Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
LA REPUBLICA ma Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodríguez Bolaños, Subdirector César Güell Nieto, Administrador do re Estudiantes estudiantes Don Braulio Carrillo, como gran hombre, es un venero inagotable.
El gran hombre siempre obila hablar de él. Al fin do cuentas, por vocación o decisión del destino, pareciera que tieno en sus manos más hllos que el resto de los mortales. el número de hlios determina ls Influencla en la historia, Don Braulio nos enseña, entre muchas otras cosas, la importancia de tener en cuenta lo esencial sobre lo accesorio, el fondo sobre la forma.
Si endaleikramon a don Braullo por la forma, seguramento sería un cualquiera y lo apabullaríamos con los términos que mer chos compatriotan le aplicaron durante muchos decenlos: atapota, tigre, Nerón, conculcador.
En los hechos ocurridos ante la Embajada de los Estados Unidos, el martes pasado, participaron algunos estudiantes o, al menos, algunos personajes, huéspedes eternos de la Universidad de Costa Rica, que, al am.
paro de esta digna ejecutoria, acostumbran cometer toda clase de desmanes. Sin embargo, ellos no representan a los estudiantes costarricenses. Hay que distinguir así entre los auténticos estudiantes, que luchan y se preparan con abnegación y disciplina para asumir su papel en la vida, y una minoría pequeña, pero clamorosa y bien financiada que, unas veces entre bastidores y otras desembozadamente y por medio de la violencia. trata de prostituir los movimientos juveniles y de utilizar su idealismo para sacrificarlos a los intereses extranjeros a los que ellos sirven y que, como dijimos en un pasado editorial producen pingües dividendos a sus autores. Es injusto, por lo tanto, culpar, en estas ocasiones, a todos los estudiantes y no distinguir enire un grupo reducdo no representativo, y la mayoría de ellos, que sí tienen interés en el estudio y en luchar, dentro de la ley, por el bienestar del pais.
Es innegable que en la Universidad de Costa Rica se ha acentuado en estos últimos años el proceso de politización, si por tal entendemos la lucha estudiantil con fines poli.
ticos, electorales, o ideológicos, es decir, el movimiento estudiantil convertido en un medo para servir a objetivos que no son especificamente estudianti es. En esta progresiva politización de la Universidad también es un hecho el poder que muestran unas cuantas decenas de estudiantes, que cuentan con to da suerte de recursos financieros y de otro orden, y que, pese a ser una minoría, atemorizan a todo el mundo e impiden, a veces, el triunfo de los verdaderos derechos e intereses estudiantiles. Por esta exacerbación política, estos grupos minoritarios han llegado a cometer, en las calles de San José y en el recinto universitario, muy graves fal.
tas que algunos, posteriormente achacan, sin mayor juicio crítico a todos los estudiantes universitarios, con lo que el nombre de la Universidad de Costa Rica sufre serio quebranto, En estos días se han publicado algunos datos sobre la extensión de la marihuana en el medio universitario. Quienes padecen esta enfermedad son muy pocos y no por ello se debe enjuiciar arbitrariamente a todos los estudiantes. Lo mismo ocurre con estas minorías politizadas y al servicio de ciertos partidos políticos extranjeros.
Sus actos no deben extenderse a todos los estudiantes, como si todos fueran delincuentes o marionetas dirigidas a control remoto poi otros personajes. Es preciso, por ello, distinguir, como decíamos, entre uno y otro estu.
diante, y, con base en las experiencias de estos años, tratar de depurar el medio estudiantil no con la violencia, sino mediante la superación, excelencia y dinamismo de la mayoría, para que no se convierta en los habituales tontos o ingenuos úti es, en manos de unos pocos explo adores. De los propios estudiantes depende su prestigio y el de la Universidad de Costa Rica.
Pero, si lo vemos a la luz de sus obras. por sus frutos los conoceréis. cuán egregla figura histórica. Nuestro más gran.
de estadista, como lo aflrmo don Carlos Meléndez.
Generalmente, el pueblo de Costa Rica hs visto Ros home bres en particular, sus gobernantes al trasluz de la forms, no de las obras, y, en cada obra, trata, por todos los medios, de buscar el pelo en la sopa, para aniqullar o reducir la labor de un estadista, de un político o de cualquier hijo do vecno.
Las formas tienen su linaje e importancia, pero no son lo esencial. La linea recta siempre será, en la geometria euclidiana, la distancia más corta entre dos puntos. Para alcanzar un determidado objetivo no es necesario pisotear todas las leyes, irrespetar al ser humano o cometer toda clase de desplantes. Sin embargo, el fondo es lo esencla. Tampoco esto qulere decir que el fin justifica los medios y que con tal de alcanzar la mota, se puede utilizar cualquier procedimlento.
Los pintaparedes Recordamos, a este respecto, el adagio Intino: Suaviter in modo, fortiter in re. Suave en las maneras o en los procedimientos, pero en derechura al objetivo, al hecho.
Lo que pasa es que algunas personas desculdan las formas con taj do lograr el rio, y otras solo reparan en las maneras en lo accesollo, con olvido del hecho en Algunos pretenden quo cristalicen rus planen, aunque tengan que pasar por encima de todo. Otras no se fijan en las obras reallyadas, sino que buscan con lupa el yerro, la metialta de patapara excomulger a quien en verdad trabajo y hacer chota que es el arte de los mbéciles Nuestro puedo es muy dado a poner atención en las formas, en las maneras, en las circunstancias. La historia, en cambio, sólo recoge las obras. Los débiles se lamentan de que el gobernante no les dio la mano. La historia sólo tiene en cuenta lo que esas manos hicieron Los pobres de espíritu condenan al hombre porque a la hora de leer su discurso, tartamudeaba. La historia recoge, en cambio, lo que ese pensamiento produjo, aunque sus labios no pudieran leerlo.
De algunos años a esta parte, un grupo de al parecer, a otros menesteres.
individuos. algunas veces por iniciativa Con base en la experiencia de los hechos propia y otras por mandato de sus agrupa ocurridos frente a la Embajada de los Esciones políticas se ha dedicado a la inno tados Unidos, conviene que las autoridades ble tarea de embadurnar los edificios y ca extremen su vigilancia y procedan contra essas particulares, sin ningún respeto hacia la tos métodos matizados de delincuencia, sin propiedad ni preocupación por el ornato de temor a las posteriores lamentaciones y rela ciudad. Lamentablemente, todavía las au criminaciones de los defensores de oficio y tordades no han ejercido su autoridad sin financiadores de estos delincuentes de nuecontemplaciones para poner coto a estos abu vo cuño que, a falta de trabajo y con exceso SCS.
de tiempo libre, se consagran a estas labo.
En los úlsimos meses, el irrespeto ha so res, que, como en el caso de la Embajada brepasado todo límite. Miembros de diferen de los Estados Unidos, se utilizan para protcs bandos generalmente de grupos ver vocar a los ciudadanos y a las autoridades.
gonzantes que no se atreven a dar la cara. Generalmente, ante estos actos se extiende pretenden establecer una puja entre ellos un velo de conmiseración y alcahuetería, con base en este tipo de inscripciones. En una vez transcurridos, y la credencial de otros pa ses, la pugna política o ideológica estudiante aunque sean estudiantes vise manifiesta por medio de ideas, de artícu. talicios. y de jóvenes. aunque para allos o de libros. Entre nosotros, el recurso gunos esta es una etapa fija y eterna en la más socorrido es, al parecer el embadur vida. se usa para toda clase de desmanes.
namiento de paredes, a tal grado que un in Quisiéramos creer que las autoridades obra.
div duo. con frecuencia algún profesional rán, de ahora en adelante, con toda energia fracasado o un pintor a sueldo. ya no y rigor. Para ello tienen junto a sí a los ciunecesita realizar esta labor bajo las som dadanos conscientes del país, deseosos de un bras de la noche, sino a plena luz, pues las poco más de autoridad y de menos sentiautoridades y las radiopatrullas se dedican, mentalismo.
Braulio Carrillo fue un hombre en derechura al fondo de las cosas. Por el somos hoy algo más que un País: un Estado.
Cuando los concludadanos de don Braulio luchaban entre el por la ubicación de la capital, y se la jugaban a los dados, el gran hombre pensaba en el fondo: de nada sirve tener una capital, el no hay Éstado.
Cuando sus concludadanos sólo pensaban en la vanidad de una capita. enclavada cada allo en una cludad alferente del Valle Centrål, don Braulio forjaba planes para unir entre si todos los puelles de Costa Rica, para que no hubiera cludades discrimnadas, y hubiera puentes que wateran nuestros pueblos.
Cuando los formales cludadanos de antaño soñaban en su pequchez, don Braulio ponia las bases de un Estado soberano y honorable, libre de ataduras, pero tamblén libre de deudas.
KO Lamentablemente, todavía hoy seguimos apegados a la ley do la ambulancia y a las formas. Algunos siguen luchando sólo por nas Intereses parroquiales, Apenas se fostala una fábrica en una provincia, de inmediato se la anaetea con Impuestos, y, desde ha ce muchos adon, no se construye un nuevo puerto don Braulio ya lo hubiera hecho ante la lucha de los partidarios de Moin y los partidarios de Cienegulta.
CAR SERÍA El gran hombre resuelve los problemas. El hombre sin historla simplemente crea una institución y se echa a dormir. El gran hombre corta el nudo gordiano. El hombre pequeño da vuellas y revueltas, y termina por echarse a llorar o por nombrar una comisión. El gran hombre piensa y ejecuta. El hombre pequeño lantasea. El gran hombre es hoy. El hombre pequeño es mañana.
El gran hombre es grande primeramente en st y luego, en sus obras. El hombre pequeño slempre es pequeño. El hombre grande, como dijimos un dia, hace extraordinariamente bien las cosas ordinarlas, y ordinariamente blen las cosas extraordinarias. Para el nada es sorpresivo.
Paloto of these Cuando se abren todas las compuertas de la politica rae onal tantos aspirantanto, cuán oportunamento ha llegado don Braulio, que hizo tanto con tan poco.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.