LA REPUBLICA, Lunes 19 de Junio de 1972. San Sebastián, 15 de junio de 1972.
Sr.
Don Rodrigo Fournier Guevara Gerente La intervención de la Guardia Civil en el Hospital México debe verse constructivamente y no como un acto bochornoso, pues fue en resguardo directo de los asegurados y enfermos, de la propiedad privada, de las instituciones del Estado, del orden público y de la seguridad de los ciudadanos en general; de ser esto motivo de crítica que se disuelva la Guardia Civil y que se vayan a descansar o a trabajar en otra cosa.
Muy estimado señor Gerente: Con un saludo muy cordial de mi parte me permito felicitarlo por su declaración del miércoles 14 de junio en la edición del mediodía de un Radioperiódico, La Verdad, si mal no recuerdo, en cuanto a las atribuciones y el desacato a las mismas de la Asamblea Legislativa, y en cuanto a un pronunciamiento del Poder Judicial y el desconocimiento del mismo por parte del Organismo de Trabajo que junto con la Asamblea Legislativa se encargaron de criticar la actuación de la Guardia Civil en el caso de la huelga yailegal provocada por la UNDECA. Indudablemente usted tiene razón.
No estoy ni en pro ni en contra de aumentos a los empleados del Seguro Social, pero sí estoy en contra, como asegurado que soy desde los inicios de la Institución, de las pretensiones y desy plantes de los dirigentes de UNDECA quienes pretenden adueñarse del Seguro Social siendo el único Sindicato que pueda operar allí, amarrarle las manos a la Junta Directiva y la Gerencia etc. etc. según se desprende de un campo pagado publicado por la Caja después del primer paro progresivo efectuado por ese Sindicato. como si fuera poco todo esto, después de declararse ilegal la huelga, en lugar de meter en cintura a estos revoltosos no sólo se les tolera sino que los más altos Poderes les hacen el juego.
a Creo que debe respetarse el fallo de los Tribunales en cuanto a la ilegalidad de la huelga, que sin duda lo es de acuerdo con nuestros procedimientos jurídicos. Por tanto puede la Guardia Civil intervenir en este caso, como lo haría en cualquier otro caso de trabajadores más humildes; de la misma manera puede usar, en resguardo del orden público, el batón, los gases lacrimógenos, las detenciones y todo cuanto las leyes y reglamentos le den facultad.
Para terminar creo que no cabe seguir perdiendo tiempo en buscar fórmulas conciliatorias.
La suerte ya está echada: la huelga se declaró ilegal y lo que debe hacerse está señalado por la ley; el camino a seguir es cumplir con ésta. Hay que recordar que en este mundo nadie sobra ni nadie hace falta. Otros vendrán a llenar el campo de los que se van.
a Nuevamente lo felicito y permitame suscribirme, De Uds. muy atentamente, Ricardo Castro Castro Chavarría 142 083.
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