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14 LA REPUBLICA, miércoles 19 de mayo de 1974 LA REPUBLICA Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodriguez Bolaños, Subdirector Yehudi Monstel Arce, Jefe de Redacción Alvaro Cedeño Gómez, Gerente General o EDITORIAL Por respeto a mis conciudadanos 29 de abril de 1974 Señor licenciado Rodrigo Madrigal Nieto Presidente, Junta Directiva EDITORIAL LA RAZON, Presente Estimado Señor Madrigal: En atención a que que el señor Julio Suñol manifiesta en La República de hoy, que él pagó hasta el último cinco del pagaré 3362887 del cual 61 era deudor, por la suma de 458. 80 dólares. 23. 000. 00) creemos preciso hacer las siguientes aclaraciones: 1) En una de las primeras reuniones de esta sociedad, el señor Suñol adquirió acciones por 23. 000. 00, pero no las pagó en dinero efectivo, sino que suscribió el pagaré indicado 2) El señor Suñol nunca atendió su deuda, es decir, no abono ni un cinco a su obligación 3) En esas circunstancias, y como pese o nuestras instancias el señor Suñol no pogaba su deudo, le propusimos después de haber obtenido su aproboción, señor Madrigal. que él devolviera las acciones a cambio de lo cual le entregoriomos el pagaré cancelado. En esa forma, es decir, sin que mediara entrega de dinero, sino la devolución de sus acciones, se le solucionó el problema o don Julio. Se emitió la nota de crédito respectiva el 24 de marzo de 1971 y se dio por terminada la transacción.
De usted muy atentamente, Adverti en el editorial del 27 de abril que don Julio Suñol había caldo en el paroxismo, yo que su incoherencia era de tal grado y su insolencio de tan mal gusto, que hacia rastrear sus últimas manifestaciones aún más abajo del despreciable nivel que él les había dado anteriormente en su innata logomaquia. eso era sintoma evidente de daños internos más graves.
Antenoche remató su campaña publicitaria en una de esas presentaciones por la televisión que él estila hacer cada cierto tiempo. Habló de todo. De lo humano lo divino. de todo, mi periódico o yo éramos responsables. La megalomania ataca la mente en una forma curiosa. El afectado se cree en la cima, pontifica sobre todo y con su ojeriza cree fulminar al supuesto enemigo.
Don Julio sufria odemos de un empacho de discurso. En esa tendencia al furor que permanentemente lo agita, quiso ser diputado, y suplicó a las puertas de todos los partidos sin que ninguno lo recibiera. se quedó con la pega del discurso de diputado de oposición. Antenoche excretó su maledicencia en medio de violentas contradicciones. Reiteró por ejemplo su odio hacia dd Jog Figueres, de quien se proclamó enemigo mortal. Pero se pregunta uno, es verdad? Dice que el señor Figueres a nombre del grupo Excelsior le ofreció cinco millones de colones por el Diario de Costa Rica. Si era auténtico enemigo de don Pepe, por qué no se lo vendió?
Concibe alguien que se le pueda hacer a un enemigo un mal mayor que haberle vendido el Diario por cinco millones de colones. Le habria restado fondos al grupo Excelsior y al endosarle la maquinaria de periódico más mala y antigua que hay en el país a un precio exorbitante, los habría comprometido a una aventura fatal y sin fin. Acto seguido don Julio, con sus millones, habría podido montar otro Diario. en ve: de dejarlo perecer. con el cual habrio podido atacar con más fiereza que nunco, todas aquellas causas que él adversa.
Don Julio detinio aquella oferta como soborno. Sugiere con ello que no era su empresa la que perseguía el señor Figueres, sino sólo el periodista, es decir, la pluma de don Julio Suñol. Si la gente, gratuitamente, no ha querido escuchar los prédicas de don Julio, y por ello he tenido que silenciar las páginas de su diario, no resulta inconmensura.
blemente desproporcionado para un ser racional, quiero decir. imaginar que alguien quiero comprar sus dicterios en cinco millones de colones?
En su mania persecutoria en mi contra, con la cobardía suficiente para insinuar apenas las cosas y la astucio propio de quien pretende rehuir responsabilidades, sugirió, sin aportar prueba alguna, porque no puede hacerlo, que mi periódico o yo nos hablamos acomodado al grupo Vesco. Pero minutos después manifestó que, ciertamente, nosotros acábamos aquellos intereses. Pero sólo porque resentiamos que no se nos hubiera invitado a participar en su organización publicitario. Habrá mejor prueba de una subjetividad enfermiza?
Haciéndose eco de una frase acuñada por los comunistas, me definió como un miembro de la neo oligarquía y apuntó entre mis pecados, el de ser fundador y director de una serie de empresas.
según él de gran poder económico.
Pero acto seguido declaró que yo le había suplicado que adquiriera unas pocas acciones de La República. para ayudarme con su prestigio o colocar el resto entre los empresarios del país.
Si no fuera porque contemplar a un colega en este estado presenta visos de una tragedia intima para él, diria que es cómico que quien fracasó en su único y modestísimo intento empresarial, diga que se requería de su buena fama.
para que un grupo de dinámicos profesionales hombres de negocios de excelente suceso en estas lides, pudiera levantar esta empresa periodística. No es esto una convicción irracional de su propia fama?
Me juzgo en la opulencia pero de pronto, cuando hablaba del alto costo de la vida, se interrumpió para obsequiarme a través de la televisión, conmovido por mis necesidades, supongo, dos acciones al portador que ahora parece tener en La República. Sentí el temor de que aprovechándose de mi indefen.
sión en momento también me quisiera regalar las del Diario de Costa Rica, pero por dicha, parece que su odio no llega a tanto Dejo de lado esos manifestaciones que o quienes las escuchan pueda provocar risa, pero que en el señor Suñol son sintomas a los que quienes le rodean han de poner atención, y paso a comentar el fondo de algunos asuntos, Luego iré al meollo de la discusión original. Antes me referiré a temas intrascendentes que don Julio ha traído al debate, sólo para horadar un laberin.
to en el cual perder al lector.
El asunto de si es o no accionista de La República. y de que tiene en sus manos un pagaré cancelado, seria un hecho normal en la vida de cualquier hombre de negocios, pero en la de don Julio ambos cosas constituyen una excepción tan descomunal, que se ha aferrado desesperadamente a esos documentos, esperanzado en que ellos le den la apariencia de un hombre respon.
sable de sus obligaciones. El tema no tiene nada que ver con la polémica, y para el periódico y para mi es intras.
cendente si don Julio era o no accionista de esta sociedad.
En vista de los momentos por que atraviesa el señor Suñol, guardé silencio ante su impertinente jactancia, y es solo obligado por las circunstancias que le doy paso a la verdad de este lamentable asunto, que se explica en la siguiente carta: ese Eduardo Ibarra, Auditor César Güell Ex Administrador de La República.
El anterior documento requiere comentarios. Si el señor Suñol tuviera el atrevimiento de negar lo dicho por los señores Güell e Ibarra, podría presentar la serie de recibos correspondiente a sus pagos y la indicación de los cheques girados por él para cubrir en su totalidad la deuda de los 23. 000. 00.
El tema de la discusión original es uno solamente. El señor Suñol, ávido de publicidad, se dio por aludido en un editorial de La República. y prometió probar que su periódico habia cerrado por persecución oficial. No nos importa lo que el señor Suñol tenga contra el gobierno, ya que no nos corresponde ni nos interesa defenderlo. Pero en honor a la verdad, es false decir que el cierre del Diario de Costa Rica sea obra del gobierno. Para probar lo anterior recu.
rrimos a los propios editoriales del señor Suñol, en los que culpa de su desgracia, directo y exclusivamente, a las agencias publicitarias. En sus numerosos artículos, repetia incesantemente lo mismo. La libertad (de prensa) ha de tener el sustento en los anuncios, que en Costa Rica se han ido concentrando durante los últimos veinte años en un solo medio informativo, muchas veces con la complacencia sin fundamento técnico ni comercial, de varias agencias de publicidad.
Al verse enfrentado a sus propias palabras y al desnudo la maniobra para transformarse en mártir, inició esta (Pasa a la pág. siguiente)
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