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12 LA REPUBLICA, Lunes 21 de abril de 1975 LA REPUBLICA Do Re Mi Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodríguez Bolaños, Subdirector Yehudi Monestel Arce, Jefe de Redacción Alvaro Cedeño Gómez, Gerente General Como tantas veces lo hemos apuntado, en el amor y en la política se procede con igual estilo.
000 El peligro de las vías de hecho En ambos el tanteo es una de las armas secretas. Y, a veces, no muy secretas.
000 En las relaciones entre un hombre y una mujer se procede poco a poco, a pasito lento. lo cual no quiere decir que, con el avance de la moda y la instauración de ciertas costumbres, ahora no se vaya directamente al grano.
000 Pero, no importa los hábitos nuevos, lo cierto es que la humanidad será siempre fiel a ciertos estilos. Uno de ellos es que en el amor se comienza primero con un dedo, luego con la mano, después con el brazo, más adelante con el abrazo hasta el final.
000 En las relaciones entre los ciudadanos y el Gobierno, mejor dicho, entre los grupos de presión y este, también se da la táctica del tante o del pasito lento. 000 La primera actividad de los alumnos frente al profesor es probar hasta dónde pueden llegar. Si el profe es un alcahuete y debilón, los alumnos terminan por encaramársele y hacer lo que les viene en gana. Si el educador pone coto a los abusos en los primeros días, la disciplina florecerá.
000 Con igual arte se tratan los ratones y el gato. La fiereza de este pone límites al libertinaje de aquellos.
000 Lo mismo ocurre en las relaciones entre padres e hijos. Nos referimos, claro está, a los hogares ordenados y organizados, no a aquellos donde nadie manda y en los que cada cual hace de su capa un sayo.
000 El país no puede seguir en manos de los grupos de presión, como tampoco es aceptable el recurso de las vías de hecho. Los casos que hemos con templado en estos años y, sobre todo, en los últimos meses no han sido esporádicos o circunstanciales. Obedecen, al parecer, a una tónica social, a peligroso estilo que se está entronizando en nuestro país.
Pese a la tardanza con que puso manos a la obra, a su imprevisión e in decisión en estos meses anteriores a la nueva crisis en Limón, el Gobierno al menos evitó actos de violencia. Hizo bien este en no obrar con intemperancia a fin de imponer la autoridad a tontas y a locas. Cuando una situación ha llegado a su clímax, es preferible contemporizar, en aras de la convivencia y de la paz, siempre que no se encuentren amenazados valores superiores esenciales, antes de que las pasiones se desborden.
Sin embargo, no puede ser una tesis aceptable evitar a toda costa la violencia, si el principio de autoridad y el régimen de derecho dejan una estela de quebrantos. Si la violencia debe ser desterrada a toda costa, es preciso también proceder con previ.
sión y no dar lugar a las vías de hecho, por cuanto hay una relación directa entre estas y aquella. Aunque aparentemente se rechace la violencia, esta sigue incubada en todo movimiento en contra del régimen de derecho y del principio de autoridad.
En Heredia, en Limón, en Alajuelita, en San Carlos, en Esparza, en Santa Cruz y en Desamparados algunos grupos de presión han pretendido alcanzar sus objetivos por medio de la vía de hecho. Lo que comenzó siendo un hecho aislado, casi folclórico, se ha tornado en norma general, como si la sociedad no confiara en las instituciones del Estado, en el régimen de derecho o en los funcionarios públiCOS.
Hace algunos años, se impusieron las huelgas en las instituciones del Estado y en la empresa privada, acicateadas por dirigentes propios o extraños. las huelgas han sucedido actos peores como el cierre de las vías públicas, la paralización de ciertos servicios públicos, las campañas de desprestigio contra las instituciones del Estado. Heredia es un caso tipico en este sentido. Vemos cómo con recursos municipales, es decir, populares se lleva a cabo una campaña contra otra Institución del Estado.
También hemos observado con dolor cómo los delegados del Gobierno o los Ministros se pliegan con facilidad que pasma a las indicaciones tácticas de los huelguistas o revoltosos, como si el resto de la población, que repudia estos actos, no contara.
La contemporización, como dijimos, se justifica en actos extremos, pero no ha de ser la primera decisión de los funcionarios ante los grupos de presión. Algún día es preciso imponer el orden y la autoridad en forma enérgica, sobre todo cuando de un acto de estos no se deriven consecuencias funestas. No todo puede ser complacencia y sumisión.
En Limón se evitó la violencia, pero queda una amarga derrota: la de la autoridad, más resquebrajada que nunca. No corrió la sangre, pero no deja de preocuparnos profundamente que para que aterrizara un avión con los ministros de Estado Presidentes Ejecutivos de institutos autónomos, hubiese que pedirle permiso a un dirigente de los huelguistas. Es en extremo grave que los grupos de presión sigan tomando posesión de vías públicas y hasta de ciudades o provincias enteras.
Como decíamos ayer, el Gobierno y con él los principales dirigentes del país deben meditar en estos hechos: en la indecisión del Gobierno para atender las peticiones de los limonenses, en la ineficiencia y esterilidad de muchos de nuestros gobiernos municipales, en la urgencia del planeamiento regional, en la participación de los grupos de desarrollo de la comunidad y, sobre todo, en el peligro de esperar a que explote la crisis para que el Gobierno proceda.
Pues bien, no más un nuevo equipo llega al Gobierno, de inmediato los ciudadanos comienzan a estudiar al gobernante y a sus ministros. El primer estudio versa sobre el discurso inaugural y sobre las primeras declaraciones oficiales. Pasado el capitulo de estas presentaciones, comienza el verdadero estudio en la realidad.
000 Los grupos de presión y, en general, los ciudadanos comienzan a punzar al Gobierno con molestias, peticiones, planteamientos, huelgas etc. para ver hasta dónde pueden llegar.
000 Hay gobernantes y gobiernos con los que se puede jugar, como lo haría un gato con una bola vieja. Pero, están aquellos con los cuales no se puede jugar, no porque recurran a la violencia para imponer la autoridad, sino por el prestigio que tienen o por la autoridad que dimana del gobernante.
000 Existe también un término intermedio de gobierno: aquel que es vigoroso y enérgico en asuntos esenciales. Jamás permitirían una revuelta, la paralización de una ciudad, una crisis en extremo grave, un ataque foráneo o un acto de sabotaje contra las plantas eléctricas o las fuentes de combustibles, pero, eso sí, permiten una serie de abusos de todo orden en otros aspectos que, pasado el tiempo, provocan la violencia y la anarquía.
000 sigamos con el símil del amor.
000 No basta con evitar la violencia o que la sangre no llegue al río. Estas son victorias pírricas que, más bien, estimulan a los grupos de presión y a las personas prepotentes o violentas. Un gobierno no puede sentirse satisfecho porque, en una hora de crisis, todo lo concedió y con ello atrajo de nuevo el orden.
000 Esto nos recuerda a la mujer aquella que permite que le hagan de todo, con tal de que no le hagan lo último. por evitar lo último, se considera virtuosa. CLARO!
SUJE TEMOS BIEN EL PAPELITO.
NO SEA QUE SE LO LLEVE EL VIENTO PROMESAS 000 La naturaleza no da saltos. Todo tiene su ritmo, su medida y su estilo.
Si alguien permite que le toquen demasiado la cara, llegará un momento en que la gente lo considerará un espantapájaros. Si una mujer gusta que le hagan de todo, tarde o temprano le harán lo último. Si un gobierno considera que triunfa porque en una crisis no hubo muertos, lleva la muerte en el alma, si permite todo lo demás.
000 Este Gobierno ha sido, en verdad, extraño. los grupos que con decencia y argumentos le han formulado planteamientos serios, los ha rechazado por burlas, sin ni siquiera darles la cara. los grupos de presión que cierran calles y se posesionan de ciudades les da todo y de todo. lalo 000 De este modo, la gente sabe que con el actual Gobierno se puede jugar, pues si se le habla en serio, todo lo toma a broma, pero si se le amenaza y se le toca la cara, todo lo concede.
LIMON Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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