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Bábado de Enero de 1971 LA REPUBLICA IDEAS COMENTARIOS ACTUALIDAD Coordinador: Luis Burstin Medicina neohipocrática Los cuatro elementos de los aztecas la salud humana La magia de los números, Individualizadas en atributos diversos, se halla en el transfondo de todas las culturas y ha sobrevivido a las creencias populares hasta nuestros dias, Salid a estas calles tumultuosas de México y algún vendedor de loteria os ofrecerá reiteradamente el huerfanito que suma trece.
El número cuatro ha sido de singular relevanca, tanto en la cultura del Viejo Mundo cuanto en la Mesoamericana, que sigue arañando en tiempo en su proceso remotante hacia un pretérito cada vez más distanciado.
All de nuevo ciclo.
Hay un documento litico, un tesoro arqueológico de México; la Piedra del Sol, más conocida como el Calendario Azteca monumental discoidal que evidencia el alto grado que en el conocimiento astronóm co alcanzaran los aztecas, en gran parte por herencia de pueblos mesoamericanos más antiguos. En el Centro de la piedra del Sol, figura Ollin, el movimiento, origen de todas las cosas curiosa coincidencia con el pensamiento de Heráclito encarnado en Tonatiuh, el Sol, creador indudable de la vida, de nuestra vida terraquea, De Ollin parten cuatro aspas como un símbolo dinámico, que representan los cuatro elementos y en las que se hallan jas fechas finales de las eras cosmogónicas a que nos hemos referido. De esta simbología en que se conjuntan el arkhé y el logos, podemos obtener la técnica a seguir para estudiar las relaciones del organismo humano sistema abierlo con los cuatro elementos que lo han hecho posible y que condicionan, en medida vartable, su salud y bienestar; pues si los aztecas consideraban a la especie humana rigurosamente dependiente de los cuatro elementos, cabe inferir que los individuos también lo hab an de estar, Hagamos, pues, una rey. sión somera de la influencia que, por separado, tiene cada cual sobre la salud humana, para culminar esta norma de trabajo con la conjunción de los cuatro en el medio geográfico que, por fortuna, recupera ya su importancia en los principios filosóficos y en la praxis de la medicina neohipocrática.
ATL (AGUA)
LOS CUATRO ELEMENTOS El agrigentino Empedocles, basado en antecedentes que arrancan de la escuela milesia y aun de la physis homérica, establece la doctrina de los cuatro elementos: aire, agua, fuego y tierra, atraidos y rechazados por las fuerzas antagónicas del amor y del odio, como el principio sustantivo, arkhe, de todo lo existente. los cuatro elementos corresponden cuatro cualidades: húmedo seco, cálido y frio. relacionadas con las cuatro estaciones y las cuatro etapas de la vida del hombre las cuales caracterizan los cuatro humores clásicos de los que nos han quedado los cuatro temperamentos tipicos, resultantes del predom nio de cada cual sobre los otros tres: sanguineo, flematico, bilioso y atrabiliario. Sobre tales bases de magico origen, se estructura como primera tekné, la medicina hipocrática, que mantiene su vigencia en progresiva degradación por más de veinte siglos y que hoy retoña, vigorosa para estudiar con novis mos arsenales, la acción de los aires. las aguas, y los lugares sobre la crasia, la discrasia y la idiosincràsia de los seres humanos.
Dos alt. simas culturas mesoaméricas, la maya y la tolteca creadoras de un sistema de numeración que comprendia el cero y los valores de posicón con anterioridad de mil años sobre el sistema equivalente de persas e indios por el que hoy nos regimos, dieron También el número cuatro una valoración singu armente significativa. Basada en los cuatro puntos cardinales. a los que los huicholes suman otros dos: el canit y el nadir que, necesariamente, habrá de incorporar la naciente astronáutica, dividieron al mundo en cuatro regiones sobre las que cuatro deidades sosten an al cielo. Lo base de la creación estaba para los mayas, en el agua y el maiz unidos al número cuatro Los avatares de la humanidad desde los tiempos Iniciales de la creación, estaban representados por cu tro eras o soles que señalaban, al igual que en los cataclismos geológicos de Cuvier, sendas destrucciones ineluctables por medio de los cuatro elementos de los aztecas que eran los mismos de Empédocles, nero, a nuestro modo de ver, más sutilmente concebidos, pues el aire se consideraba en su condición dinámica, cmo viento Ehécatl, palabra que significa también esp ri.
tu; viento y noche (yohualli) simbolizar an a egencia de divinidad: evidente, pero invisible e impalpable.
El fuego se representaba en el Sol lejano, Tonatiuh, origen de la vida. El agua, All y la Tierra Tlells, completaban la tetralogia de los aztecas, equivalente a a de los mayas. Observemos que el viento y el sol están más claramente ligados a la fisiologia y a la sicolog a de los seres vivos, que el aire estático y el fuego abrasador te, simpaticotonía y vagotonia, con las correspondientes secuelas. Ampliamente investigados sus efectos sobre afecciones pulmonares, card acas, gastrointestina es, mentales, ellos han sido base para nuestro proyecto de editar cartas meteorológicas de previsión med ca.
que se distribuirian semanalmente entre centros hospitalarios y médicos interesados.
TONATIUH (SOL)
En su novela Sobre la misma Tierra, Rómulo Gallegos describe el banqueo a la que someten los indios guajiros de la frontera colombovenezolana a los jóvenes púberes, que son encerados a piedra y todo a veces durante años, con el fin de no recibir los rayos solares, preparándose en esta forma para el himeneo, ya que los varones de aquel lugar y de aquella tr bu prefieren a las mujeres blanquecinas y raquiticas. Sin embargo, la carencia de rayos ultravioleta en los niños de pecho da lugar a procesos de espasmofil a, como lo hemos podido comprobar en Lima duran e la temporada invernal, en que a niebla alta y permanente allá denominada parua. absorbe gran parte de la radiación ultravioleta, con lo que el ergosterol no se transforma en vitamina y con ello no se produ ce el metabolismo del calcio, lo que da lugar a los sintomas mencionados de tetan a. La garúa es una consecuencia de la corriente oceànica de Humboldt que proviene de la Antártida. ror o que en este caso vemos una clara relación entre la geografia y la enfermedad.
Citaremos de pasada algunas enfermedades relacionadas con la intensidad solar: insolación, eritema, xeroderma, pigmentosum, epitel oma basocelular, raquitismo, alteraciones de la esfera sexual. y recorde.
mos la discutible clasificación de Woringer en enfermedades heliofilas y heliófobas; así como los estudios de Finsen sobre helioterania teniendo siempre presen.
te la ambivalencia de los cuatro elementos, que pueden ser nosógenos o curatives TLAL (TIERRA)
Para los médicos aztecas que, en opinión de los cron stas de la Conquisia, eran más diestros que los españoles, el agua fue el mejor de los remedios y no só o de las afecciones corporales, sino también de los disturbios del alma. En el santuario de Tzapotlatenan, diosa de la Medicina. Se ofrec a agua a los niños enfermos. Pero es en lo temazca li todavia vigentes, verdaderos hipocaustos obligados para convalesc enies, mujeres embarazadas y puerperas, con el agua calentida y su vapor complemenia o por psene as aromatos de hierbas curat. vas, donde se aprecia una utilización racionalmente terapéutica del Iquido element.
El agua como veh culo, no só o la du ce sino tambien la marina, puede producir estragos y en los p3 s subdesarrollados es la causa más importante de la mortalidad infantil. Pero tamb én, la ausencia de oligoele.
mentos puede hacer a patógena, como en el caso del bocio, recordemos el mistero de los hebedores de cerve. a de Quebec (repetido en Omaha, Minneapolis y Lovaina) en que una cantidad insignificante de cobalto (1. por millón. añadido en el proceso de elaboración de la bebida, causó la muerte a decenas de personas y enfermó muy gravemente a muchas más. Oir caso gravis mo a nuestro entender, estriba en la ad con de flúor al agua de consumo humano, con el propós to de reducir las caries den a es. Aún en una concentrac on de dos partes por millón, el fluor, que es acumulativo, puede producir, entre otros, sinto: nas tan diverses como: fibrilación neuromuscular, dolores epigastricos, diarreas pielocistitis ulceraciones bucales, alteraciones de la vis ón, trastornos ves cales y renales y, en forma general, agotamiento nervioso y progresivo, acompañado de aberración mental y pérdida de la memoria y de la facultad de concentración. 2)
Es necesario, pues, estud con mayor acuciosidad el agua desde el punto de vista médico, no sólo para prevenir enfermedades sino para curar numerosas dojencias a través de la crenoterapia, absolutamente ignoradas por los médicos lat noamericanos, quizás por la influencia de los estadunidenses negadores sistemáticos de su eficiencia que, en este aspecto, mantienen posiciones simplistas y erróneas.
Asi, la Tierra es reservario de bacterias y hongos cuyas secreciones se han utilizado para la elahorarin de diversos antiblóticos: pero también existen crorranismos terrícolas pa ógenos para el hombre y para los animales domésticos como el Clostridium hemolitico que origina en los ganados vacunos y ovino la hemoglubinuria celular y el Hiton asma capsu atum hongo terricola que produce la hispoplasmosis humana de notable variabilidad de acuerdo con las caracteristicas edafológicas de los lugares de ine dencia siendo erta mucho más acusada en los suelos pedzólicos de PH aci.
do que en los pedócales.
Las caracteristicas qu micas de los suelns también se relacionan con la salud humana. Por ejemplo, entre los dias y de diciembre de 1930, los vientos superficiales lanzaron sobre el va le de Eugis, próximo a Lieja las miasmas de los suelos ácidos y pantano os de su entorno, lo que produto la muerte por enfis ma pulmonar de 70 personas. Ehécatı y Tlalli se confabularon contra el hombre, como sucede con frecuencia, en esta empresa mortifera.
Pero el aspecto más importante en la relación de la salud con la tierra, estriba en los oligoelementos que aquella puede contener y, entre ellos, podriamos contar las emanaciones radioactivas, muy probablemente en relación con la incidencia o ausencia de algunos tipos de neoplasias. Falta por realizar un estudio que relacione la morbilidad de una geográfica con los oligoelementos de sus suelos; sobre el particular trabajan con entusiasmo y eficacia en Vancouver, Warren, Delavault y Cross, quienes consideran indispensable en cualquer investigación nosoctonológica de este tipo, la estrecha colaboración de médicos, geólogos y geógrafos. Las perspectivas aj respecto son muy prometedoras.
Cada elemento se correspondia con un dios representativo y con un planeta y cada era duraba 676 años, siendo el total del ciclo de las cuatro eras de m 704 años. La explicación de estos lapsos se debe a la doble cronologia de los mesoamericanos, que contaban con dos calendarios para los mayas, ei ritual o Tzolkin, de 260 dias (13 meses de 20 dias) y ej civil o haab de 365 dias (18 meses de 20 dias y un mes adicional de dias. Para que coincidieran las mismas fechas en ambos calendarios, a los que se representa como sendas ruedas dentadas que giran en opuestas direcciones en el llamado ciclo calendario, es decir, para que un determinado diente en el proceso del giro se volviera a adaptar exactamente aj mismo espaco vacio de la otra rueda, tendrían que transcurrir 18 mil 980 dias, minimo común múltiplo de 260 y 365, valor que supone, exactamente, 52 años civiles. Los aztecas denominaban a este periodo xiuhmolpilli, cuya traducción significa atado del año. La ultima noche de un xluhmolpilli, los habitantes de Tenochtitlán se refugiaban, temerosos, en los cerros circundantes, a la espera de la decisión de los dioses: la destrucción, que necesariamente se produciria al finalizar un periodo de 52 años, o la gracia de la continuidad. Pues bien, los mil 704 años que duraban los periodos de las cuatro eras, Inexorablemente destruidas por los cuatro elementos, no era otra cosa que 52 periodos de 52 años cada uno. Cada era, por tanto, duraba la cuarta parte de ml, 704, o sea 676 años.
Asi, pues, vamos a sintetizar en un cuadro, las eras de los cuatro elementos de los aztecas, iniciadas en el año 2912 AC con sus lapsos, sus dioses tutelares y sus planetas correspondientes: Era Ehécau (Viento) 2912. 2236 AC Quetzalcoat. Venus Era Quláhuil Tonatiuh (Sol, lluvia de fuego) 2236 1560 AC. Xiuhtecuhtli Saturno Era Au (Agua) 1560 884 AC. ChalchiuinticueMarte.
Era Tlalli u Ocelot (Tierra) 881 208 AC. Texca.
tipora Júpiter.
El nuevo ciclo, iniciado en 208 AC, terminaria en el año 2496 DC.
La conquista española se produjo en la era EHECATL (VIENTO)
Ya los incas precolombinos hab an profundizado notablemente en torno a los efectos de la altitud sobre la salud humana; fenómeno muy ostensible en la contrastada germorgologia del Perú. Actualmente, la escuela de Carlos Monge ha creado en Lima una nueva enca, la biologia andina que, en rigor, debie.
ra amarse biologia de altura o acrobiolog a, ya que son varios los lugares del planeta en que se plantean los mismos problemas de enrarecimiento atmosférico y, en consecuencia de reducción presional. Por falta de espacio, no haremos más que señalar el problema, asi como en el caso de la contaminación atmosférica sobre la que tanto se trabaja en los tempos presentes.
Pero si nos interesa tralar, aunque sea tangencial y enumerativamente los aspectos médicos que plantea ehécatl. Así, el fohn apino y el siroco árabe muy seco el primero húmero el segundo cuya ntomatologia sobre el ser humano, que es la misma, en ambos pue.
de ser un pesado abatimien o, una congoia profunda, dolorosa, como la que se siente ante una gran desgracia o una excitación sobecargada fortis ma. las extremidades pesan com plomo la cabeza está como camnrimida, la comida no sabe ni huele, el sueño se.
méia e al de la fiebre.
Piéry y Baudoin han asentado: De una manera general, el viento está contraindicado en los organismos facilmente excitables y resulta nefasto para los sujetos que sufren angina de pecho y para todos los arterio.
esclerosos. Por su acción sobre los nervios cutáneos, provoca un espasmo de los nervios periféricos que re.
fuerza la tendencia a los espasmos vasculares ligados a la hipertensión y a la arterigesclerosis Más importante, empero resulta el paso de los frentes, frios y calidos, que producen en los individuos, respectivamenEL MEDIO GEOGRAFICO Conjuntemos a At, Ehécatl, Tonatiuh y Tlali en el medio geográfico y tendremos cuatro variables con resultantes frecuentemente imprevistas o muy dir ciles de prever. El dia en que encontremos un procedimiento viable de previsión, que necesariamente, ha de en.
trañar un laborioso cálculo matemático, habremos resuelto el problema climatoterápico, de interés primario para el hombre, y quizá el apasionante de las as de la inmunidad. zonas en que jamás se producen determinadas enfermedades, que denunciara Payne.
En estas labores, el geógrafo puede ser de gran ayuda para el méd. co, nasi en el estudio de los humores y de su equilibrio, que hoy llamamos homeostasis, tarea especifica del profesional de la medicina y previa siempre la relación con el medio, bien sea esta de aspecto patológico o terapéutico. Pues la individualización del paciente es condición sine qua non ya que un medio favorable para uno puede ser catastrófico para otro. Sobre el particular, Dunot, considerando las diversidades locales, climáticas y edáficas, en una misma región, ha escrito: Debe, pues, haber individualización de los climas y esprcialización de las estaciones. Debe, pues haber individualización de los enfermos y especialización de los médicos.
Esto exige por parte de médico una sutileza profesional que la mecanización de hoy ha afectado osten.
siblemente, por lo que la medicina neohipocrática entraña una esperanza para la necesaria rehabilitación de quien es depositario del don mis preciado del hombre: la salud. como escriblera Chesterton: No hay duda, más poético que las flores y las estrellas, es no enfermar.
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