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12 LA REPUBLICA, Juerda 21 de febrero de 1974 LA REPUBLICA Rodrigo Madrigal Nieto, Director Jelle Rodrigues Bolle Subdirector Alvaro Cedetto Gómez, Gerente General do re mi Editorial El Estado debe dar el ejemplo Sigamos hablando de los uniformes escolares y otros aspectos del mismo problema.
000 Numerosos padres de familla se quejan del costo de los uniformes y de los útiles escolares. tienen razón. Los precios están por las nubes. Con todo, pese a que la Constitución dice que la enseñanza debe ser gratulta, esto no quiere decir que el padre de familia no haga ningún sacrificio por la educación de sus hiljos.
Hay quienes son partidarlos de los presupuestos bajos y quienes estimulan los presupuestos altos. Los primeros critican a los segundos de derro.
che y ostentación, y éstos a aquellos de espíritu conservador y temor a la adopción de riesgos.
Aunque el presupuesto alto tenga numerosos seguidores, en circunstancias como éstas, en las que el propio Presidente de la República ha pedido al pals socarse la faja y sacrificar sus intereses en aras del bien común, el Gobierno debería dar ejemplo de austeridad y parsimonia en todo sen.
tido.
000 El padre de familia debe participar permanentemente en su obligación fundamental: la formación de sus hijos. Esta se realiza en el hogar y en la escuela. En ambas el padre y la madre deben tener una participación directa y continúa. Es su deber primordial.
000 en las Mas, lo cierto es que, sea alto o bajo el presupuesto de un pais, su virtud radica no tanto en el monto cuanto en la orientación que se les dé a los gastos del Estado, es decir, el óptimo uso de los recursos fiscales. Generalmente, a la hora de discutirse el presupuesto nacional, se critica al Estado por el monto do aquél, mas no se ahonda en el destino de los gastos o de los ingresos, y mucho menos en su recta utilización a lo largo del periodo fiscal.
Se cree corrientemente que el padre de familia o la madre deben sólo aportar su trabajo material en el hogar. Craso error. La obligación esencial de los padres es la formación de sus hijos. esta formación cuesta sangre, tempo, dinert, diversiones y hasta libertad personal.
Mejor dicho, es un perfeccionamiento de la propla libertad.
000 aunque se aduzca cómodamente que no se pueden hacer economías en el presupuesto nacional o actividades del Gobierno, conviene advertir que se trata ante todo de una actitud, de un saludable ejemplo a la nación, ya que no hay nada más chocante y disociador que la abundancia o el despilfarro en las oficinas públicas y el sacrificio en el pueblo. Estamos convencidos de que un estudio minucioso y sin torcidas intenciones políticos en el presupuesto nacional y en las actividades generales del Gobierno, podría no sólo producir jugosas economías, sino brindarles a los costarricenses un ejemplo de austeridad, que seria secundado de inmediato por todos.
Está bien que los padres de familia levanten su voz por el costo de los uniformes escolares y de los útiles. Mas, deben recordar que la educación no puede ser en modo alguno gratuita. Cuando la educación no cuesta nada al padre o a la madre, éstos se desentienden de este deber primordial y trasladan esta obligación suprema al Estado o a la sociedad.
Nada niás grave en un país que esta indiferencia social.
000 Pues blen, si los padres ponen grito en el cielo ante el aumento del precio de uniformes, resulta doloroso que no alcen su voz con valor y sin compasión ante la decadencia del sistema educativo, ante la mediocridad de la enseñanza, ante la falta de preparación de muchos profesores, ante los ejemplos que reciben los alumnos de muchos preceptores, ante la debilidad de las autoridades educativas y ante esta forma facilona y cómoda de obtener titulos en Costa Rica.
El presupuesto nacional ha sobre pasado ya los mil millones de colonos. este respecto, los funcionarios públicos aducen que el número de servicios que brinda el Estado ha aumentado considerablemente y que éste ha tomado bajo si funciones supletorias en la sociedad costarricense. Los críticos de este sistema sostienen que el Gobierno debería, sobre todo en horas de crisis, recortar el presupuesto, a fin de adecuar sus recursos a la realidad del país. Mas, lamentablemente no se ha realizado en las dependencias del Estado una labor de investigación a fondo para determinar la correcta aplicación de los ingresos estatales. En este punto, se sigue el principio de inercia o la rutina de años anteriores.
000 Una vez afirmó el Presidente Figue.
res que, ante las grandes crisis nacionales, un país debería prepararse y unirse como si se tratara de una guerra. Sin embargo, para que esta guerra contra la inflación y diversos problemas derivados de ésta se atenúen, es preciso que el Estado Mayor dé el primer paso y ofrezca el mejor ejemplo de austeridad y abnegación.
Pareciera que todo el interés de los padres de familia, en relación con la educación de sus hijos, se centrara en el costo de los uniformes y de los útiles escolares.
000 Más grave que el valor de los uniformes y de los útiles escolares es la deficiencia o mediocridad del sistema educativo. El costo de la educación compromete el bolsillo y los ingresos de los padres, pero la mediocridad de la enseñanza compromete el porvenir de los hijos, su Inteligencia y sus almas, así como el futuro de Costa Rica.
MANFREDO KOGAN 000 Ah, si los padres de familia clamaran, con respecto al sistema educativo, con el mismo vigor con que lo hacen en relación con los uniformes escolares y los útiles escolares. Cuan diferente seria nuestro país y cuán ejemplar seria nuestra juventud, cuán poderosos espiritualmente serían nuestros profesionales y cuántas defensas habría atesorado nuestra Patria para rechazar los enemigos internos y externos.
000 Una sociedad es lo que son rus hogares. Una sociedad es lo que as so sistema educativo. Pero, ha calldad de un sistema educativo depende, en gran parte, de la energia con que los padres de famille exljan un sistema educativo excelente.
000 CABALLO DE BATALLA Como padres de familia, con gusto nos privaríamos de toda suerte de diversiones, con placer nos sacrificaríamos en todo sentido, si este sacrificio en el campo económico sirviera para que nuestros hijos reciban la mejor educación posible. He aquí el principio político máximo de un país.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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