancio el divino. El salón no evangélica salían juntos de los labios cártuoso; más todavía: creo que nunca ha briquedó, sin embargo, en la oscuridad. La Su plan era sencillo: arrancar del mardenos; no lloréis por mí, llorad por vosollado mi alma de una manera tan refulgerluna habia aparecido y a través de los alco un cuadro, salir esa noche mismia, si tras y por vuestros hijos, habíales dicho el tos cristales deslizaba sus rayos.
Señor las benditas mujeres, y ahora pate. Estas mismas impresiones del escri encontraba modo, por alguna ventana, tor italiano son las que se producen en el Uno de ellos caía sobre la cabeza del al siguiente dia cuando abrieran las puerrecía lanzar un gemido; nimbos de gloria alma del héroe en el cuento de nuestro co tas, ocultándose los guardianes.
rodealan la cabeza del Salvador y de las Nazareno: ahí estaba todavia caido: iba a!
laborador.
Cuatro de sus amigos, compañeros de santas. Sacó entonces un hermoso cuchi suplicio por redimir la humanidad; la sanEL PASMO DE SICILIA.
placeres y aventuras, partían pronto ul110 forjado en los yunques de Toledo. Al gre seguía goteando de su frente; y allá lo lejos el monte de la calavera, donde iba No todos los visitantes del museo del Él partiría con ellos y allá vendería, en tramar, al ecuménico certamen de Chicago. abrir la hoja, guardada en ricas cachas de hierro, vió la inscripción: No me saques sin terminar su agonia.
Prado desfilaron hacia la gran puerta, tierra extraña y gentes desconocidas, el razón, ni me guardes sin honor. Era un ¿En qué había parado todo aquello?
cuando los guardianes anunciaron las gran cuadro.
Su, fortuna mejoraría enadorno aquel instrumento de la panoplia Esa pasión, esas doctrinas, esos apóstoles, cuatro de la tarde, que iban cerrar. Un de su padre. Sólo eso quedaba de aquella tonces, regresaría España y se uniría con esos verdugos? El joven no había olvidajoven de águra hermosa y correcto vestido rica colección de flechas y de jabalinas, de do sus lecturas biblicas. Salem, la ciudad Carmen, la esposa que soñaba tras de las se dirigió hacia una de las salas interiores partesanas y de alfanges, de arcabuces y deicida tíué arrastrada por las legiones de ya desierta, y se oculto en un rincón, tras vanidades y orgías de su juventud. Carde mosquetes. Penso entonces que oía la Tito.
men, con quien ya no podría unirse por La cruz, instrumento de infamia, de un caballete que sostenía el esbozo de voz del viejo castellano; y al mirar en el. era hoy símbolo de redención y abría sus hallarse arruinado y acosado de deudás.
un cuadro de Juan de Juanes.
cuadro el casco del abanderado romano, La luz de aquel dia cristalino se empebrazos, en altas cúpulas, sobre las mejores Concurrido había estado el museo en recordó también los blasones del escudo de ciudades del mundo. El Gobernador de zó amortiguar. Las sombras fueron lleaquel díá. Madrid celebraba grandes fies gando, tiznaron el aire y se amontonaron armas de su familia que el autor de sus la baja Galilea y Caifás, el acusador en el tas porque era la época del nuevo centeEl joven salió entonces días guardaba con tanta veneración.
en los rincones.
Sanedrin, despojados del poder, con la narie colorobiano. La joven América cum de su hueco. Al levantarse tumbó una La bujía chisporroteaba lúgubremente. conciencia en insomnio y perseguidos coPlíassentoncés: Cuětro siglos, y, la madre paleta, y el ruido lo hizo estremecer. DiEl Señor miraba con tristeza divina, y de mo Caín. por un ojo implacable; se dieron patriasla viċja Iberia, festejaba su nata. rigió sus pasos hacia el gran salón donde su frente caían gotas de sangre; se oía el por propia mano la muerte. Lo mismo el licio Extranjeros y provincianos visitaestaba el cuadro que buscaba: El Pasmo estertor que salía de su boca.
ban con frecuencia el valioso santuario del de Sicilża.
el lazo del sayón, ni la lanza del pretoria treinta siclos. las victimas glorificadas arte, y sus saląs estaban llenas durante el El Pasino de Sicilia! El cuadro sobreno, ni la corona de espinas lo que le hacia en los altares de todo el. orbe al cabo de día con gentes de todas las naciones.
natural, el cuadro milagroso. Aquel que sufrir. Ni el peso del madero ni el golpe veinte siglos.
Poco a poco fué quedando vacío. Los representa los dolores y la agonía de un con las piedras, ni el llanto de las mujeres, Vacilando se sentó el joven nuevamente artistas enjugaron sus pinceles, guardaron Dios; que fué pintado por un hombre a ni los gritos del judío, ni las amenazas del frente al divino lienzo: guardó sin pensarlo sus colores y colocaron cuidadosamente quien llamaron el Divino, nacido y muerto Era aquella hoja toledana. Je el cuchillo, cerró los ojos y siguió meditando.
sus copias. Cuando salieron los timos en viernes santo; aquel cuadro que se salvó sús le miraba fijamente; parecía pedirle mi No habría otra vida mejor que la que hacuriosos (dos alemanes que se detecton intacto en un naufragio en que perecieron sericordia. El joven empezó temblar, bía llevado hasta entonces? El corazón un rato en el vestíbulo conterrel hombres y equipajes, y que fué llevado por y al sentir en los dedos unas gotas de es encanallado podría aún ennoblecerse? Sí; él.
cuadro de Goya. Madrid contra los mamdicos de Napeón rescatado por España como su mejor te.
Napoleón como su mejor botín, y luego tearica que derramó la bujía, creyó que era podía aún ser bueno, huit de la orgía, hala sangre del rostro de Cristo que le caía cer bienes y pensar en el cielo. La vida I, un antericano del Sur que lanzó una úl soro en las manos.
del claustro con su soledad y sus privaciotiña mifada alettato de Felipe II, y una Oyó un ruido de pasos, y se detuvo un Nó, él no podia robar aquel cuadro. nes lo tento; se sintió en la capilla de un tubia inglesa que se había demorado ce instante. El ruido cesó: era el eco de sus Pensó en robar otro. Pero cuál? Volvió convento, lejos del mundo y escuchando rgando su aja de pintura. el real museo pisadas. Siguió y entró otra sala alum. mirar hacia atrás y halló una oscuridad vocés celestiales. Vió, a la Virgen, los quedó desierto brada por débil crepúsculo.
medrosa. los lados, sumidos en mis Apóstoles, a los Patriarcas, a los Profetas, Pero no ere re infame Iscariote, sin poder. gozar de sus romano.
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