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LA REPUBLICA, miércoles 1º de mayo de 197415 Por respeto a mis conciudadanos nueva etapa de tratar de amenazarnos con su verborrea insultante y tender asi una columna de humo sobre la carencia de pruebas para sustentar su aserto.
Aún peor, antenoche ofreció pruebas de lo contrario. Manifestó que el ex ministro señor Jiménez Veiga, habla reunido a unos encargados de relaciones públicas de oficinas gubernamentales para indicarles que no debian dar publicidad al Diar de Costa Rica, pero que estos, con hidalgula que alabamos, se le rebelaron al ministro y dieron por el suelo con aquella iniciativa, dignificando a los burócratas. sea, que si esto es verdad, demuestra precisamente lo opuesto de lo que quiere probar el señor Suñol: confirma que por una razón o por otra, no hubo persecución oficial.
Adujo entonces que yo, como Presidente que era de la Sociedad Interamericana de Prensa, al no dar curso a un pronunciamiento que para responderle había preparado el otro Director de la SIP en Costa Rica, el Lic. Guido Fernán.
dez, Director de La Nación. le había cerrado el camino de su defensa. Noda más falso. Paso a probarlo. El Director de La Nación puede ser sospechoso de cualquier cosa menos de inclinarse o favor de este Gobierno. Lo que él escribiera, por lo tanto, ero lo mejor que se podio elaborar como respuesta o lo quejo de don Julio.
Aqui está en lo conducente. Lo publico con qutorización de su autor el Lic.
Fernández. Señor Julio Suñol, Director, Diorio de Costo Rico. Estimable colego y amigo. Hemos dado especial y conjunto consideración a su carta de. Su denuncia consta, concretamente, de tres acusociones: 1) La frase que se le atribuye al ministro de Seguridad Pública en el sentido de que usted lo que quiere con estas noticias sensacionalistas que publica es salvar del desastre a su empresa.
2) La negativa de ese mismo funciona rio a darle anuncios a Diario de Costa Rica aduciendo que ese periódico le ataca y a invitar a los periodistas de esa empresa a las conferencias de noticias.
3) Los comentarios en conferencia de prensa hechos por colegas que usted presume ligados al Gobierno o a partidos pro gubernamentales contrarios al prestigio del Diario de Costa Rica.
Comentarios: 1) Nos parece inoportuno y sin que venga a cuento la frase que se se le atribuye al Ministro de Seguridad respecto de su periódico y que hasta el momento no ha rectificado.
2) Hemos tenido a la vista varios ejemplares de Diario de Costa Rica y encontramos que no es politica del gobierno o de sus instituciones negarle avisos. Los mismos que publican los demás periódicos aparecen en el suyo, con salvedades en cuanto a tamaño y fecha que no consideramos importantes. En lo que toca a los invitaciones a las conferencias de prensa del Ministro de Seguridad, parece que hay un mal entendido, porque la secretaria de éste afirma haber llamado a su periódico para ovisar, pero usted replica que no recibió el mensaje. Nos habria interesada clarificar aún más este punto porque aunque reconociendo la forma amplia y deferente con que el Ministro recibe siempre a la prensa, en el pasado al menos en una ocasión cerró las puertas de su despacho a un periodista (de La República, agregamos nosotros) por desacuerdo con la forma como presentaba noticias emanadas en él, lo cual motivo la protesta del periódico (Enérgica agregamos, pero no hicimos el ridiculo de llevarla a la SIP. El señor Fernández proponia a la vez que tuviéramos algunas frases mag.
nánimas para don Julio, con el fin mitigar el revés sufrido por él en cuanto al fondo, y así adornaba la carta con algunos elogios. Pero la denuncia fundamental del periodista Suñol se basaba en que el Gobierno perseguia económicamente a su periódico negándole anuncios oficiales. eso precisamente lo descartaba como cierto el propio se.
ñor Fernández según ha quedado evidenciado. Favorecía esa respuesta a un periodista que ha hecho la grave acusación de ser un perseguido político?
No era aquella la manera más suave de indicarle que lo dicho por él carecia de fundamento? Pero hay más. Como lo he explicado hasta la saciedad, tanto don Guido Fernández como yo ofrecimos personalmente al señor Suñol, que si presentabo suficientes elementos de juicio podiamos dorle curso a su quejo, y que si esto no ero de su conformidad, podio él llevarlo directamente ante lo Sociedad Interamericano de Prenso. No.
do de esto hizo el señor Suñol. No obstante todo lo anterior, para terminar con los embustes del ex Director del Diario de Costa Rica, pedi anteayer de nuevo o don Guido Fernández que me reiterara si él, independientemente de lo que yo pudiera haber hecho, habla ofrecido o don Julio Suñol llevar su caso conocimiento de lo SIP. Tuvo la amabilidad de contestarme en carta del 29 de abril en curso en los siguientes términos: Se lo ofrecl, y don Julio me dijo QUE EN CUANTO REUNIERA LAS PRUEBAS ME LAS HARIA LLEGAR. más adelante, en otro párrafo de su carta agrega: En cuanto a la queja de don Julio Suñol sobre la negativa de avisos oficiales, SI EL ME HUBIERA PRESENTADO MAYORES ELEMENTOS DE JUICIO PARA QUE LOS LLEVARA LA SIP, lo habría hecho. Es decir, que si el asunto no llegó a la SIP fue porque don Julio no pudo justificar su olharaco. de una vez por todas, es el propio señor Fernández quien responde a la falsedad del señor Suñol, de que yo le impedi que su queja traspasara nuestras fronteras y llegara la SIP: este respecto debo aclarar que si bien no estuvo de acuerdo usted en que se enviara la carta a don Julio (se refiere a la respuesta antes comentada)
tampoco recibí sugerencia o insinuación suya contraria a que sus planteamientos los de don Julio) se conocieron en el seno de la SIP. quienos oyeron y leyeron al señor Suñol diciendo que don Guido me había salido al paso y me habia contradicho: pregunto, hay ya algo que se le pueda creer a don Julio?
Agrega don Guido: Después de este incidente, en efecto, yo he informado a la Sociedad que en Costa Rica hay libertad de prensa. Se puede creer que el Director de la Nación habría dicho esto si le constara lo contrario, sólo para encubrir al gobierno del señor Figueres?
Sin proponérselo, pero con gran sentido de responsabilidad, don Guido fustiga en su misma carta del 29 de Abril a los charlatanes que con sus aspavientos quieren manchar en el exterior el nombre de Costa Rica. los periodistas que con el menor pretexto quisieran enlodar el prestigio del país y rebajarlo al nivel de las tiranlas. Dice asi don Guido en otro párrafo de la carta: Al margen de sus preguntas, deseo agregar que ha sido mi norma llevar a discusión del Comité de Libertad de Prensa sólo aquellas cuestiones de orden interno que los periódicos en lo individual, o la prensa en general, no están en capacidad de hacer frente.
Creo que mientras sea posible luchar internamente con alguna probabilidad de éxito, es preferible que entre nosotros se ventilen esas querellas para evitarle al país el daño de ser mencio.
nado entre los que amenazan, niegan, suprimen o violan la libertad de prensa a lo largo y ancho del continente. Fue justamente por esta razón que no informé a la SIP ni pedi intervención alguna con motivo del proyecto para repartir la publicidad equitativamente. presentado a la Asamblea por doño Mireya de Guevara.
Si don Julio Suñol tuviera al menos un residuo de sensibilidad costarricense en su alma, fecundaria en él esta lección.
He destruido una a una, por respeto a mis lectores, las falsedades que en la prensa y la televisión ha dicho el señor Suñol en mi contra. No me atañe su oposición al gobierno. He logrodo hacer de LA REPUBLICA un periódico independiente y objetivo. No me sirvo de él para fomentar escándalos a la espera de alcanzar popularidad, pero tampoco he claudicado ante nada. Tanto es así, que cuando un gratuito detractor sale a la prensa o a la televisión a atacarme, no puede formular un solo cargo especifico, y ha de limitarse, en el triste papel que el destino le ha deparado, a servir quién sabe qué ocultos intereses con sus velados calumnias.
Con La Nación acabo de concluir otra polémica, en la cual, con oltura y amplitud de miras, discutimos acerca de problemas de publicidad y libertad de prensa, porque en algunos ospectos mantenemos puntos de visto distintos.
Por qué entonces me escogio don Julio para un ataque personal con tonto saña? Ciertamente mucho se debe su problema mental agravado por la derro.
ta que acaba de sufrir, pero no todo se explica con esa rozón. Fue casi ol final de su discurso por televisión, cuando pasó el platillo para ver si olgunos empresarios amedrentados por su diatriba, le lanzaban la limosno para revivir el Diario, que descubri otro ángulo poro juzgar su agresividad. En ese pasoje cedió. No era sólo el Estado el respon.
sable de su estruendoso fracaso, comportion esa responsabilidad igualmente empresarios sórdidos que le hablon negado su apoyo y algunas agencios publicitarias. Con la desaparición del Diario la libertad se iba a pique, sucumbia el orden los empresarios y ciudadanos en general, si querían solvarse, deberían crear órganos limpios, independientes de comunicación colec.
tiva. Era hasta donde podía llegar en esa ocasión en la solicitud de dinero. Pero para ello antes debía haber tratado de desprestigiar al extremo a La República yo su Director, a fin de ver don Julio si lograba recoger para el algún pequeño (Pas a pág. 26)
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