Campo pagado LAS DOS CARAS DE LA LA NACION Otra muestra de la objetividad periodística y apoliticidad tan pregonada por sus Directores, en dos editoriales.
Junio de 1969. Huelga de la ANDE por continuos atrasos en los pagos.
Presidente de la República: Prof. José Trejos Abril de 1972. Huelga de la ANDE por defectos en los giros y revaloración.
Presidente de la República: José Figueres AL MARGEN DE UNA HUELGA EL PARO DE LOS EDUCADORES (PARRAFOS. PARRAFOS. No hay manera, por estas y otras razones, de negarles la razón a los educadores de acordar un paro de labores hasta tanto no tenga plenas garantías de que no se les volverá a dejar sin su salario. Resulta inexcusable que a esta alturas todavía no se haya podido resolver el problema sempiterno de los giros de los maestros. De ahí que el conflicto actual fuera previsible, y que la última irregularidad, colmará la medida de la paciencia y del buen juicio. Algo había que hacer ante una situación tan persistente, que no ha merecido más que la ineptitud de los funcionarios.
Es precisamente esta visión del maestro costarricense la que no podemos quitarnos de los ojos, cuando tratamos de enjuiciar las últimas manifestaciones públicas de la Asociación Nacional de Educadores, originadas en problemas de tipo eminentemente gremial. Entendemos perfectamente que esa asociación luche con el vigor que las circunstancias exigen por el mejoramiento de sus condiciones de vida y todavía con mayor decisión, por la defensa de sus intereses lesionados. Esta lucha es parte también de su labor educativa. No logramos conciliar con aquella imagen, el nuevo espíritu que parece haberse impuesto en el seno de esa asociación, que ya no tiene ni la grandeza de miras de otros tiempos, ni se respalda en las mismas fuerzas morales.
Ahora la ANDE moviliza a los maestros de todo el país para que abandonen las escuelas y se declaren en huelga, no para salvar una institución republicana, ni para luchar contra la dictadura, ni para defender la Hibertad amenazada, ni en fin, para salvaguardar los valores democráticos, sino para lograr por ese medio el pago de unos sueldos atrasados. Las jornadas de ahora distan mucho de las jornadas de otros tiempos. Las motiva.
ciones de hoy no tienen las dimensiones de las de ayer, El maestro costarricense parece que comienza a virar hacia una sindicalismo ordinario, que no hace diferencia ninguna con el de las otras organizaciones gremiales, ni siquiera porque sus intereses laborales están ligados a una función vital, como es la formación de los niños y jóvenes costarricenses que no puede ser suspendida sino por el imperio de intereses de un rango superior.
Es por esto que en tanto que los maestros de antaño, aquellos que sirvieron con la vocación auténtica de los forjadores de la patria, se respaldaban en sus luchas y huelgas, en los superiores intereses del país y en sus generosas y desinteresadas demandas, los de ahora, según la proclama desafiante de la ANDE, se respaldan en la asesoría de cuatro abogados permanentemente dedicados a escudriñar en la fronda de los textos legales, las justificaciones jurídicas del abandono de las aulas. Por que no se trata, si se examina el caso con cuidado, de una huelga ordinaria, ortodoxa, de tipo reivindicativo, sino sencillamente de la suspensión de un contrato por falta de cumplimiento del patrono que en el caso de autos, como dicen los abogados, es nada menos que el Estado. El incumplimiento de las autoridades gubernamentales respecto de sus obligaciones más ineludibles es de naturaleza tan palmaria y obvia, que el presente conflicto no acredita mayor análisis. Resulta difícil comprender cómo el gobierno espera de los sindicatos y asociaciones gremiales otra cosa que no sea presión por aumentos sustanciales de sueldos y salarios. Es el propio gobierno quien pone la condición para que este fenómeno se produzca. Los educadores piden lo que pediría cualquiera: garantías de que no se repetirá más el desbarajuste. En cuanto aumento de sueldos recomendado por el Servicio Civil, se han iniciado negociaciones, que es el camino lógico y sensato para encontrar una solución. En vez de aducir argumentos poco convincentes y de ofender a los educadores.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.