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LA REPUBLICA, Lunes 25 de agosto de 1975 27 LA MUJER LA FAMILIA CRISTIANA MENSAJE DEL LIC. FERNANDO VOLIO JIMENEZ, MINISTRO DE EDUCACION, EN LA SEMANA DE INTEGRACION FAMILIAR. DEL 25 AL 30 DE AGOSTO, PATROCINADA POR EL MINISTERIO DE EDUCACION. EL MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO DE COSTA RICA EL CENTRO DE INTEGRA CION FAMILIAR.
Para la VI Semana de Integración Familiar, se ha escogido un bello tema: Dignidad y promoción de la mujer. Por supuesto, lo han sugerido las actividades que en todas partes del mundo se dedican, durante el presente año, a destacar el papel des collante de la mujer en la búsqueda de una sociedad internacional más humana. El Ministerio de Educación y el Movimiento Familiar Cristiano se proponen, por esta vía, asociar a la mujer con los más nobles y fecundas ideas, con los más elevadas y luminosas metas del quehacer humano. No es, en verdad, un anhelo nuevo: acompaña a todo grupo social que alcanza un nivel de desarrollo y refinamiento propicio para la reflexión honda acerca de la esencia, la dignidad y el destino de la persona humana. Pero en cada época la promoción de la mujer despierta un erés de especial categoria y demanda acciones muy diversas, a fin de que ella la mujer mantenga siempre el sitio que le corresponde, como excelsa protagonista de los grandes hechos sociales.
En la Sagrada Biblia se honra a la mujer, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, con admirables y señeras figuras, hasta culminar con la Virgen María, la mujer dotada de la más alta y sublime dignidad: ser la madre del Hijo de Dios. En ella se realiza espléndidamente la promesa dada por Dios a Abraham acerca de la grandeza de su estirpe y también, como lo subraya el padre Bruckberger en su formidable Historia de Jesucristo. se cumple la primera parte de la Promesa, porque en Maria, descendiente de Abraham, la semilla de Dios fructifíca, se consuma la alianza de Dios y su pueblo, conforme a la carne. Pero allí no termina de realizarse la Promesa: se extiende más allá de toda expectación: en el fruto de su vientre todas las razas quedan benditas, todas las tribus, todas las naciones. Por eso Isabel, cuando la Virgen la visita, exclama. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Bendita no sólo entre las mujeres de Abraham y de David, sino también entre las de Todo el género humano, cuya unidad ontológica fue así reconocida dio fundamento a San Pablo, lo mismo que a todos los cristianos, como bien dice Bruckberger, para reclamar una parte en esta bendición.
Derechos Humanos, proclamada por las Naciones Unidas, sus beneficios se extienden, por igual, a hombres y mujeres, pues en ella se usa la frase Toda persona para definir cada derecho y cada garantía. Además, se hace referencia específica a la mujer al enunciarse los derechos a la protección en caso de viudez y de maternidad. En los Pactos sobre Derechos Humanos, que desarrollan los principios de la Declaración y tienen fuerza jurídica vinculante entre los países firmantes (Costa Rica es uno de ellos. se establece que Los Estados Partes se comprometen a asegurar a los hombres y a las mujeres igual título a gozar de todos los derechos económicos, sociales y culturales. lo mismo que el goce de todos los derechos civiles y políticos. establecidos en los Pactos. Por otra parte, en la Conferencia Internacional de Derechos Humanos, celebrada en Teherán, 11968, se recomendó a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas que pusieran en práctica medidas encamina das a promover los derechos de la mujer en el mundo moderno.
En Costa Rica, tanto la Constitución Política como las leyes garantizan un trato jurídico igual para las mujeres, además de que en la vida cotidiana la actitud del pueblo hacia ellas es de estima y consideración. El papel cardinal que desempeñan en el seno de la familia, las hace acreedoras a un mayor respeto y reconocimiento. En efecto, el Concilio Vaticano II, en el capítulo relativo a Dignidad del Matrimonio y de la Familia. correspondiente a la constitución Sobre la Iglesia en el mundo actual. proclamó que el bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligado a una favorable situación de la comunidad conyugal y familiar. y que la familia es escuela del más rico humanismo. Además de destacar la igualdad de los cónyuges en deberes y derechos, señala también que para los fines de la formación de los hijos debe asegurarse el cuidado de la madre en el hogar, que necesitan principalmente los niños menores, sin dejar, por eso, a un lado la legitima promoción social de la mujer.
Con oportunidad de las actividades propias de la Vi Semana de Integración Familiar, el país entero especialmente el Magisterio debe poner empeño extraordinario en mejorar la condición de la mujer, en todos los campos, y en fortalecer a la familia. Todo esto se alcanzará, principalmente, por medio de los valores cristianos parte inseparable de la cultura costarricense. que exigen el advenimiento de un orden social más acorde con la dignidad de todas las personas. En él, proscrito el egoísmo, sólo tendrá cabida la justicia de Dios, destacada admirablemente por la Virgen María en su incomparable Magnificat. Dispersó a los que engríen los pensamientos de su corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos.
La exaltación de la figura de Maria ha influído poderosamente en pueblos de todas las latitudes para destruir prejuicios y rodear a la mujer de garantías que le permitan reclamar respeto a su dignidad humana. Así, la teoría y la práctica de los Derechos Humanos han dirigido sus esfuerzos hacia el reconocimiento, pleno y universal, de aquellos que corresponden a la mujer. En la Declaración de FERNANDO VOLIO JIMENEZ Ministro de Educación San José, agosto de 1975.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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