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LA KERUDUL LA REPUBLICA re mi Rodrigo Madrigal Nleto, Director Julio Rodriguez Bolabos, Subdirector Alvaro Cedetto Gómet, Gerente General Wilfredo Chacón Jefe de Redacción.
do Decretos gubernamentales y precios fijos Complacemos a numerosos padres de familia y a algunos sacerdotes que, en estos dias, gentilmente nos han llamado.
000. Cómo es posible, dicen los quejosos, que los obispos de Costa Rica especialmente, la diócesis de San José no hayan dicho una sola palabra en contra de la creciente corrupción que se advierte en la capital, sobre todo por la proliferación de centros nocturnos que constituyen un atentado contra la dignidad del hombre y de la mujer?
000 Ratificamos la denuncia y el doloroso lamento.
000 El comunismo es un peligro para nuestros países. Sin embargo, digámoslo sin tapujos, no es el mayor peligro. El comunismo puede echar sus reales en una nación de dos formas: por la violencia de las armas o por aceptación del pueblo.
un 000 En el segundo caso, el avance del comunismo en un pais estará supeditado a las condiciones imperantes en la sociedad. La miseria extrema, la injusticia, la violencia sutil y la corrupción serán siempre un aliciente para que se instaure cualquier dictadura en una nación, sea de extrema derecha o de izquierda.
000 Decimos esto porque se escuchan con frecuencia censuras y condenatorias violentas contra el comunismo, mas los grupos vigilantes del pais cierran sus ojos y su mente ante peligros mucho más visibles y graves. Uno de ellos es la corrupción de la juventud y de la niñez.
000 finales de octubre, el Poder Ejecutivo publicó un decreto en el que fijaba los precios de la carne. Sin embargo, este mandato oficial no se está cumpliendo, en primer lugar, por la carencia de personal dedicado a estas complejas labores y, en segundo lugar, por la oposición de algunos empresarios.
Un decreto ejecutivo no es recurso oficial para salir del paso o un medio de aminorar la presión de los consumidores sobre el Gobierno, sino una decisión oficial que debe cumplirse. Desde el momento en que se promulga un decreto, su cumplimiento es obligatorio, no importa la persona o grupo de personas que se opongan a él, su posición social, su poder económico o sus influencias. De aquí la necesidad de tomar ciertas providencias antes de emitir decretos de este tipo, a fin de que no rebaje la autoridad del Estado ni se burlen los derechos de los consumidores.
Si el Ministerio de Economía decide fijar precios a algunos artículos de primera necesidad, en resguardo de los intereses de los ciudadanos, ha de pensarse, de acuerdo con esta politica, en la urgencia de dotar a dicho ministerio del personal adecuado para que estos decretos no se burlen tan fácilmente. Es preciso, por otra parte, crear ciertos mecanismos no con el fin de convertir al Gobierno en un policia de la empresa privada, sino de colaborar con los empresarios de la ley.
cuyo prestigio podría sufrir mengua precisamente por el incumplimiento de otro empresario.
La publicación de un decreto que fija precios a los artículos de primera necesidad tiene un doble peligro. Si no se cumple a rajatabla, sufren quebranto los intereses de los consumidores y si estos observan que sus derechos son pisoteados, el principio de autoridad se derrumba en un punto vital para la sociedad. De aquí brota la desconfianza en el Gobierno, la pér.
dida de la fe en las instituciones y en la ley y todo el mundo cree que todo ciudadano puede hacer lo que le venga en gana.
Hay una estrecha relación entre el alza de los precios y el campo moral en un país. Los problemas morales pueden traer como consecuencia el descuido y la irresponsabilidad en la conducción de la politica económica, pero, a la vez, la inflación y, sobre todo, el abuso de los más fuertes en sus relaciones con los consumidores, produce un serio conflicto en la sociedad que repercute en diversos campos de la vida nacional y que, a la larga, perjudica a quienes se valieron de una coyuntura anormal para medrar a costa de los demás.
El Gobierno puede brindar toda suerte de argumentos para explicar el fenómeno de la inflación y aun para paliar sus errores en este campo. Mas, lo cierto es que el consumidor rechaza las explicaciones teóricas y sólo repara en ciertos hechos: uno de estos es el cumplimiento fiel de los mandatos legales o de los decretos gubernamentales. Si el Gobierno escoge la politica de la fijación de precios, no debe dudar en cumplirla con absoluta fidelidad, no importa las consecuencias de sus decisiones ulteriores.
Promulgar decretos para que no se cumplan es contribuir a la instauración de un mal más grave que el alza de precios: la deflación moral. No podemos aceptar que se condene a la Unión Soviética por encarcelar a los intelectuales disidentes y que, en cambio, aceptemos plácidamente que, como decia don Alberto Canas, Costa Rica se nos esté convirtiendo en un inmenso bailongo y San José. esto lo decimos nosotros. se nos esté transformando en una gran casa de prostitución, en las calles, en los centros nocturnos, en los bares y en muchos otros lugares. Hay que atacar por parejo.
000 Entre cantinas, bailongos, lenocinios, centros de prostitución, night clubs, y otros lugares Costa Rica está perdiendo su alma. Es más facil que un padre de familia o un joven encuentren en Costa Rica a un vendedor de marihuana, una casa de prostitución o un centro nocturno donde se expone la carne de nuestras doncellas, que una plaza, un teatro o un parque donde nuestros niños y jóvenes puedan jugar y divertirse sanamente.
000 La tragedia de nuestros niños y jóvenes constituye, como decíamos ayer, el problema político número uno de Costa Rica.
000 Pues bien, la Iglesia Católica de Costa Rica no ha dicho una sola palabra sobre este asunto. Nuestros templos aparecen rodeados de burdeles y cantinas, y los representantes de Dios callan. Nuestra sociedad se nos está desmenuzando, pulverizando, pues nuestros niños y jóvenes no encuentran una salida decorosa para sus ansias infinitas de perfección y los que están en la cumbre, la luz y la sal de la tierra, se ocultan.
000 SUAVE MUCHACHOS QUE EL PISO SE MUEVE. Seamos un poco más serios. El peligro de Costa Rica no es sólo el comunismo, aunque esta doctrina es inaceptable para nosotros. El real peligro para nuestro país estriba en nuestra indefensión, en la carencia de anticuerpos para defendernos de los ataques y virus externos, en nuestra proverbial ingenuidad y alcahueteria que nos inducen a entregar nuestros mejores bienes por unas cuantas chucherias.
MER COMU MER.
COMUN lalo 13 CARTAS AL DIRECTOR MER MER COMUN COMULL Señor Director Soy radioaficionado. Acabo de hacer contacto con Colombia y se me encargó entregar un mensaje de emergencia a Tres Rios. Llevo varias angustiosas horas tratando de comunicarme por teléfono con la familia afectada, pero el entronque 51 no funciona. Llamé a averías del ICE y el encargado ignoraba que existe este contratiempo. Ya en varias ocasiones mis colegas y yo hemos encontrado dificultades e interrupciones. Hasta cuándo? Pese a las tarifas altas que pagamos?
José Humberto Mora Sigue la desunión Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.