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LA REPUBLICA, Miércoles 19 de marzo de 1975 LA REPUBLICA Do Re Mi Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodríguez Bolaños, Subdirector Yehudi Monestel Aree, Jefe de Redacción Alvaro Cedeño Gómez, Gerente General En el carnaval de fin de año en la Avenida Central, alguien concibió la ocurrencia de presentar a un grupo de aborigenes en una carroza.
EDITORIAL La gente los miraba con curiosidad. Algunos sonreían a su paso. los Inditos, a su vez, se relrian de lo lindo de todos nosotros.
Hay desfiles en la Avenida Central que no son un homenaje sino un mea culpa, una especie de expiación.
El dia del artesano Hoy desfilan las carretas. los costarricenses cantamos otra vez la palinodia.
Fue la visita del campo a la ciudad, del campesino al hombre citadino.
Fecunda lección. Los hombres urbanos hemos invadido el campo, al grito de guerra.
Las carretas, como los campesinos, se encuentran en retirada desde hace muchos años. También los árboles han retrocedido. Dicen que la ciudad avanza y que esto se llama progreso.
del país.
Pero llegó un día en que nos faltaron los granos básicos y el aire se nos contamino. Entonces después de más de un decenio de reforma agraria, nos acordamos que el campo existe y que el campesino es un ser humano.
La ciudad es la política y su marafla de intereses. El campo es otra cosa.
El campo debería ser Costa Rica.
se es bueno y El hombre de campo nuestro campesino o conchitogeneroso. sobre todo, valiente.
Con diversas actividades, de profundo sabor nacional, se celebró ayer la Primera Feria Nacional de Artesanía, bajo el patrocinio de la Oficina de Planificación y la ayuda de la Municipalidad de San José.
Esta Feria es sólo la expresión externa del auge que, en estos años, ha tomado la actividad artesanal y la pequeña industria, así como del estímulo recibido de parte de algunas dependencias públicas, en particular de la Oficina de Planificación Nacional y Política Económica.
En estos años, la Oficina de Planificación ha llevado a cabo una labor encomiable en el campo de la artesanía y de la pequeña industria.
Se ha realizado, por primera vez, un inventario, con la colaboración de la Guardia Rural y la Oficina de Planificación coordina la elaboración de un Programa Nacional de Artesanía y Pequeña Industria, como parte del Plan Nacional de Desarrollo para el período 1974. 1978. Se creó, asimismo, un Consejo Nacional de Artesanía y Pequeña Industria y una Comisión Técnica Coordinadora del Programa Esta es, podríamos decir, la plataforma burocrática administrativa de la artesanía y de la pequeña industria, cuyo cometido es desbordar SUS tareas meramente administrativas o de planeamiento para proyectar la actividad artesanal y de la pequeña industria hacia planos superiores.
En un discurso ante los representantes de la actividad artesanal y de la pequeña industria, el ministro de Planificación Nacional, Dr.
Oscar Arias, resumió con precisión las tres dimensiones del artesano: preservar las tradiciones nacionales con su arte y su gracia, mantener el espiritu creador y libre del ser humano y humanizar la economía.
El estímulo a la actividad artesanal y a la pequeña industria no ha de tener como meta, por ello, solamente el incremento económico sino otros objetivos mucho más elevados y que condicionan el desarrollo económico En la artesanía y en la pequeña industria se guarece buena parte de nuestro ser histórico, de nuestras tradiciones y de nuestra autenticidad.
Suelen los gobiernos y los políticos brindar incentivos y ofrecer toda su colaboración a empresas de gran aliento, cuya estructura, inversión y alcances conciten la atención de los ciudadanos. Sin embargo, no procede con igual largueza cooperación con actividades tales como la artesanía y la pequeña industria, en las que la relación es más personal y, quizá, menos vistosa políticamente, pero que exigen, de parte de los funcionarios, de los gobernantes y de los políticos más sensibilidad que interés económico, más sentido de lo humano que de la tecnología, más fineza espiritual que espíritu de lucro.
Desde este punto de vista, el apoyo que la Oficina de Planificación le está brindando a la artesanía y a la pequeña industria no debe analizarse o contemplarse sólo como un interés económico, sino también a la luz de nuestra historia y de nuestros mejores valores nacionales. El artesano y el pequeño industrial representan una via de solución de los problemas nacionales, si consideramos que estos han de resolverse a partir del esfuerzo propio y del espíritu creador de cada ciudadano.
La cludad es el unisex.
En el campo, en cambio, hay mujeres y hombres, bien definidos. Ahi se sabe quién es quién.
No sabemos si las carretas que desfllan hoy por la Avenida Central vinieron a despedirse, a mofarse de nosotros o a cantar su abandono.
o Lo cierto es que aún no nos hemos ensamblado. Vivimos en ciudades si es que estas aglomeraciones de casas y de techos de zinc son ciudadesy hemos adoptado modos, modas y estilos importados. Creemos que se es tanto más hombre de ciudad cuanto más se abjure del campo. hemos quedado en el aire.
Los que vivimos en las cludades somos campesinos renegados. Los campesinos de nuestros campos son seres abandonados. toda nuestra gran política social, la que han producido nuestros dirigentes políticos, no sale de los linderos del centro de las ciudades.
LA MIA NUNCA FALLA!
Desde este punto de vista, nos debería ruborizar traer carretas a la Avenida Central. Cada carreta trae su boyero y cada boyero tiene esposa e hljos. Numerosos hijos. Pero, nuestra mentalidad de Avenida Central aún no ha llegado al campo.
Alguien dijo hace poco que todo costarricense lleva un campesino en su alma. Hermosa expresión, pero cuán acusadora.
Es más cierto declr que cada campesino lleva en su alma un dolor profundo, producido por la mentalidad de Avenlda Central. Qué es la mentalidad de Avenida Central. Es creer que el campo no existe y, pero aún, utilizar al campesino sólo como arma electoral.
DESFILE DE CARRETAS Almas sensibles trajeron las áltmas carretas a la Avenida Central. No todo desfile es un homenaje. veces cuando tenemos que poner en vitrinas lo que no vemos a porque lo hemos olvidado, sean Indioso carretas.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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