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10 LA REPUBLICA, Sábado 20 de julio de 1974 LA REPUBLICA Do Re Ai Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodnguez Bolaños, Subdirector Yehudi Monstel Arce, Jefe de Redacción Alvaro Cederlo Gómez, Gerente General Venden cantin 000 No, señor, no hay canfin.
000 EDITORIAL ¿Un Representante de Stroessner a la OEA?
En diversas ocasiones, hemos criticado la suciedad, abusos y cosas extrañas que se observan en los autobuses de Costa Rica. Pero, ante el temor de una hepatitis. hemos terminado por dosificar este y otros problemas con un efluvio de poesía y comprensión.
000 Que algunos problemas nos agotan, agostan y angustian? Que sentimos un impulso frenético por echar sapos y culebras, y por maldecir el talante. italante y claraboyas. de algunos compatriotas. Espada.
mantente en tu vaina. nos decimos, dándonos de filosofos y de portas contemplativos que en el fondo habrá de ser lo mismo. y nos decimos a nosotros mismos: ciertos grandes o pequeños defectos nacionales, no serán en última instancia una forma de humanismo de humanidad de sabor humano ante la vida?
000 Pueda ser. Pues bien, por eso, en vez de lanzar chispas, gozamos de lo lindo un día de estos con esta anécdota del canfin que palabra de Jupiter. es veridica.
000 El microbus recogió a sus sufrientes pasajeros en Heredia y, en lugar de enfilare directamente hacia San José, penetró su conductor en la primera bomba de gasolina que encontró, mas no para adquirir gasolina o diesel, sino para preguntar si había canfin. Alguien le preguntó al chofer. Para que querés canfin. el, en confesión que lo honra, contestó con sinceridad que desearía para si algún politico nacional. Para el almuerzo de mi casa.
000 Al comentar recientemente la decisión de algunos países de restablecer relaciones con Cuba, sin que se hayan levantado las sanciones impuestas por la OEA, decíamos que esta actitud unilateral de algunas naciones demuestra el grado de incumplimiento de los acuerdos adoptados en el seno de este organismo, la vaciedad de algunos planteamientos políticos y hasta la pérdida de derrotero en la Organización de Estados Americanos.
La lucha por la consolidación de los regimenes democráticos, la edad he.
roica en que el esfuerzo de la OEA se orientada hacia la salvacion y floreci.
miento de la libertad, en contra de diversas dictaduras enraizdas en el Continente, se ha esfumado. Parecie.
ra que la democracia ya no es la meta o el ideal del Continente. En su lugar, ha sentado sus reales la idea de la justicia social, objetivo también de los gobiernos de décadas pasadas, con la diferencia de que si antes se trataba de alcanzar este ideal dentro del sistema democrático, ahora se pretende su cristalización en cualquier forma y bajo cualquier régimen. Tras la fachada de la justicia social han brotado diversos estilos de gobierno, unos eficientes en su labor, que pueden mostrar logros concretos: otros, una simple variación o conti.
nuación de pasadas dictaduras. Dentro de este panorama de diferentes estilos y modos de gobierno, la tesis del pluralismo politico ha terminado por imponerse. la democracia ha terminado por ser no el sistema adecuado, sino una de las tantas posibilidades para el Continente.
No es de extrañar, pues, que el canciller de Paraguay, Raúl Sapena Pastor, miembro de los gobiernos de más vieja raíz dictatorial del Continente, sea en estos momen tos el candidato mejor colocado, por el número de países que lo apoyan, para ocupar el cargo de Secretario General de la Organización de Estados Americanos.
Si observamos la lista de los países que secundan la candidatura del representante del régimen de Stroessner para Secretario Gral. de la OEA, notaremos que, en su mayoria, pertenecen a gobiernos en los que impera la dictadura o un tipo de gobierno militar. Por lo demás, esta clase de gobierno forma mayoria en el Continente, de lo que es dable concluir que no es posible obviar la dificultad de que miembros de estos ocupen cargos importantes dentro del sistema americano. El lenguaje de los hechos es, en este caso, más claro que el de los ideales. Por lo tanto, la OEA se convertirá en una institución apta para otros fines, mas no para la defensa de los principios democráticos.
América es hoy un mosaico de régimenes: desde el partido único hasta la proliferación de partidos; desde las viejas dictaduras del Caribe o de Paraguay, hasta los nuevos gobiernos en manos de militares con una visión más amplia de los problemas y de las soluciones; desde el dictador dominado por los años y la ambición, hasta el gobierno de una dama, viuda de un gobernante; desde el régimen elegido por decisión popular hasta el entronizdo por ficción electoral; desde los delfines dictadores hasta los delfines dirigentes politicos dentro del sistema democrático; desde el gobernante civil hasta el jefe de estado civil, pero dirigido por los militares. quizá, las contraposicio nes pueden continuar.
No sería entonces, obra de la casualidad que como Secretario General de la OEA se eligiese algún dia al representante de la dictadura clásica del Continente, en lo cual se pondría de manifiesto una vez más que está en crisis no la OEA, sino nuestra concepción de la democracia.
Mas, en esta primera bomba. ay dolor no habia canfin, Paciente como Job o como un candidato derrotado, siguió avanzando el microbús y. apenas diviso la segunda bomba de gasolina, ingresó en ella, con la gallardia con que un buque penetra en la rada, Hay cantin?
preguntó. una voz amable respondio desde un escritorio: No, no hay cantin. Segunda estación.
000 Antes de salir de la ciudad de Heredia, camino de San José, hay otra bomba de gasolina (más bombas de gasolina que escuelas. Pese a que ya habían transcurrido más de diez minutos, en esta también el conductor se introdujo con sus pasajeros y su vehículo, y con los enojos de los pasajeros y el balanceo del microbús, casi hasta las barbas de uno de los trabajadores de la bomba. aqui espetó la frase sacramental. Venden canfin? Y, de nuevo, una voz alegre respondió: No, hombre, no hay canfin. Tercera estación.
000 Sin embargo, estoico o fiel eristiano. vaya uno a saber siguió adelante en su matinal trayecto entre Heredia y San José, seguro, quizá, de que, al fin. Dios proveeria, ese Dios tan bueno que hace llover y resplandecer el sol sobre ricos y pobres, liberacionistas y unificacionistas (el unisex de la política nacional. saprissistas y alajuelenses.
000 Entre Pirro y Santo Domingo de Heredia, hay una bomba de gasolina. ni lerdo nl perezoso, como quien desde hacía mucho tiempo había calculado la entrada, hizo su aparición el microbús de marras en una Gasotica, que es una mezcla, al parecer, de gasolina con alguna tien.
No más lo vieron anhelante y preocupado, los obreros prepararon las armas para echarle gasolina al microbús. Mas, el conductor, con sonrisa burlona, como quien domina el oficio, preguntó sin inmutarset Mirk. aqui venden canfin. el obrero de la bomba, amoseado, respondió con un signo pausado de cabeza en forma negativa. No había canſin.
Cuarta estación. Veinte minutos.
000 uno de En Santo Domingo de Heredia se cumplió a pie juntillas el mismo rito entre el canfin y las respuestas negativas. Quinta y sexta estaciones media hora.
000 Los pasajeros que acostumbran leer en su viaje, ya habian depuesto los libros y los periódicos. Los dormilones, preocupados por la tardanza, rumiaban la sanción de sus jefes. El caballero junto a nosotros masticaba mentorazos de madre. Una monjita. qué raro, ya no se ven monjitas en los autobuses. andan a pie, o tienen carro. quizh repasaba los versos de sor Juana Inés de la Cruz o rezaba el Vin Crucis.
000 ADELANTE MIS BRAVOS!
En vista de su mala suerte, creíamos que en Tibás el conductor ya habría olvidado la compra de eanfin. Pero, hete aqui, que las estaciones continuaron con el mismo ritmo, el mismo estilo y las mismas preguntas y las mismas respuestas. El microbús entraba a la bomba. El chofer preguntaba por el canfin. alguien respondia que no habia cantin.
Séptima, octava, novena estaciones. 40 minutos.
000 Our Casi llegando a San José, en una de las últimas bombas que como atalaya vigila la capital, el chofer intentó penetrar, pero se lo impidió el hormiguero de vehículos que iban y venia. quizá en esta bomba ah salado. habia canfin.
000 Ignoramos que habrá ocurrido al entrar airoso el microbús a la ciudad de San José, pues tuvimos que descender del vehículo un kilómetro antes.
pero cual no seria nuestra sorpresa al observar cómo el conductor detuvo a un compañero que venía por la misma ruta, pero en sentido contrario.
jinte en idéntico caballo automotor. y sin inmutarse por la interrupción del tránsito que ocasionaba, le preguntó: Mirk, vos no sabés dónde venden cantin? No olmos la respuesta. pero nos quedamos reflexionando sobre la belleza de nuestra Patria y sobre el peligro de la falta de cantin.
La Eu MINISTRO CHARPANTIER DECLARA GUERRA AL HAMPA!
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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