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18LA REPUBLICA, Martes de enero de 1974 San Silvestre 73 Por: Rafael Angel Perez Segunda parte)
Estuve a punto de no asistir a la Carrera de Sao Paulo. La Asociación Costarricense de Atletismo (pese a ser su secretario y Asesor) no aprobó el gasto que ocasionaba mi pasaje. El Consejo Nacional de Deportes tampoco tenia dinero. En el colmo de la desesperación me iba a pagar el costo del viaje con dinero de mi propio bolsillo. Por fortuna el 17 de Diciembre llegó un cable donde la Gazeta Sportiva comunicaba que mis pasajes estaban depositados en una oficina de aviación La única persona que se había interesado por mi viaje fue Manuel Avendaño que poco a poco venia surgiendo de su retiro. Fisicamente estaba en el mejor momento de mi vida. Nadie lo sabia, excepto Avendano, pero no me importaba, estaba seguro de poder demostrarlo.
El 20 de Diciembre, once dias antes de la carrera empecé a disminuir la cantidad de entrenamiento. Una sola sesión diaria, es decir la mitad de mi acostumbrado plan. esto se le llama suavización y tiene por objeto descansar al organismo y cargarlo de energías. Dietéticamente es recomendable comer mucho pescado que contiene Fósforo e interviene en la resíntesis del ácido láctico, además frutas que contienen azúcares principal fuente de energia.
El 24 de Diciembre no pude ver la llegada del niño. y el 25 por la noche tomé mi avión rumbo a Panamá. Mi esposa me acompañaba. Con ella al lado, todo, todo es diferente. Las cosas se pintan de alegre y las simples acciones se tornan importantes. una fuerza interna flota en mi y entrego el máximo en mis esfuerzos. entrené en Panamá el dia siguiente. Para mi entrenar es la clave entre la dicha y la intranquilidad.
Cuando entreno estoy alegre, cuando no lo hago un sentimiento de culpa me invade. Por la noche continuamos nuestro viaje a Sao Paulo. Alla en las alturas, en medio del cielo hay más oportunidad de meditar. Empecé mi trabajo de autosugestión. Tenía que dominar mis pensamientos, clarificar mis ideas, librar mi mente de impurezas que afectaran mi actuación. Me hice una autocrítica de la que salí bien librado, luego empecé mi trabajo de Fortalecimiento espiritual. Ahora más que nunca tenía que confiar en mis fuerzas, no podría titubear. Tenía que ser uno de los cinco primeros en la Carrera de San Silvestre.
Nadie nos esperó en la llegada al Aeropuerto de Viracopos. Nadie sabia de mi presencia. En el bus de la misma compania que nos llevó nos trasladamos a la ciudad. Después de hora y media de viaje llegamos a la New York latinoamericana. Edificios enormes, industria desarrollada, desigualdad social, drogas, homosexualismo y todas las calamidades que se presentan a una ciudad con ocho millones de habitantes que se ha desarrollado sin una aparente planificación. Estos cambios bruscos de ambiente afectan la condición de los atletas.
Era 27 de Diciembre. ya estaba en el campo de batalla. Hacia frío y llovía. El clima así se comportaba clemente con los atletas europeos.
Estaba hospedado en el Hotel Excelsior, un gigante de 25 pisos desde donde se podía divisar el contorno de la inmensa ciudad. La fatiga de la noche anterior sin dormir me hizo caer en un sueño profundo. No fue si no hasta por la tarde en que me levante para ir a cumplir con mi entrenamiento. Todo podría suceder menos dejar de entrenar. Fuimos al Club Pinehiros, campo de Deportes que tiene instalaciones para todas las disciplinas. No era lógico un entrenamiento fuerte. Hice 12 kilómetros de trabajo en equilibrio a minutos 20 segundos cada kilómetro.
El pulso me dio 144 por minuto al final. Por ello comprendi que los cambios ambientales todavía no me habían afectado.
Mi entrenamiento se fundamenta en sencillos principios fisiológicos.
Obedezco órdenes del corazón (no sentimentales. Si el nules capaz de recuperarse algo anda mal y cambio o suspendo mis trabajos.
El día siguiente me senti mal. Pesadez en las piernas, mal sabor en la boca, irritación en mi carácter. No leía los periódicos para no enfrentarme a la guerra sicológica que todo deportista experimenta al comparar sus actuaciones con sus adversarios.
Mi entrenamiento de ese día fue crucial en mi estado anímico. Tenia que cumplir con dos repeticiones de 000 metros a 55 cada una con cinco minutos de descanso entre ellas. Calenté bien. Empecé a cumplir mi programa. Los periodistas, entrenadores, delegados, público en general miraba los diferentes trabajos que hacíamos. Resultó algo in.
creible para mi. Realicé las series de 000 metros a 40 cada una, quince segundos abajo de lo propuesto y sin esforzarme.
Al final se me acercó el entrenador del equipo inglés y me dijo sonriendo. You can win. usted puede ganar. 21 Gráficas de El Salvador Gracias a la colaboración del fotógrafo salvadoreño Héctor Mena y del colega José Luis Ortiz que nos las trajo, publicamos hoy gráficas del partido de anteayer entre Cartaginés y Aguila. En la primera una vallen te salida de puños de Gerardo Alvarado. En la segunda una Intervención decisiva del portero López del Aguila.
En la tercera el único gol del partido marcado por el volante Polio a los cuarenta y tres minutos del primer tiempo.
ESTADIO NACIONAL CARTAGINES MUNICIPAL Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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