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10 IA REPUBLICA, Domingo de setiembre de 1975 LA REPUBLICA Do Re Ai Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodriguez Bolaños, Subdirector Yehudi Monestel Arce, Jefe de Redacción Alvaro Cedeño Gómez, Gerente General Ayer apareció en la prensa el siguiente aviso: Señor ex diputado, tramito su pensión de hacienda gratuitamente. Informes: Tel. 22 58 27 000 ¿Quién dijo que el costarricense no es trabajador?
EDITORIAL 000 Más veloces que este anunciante fueron los bomberos ayer. Un incendio se declaró en las bodegas de este periódico. Las llamas tocaban el techo. Varias bobinas de papel y los periódicos empastados fueron pasto de las llamas, Síntomas precursores.
000 Dichosamente, los abnegados bomberos del Instituto Nacional de Seguros dieron prueba de su eficiencia y velocidad. En un santiamén estaban en el periódico. Realmente, no sabemos de dónde cayeron, tal fue la presteza con que acudieron a nuestro llamado.
000 fin, al país. Una de sus primeras acciones fue amordazar el periódico La República, a fin de reprimir la libertad de expresión y toda crítica.
Gracias sean dadas a todos estos abnegados servidores de la sociedad, soldados anónimos que llegan, cumplen con su deber y se alejan sin esperar aplauso ni recompensa.
000 Asimismo, expresamos nuestro reconocimiento a los radiopatrulleros quienes nos brindaron su colaboración valiosa.
que 000 a La prensa se preocupa, diariamente, por los personajes del proscenio político, social o económico. la Historia frecuentemente exalta su labor, como si ellos tejieran la historia del mundo, de a un 000 La historia del mundo es, con rarísimas excepciones, la tarea de los políticos y de los militares. En segundo lugar, se destacan los científicos, los artistas y, quizá, los hombres de empresa. Luego, viene el ejército de los soldados anónimos.
000 Se cree falsamente que el Estado son los funcionarios de alta gradación. En ellos se centra la atención de los ciudadanos.
000 SUS Si Uruguay ha sido para nuestro país un espejo, síntoma precursor de lo que ocurre cuando la burocracia florece y los grupos de presión se exceden en sus peticiones o cuando los ciudadanos pretenden vivir del Estado y no del esfuerzo personal, Portugal constituye también un anuncio premonitor de lo sobreviene cuando un grupo minoritario extremista se infiltra en el poder politico o en la economía ante la indiferencia los sectores representativos del pueblo.
En Chile triunfó el extremismo, y el caos la violencia hicieron SU aparición no sólo por la férrea organización, el impetu y la claridad de objetivos de un grupo minoritario, sino por la división y la indiferencia de los partidos democráticos mayoritarios, quienes facilitaron el triunfo de aquellos.
El desenlace en Uruguay fue el régimen militar. En Chile, el golpe de Estado. Portugal se debate entre la guerra civil y un gobierno de los militares. Cuando un país sobrepasa ciertos puntos, ya no hay límites.
En los primeros años de la década del 40 nadie prevela en Costa Rica la posibilidad de una revolución cruenta dolorosa. La cercanía de un gobierno militar en Uruguay o en Chile, hace algunos lustros, hubiera causado hilaridad. La autoinmunidad no existe en el orden social o político.
Quizá la salvación de Portugal resida en un esfuerzo popular intenso, como el que se ha iniciado, a fin de rescatar los principios democráticos y la libertad de las pretensiones y planes del Partido Comunista, que, pese a haber quedado relegados en las elecciones efectuadas en ese país, utilizaron su generoso financiamiento, su organización y sus conocidas tácticas para penetrar en el Estado y en las fuerzas militares y aherrojar, al Mas, olvidamos con frecuencia a los guardias civiles, los radiopatru lleros, los bomberos, los detectives, los conductores de las ambulancias, los guardias rurales, las enfermeras. El mundo silencioso del trabajo abnegado y fecundo.
Una de las causas del resquebrajamiento de los principios democráticos y morales de un país radica en la organización de unos pocos frente la indolencia indiferencia de la mayoría, máxime cuando, para satisfacer sus objetivos, aquella minoria desplaza, compra o neutraliza lo que, росо vagamente, se denomina oposición politica o cuando logra penetrar en los medios de comunicación social prensa, radio y televisión a fin de dirigir a su antojo a la opinión pública o para encubrir sus actos.
La corrupción impera en un país no sólo por obra de un grupo minoritario que se vale del poder político para satisfacer propios intereses personales, so capa de justicia social, de interés nacional o de otros fines hábilmente expuestos, sino por la indiferencia de los grupos mayoritarios, sobre todo de quienes, por su posición, su poder, su formación o su rango, tienen el deber de participar en la labor de denuncia y expulsión de los corruptores de la sociedad. Cuando estos últimos no se guían por el interés de la nación, sino por el temor que inspira el poder político del grupo minoritario, a la claudicación personal sigue inevitablemente el desastre nacional.
Los grupos extremistas y el grupo corruptor se afianza en un país cuando la mayoría, sobre todo, los colegios profesionales, los empresarios, los intelectuales, los partidos políticos abandonan los puestos de vigilancia y, por temor o por cálculo, callan. Esta ausencia de participación activa o beligerante es el peor cáncer de un país.
000 Estos ni siquiera tienen tiempo para hacer huelgas.
000 Los privilegios no llegan, generalmente, al umbral de sus puertas.
000 Como en el campo lingüístico, tenemos, en una sociedad, el superestrato visible y ostentoso de los políticos, los hombres de sociedad y los poderosos; el estrato del pueblo y el substrato de quienes, en forma silenciosa, cumplen con su deber.
000 Cumplir con el deber no es, en el mundo actual, una presea ni una fuente de enriquecimiento. Mucho menos en nuestra frenética sociedad de consumo.
000 Cumplir con el deber es rendir homenaje a la conciencia y al silencio, y si se cree en Dios, a Dios.
000 Los protagonistas se mueven en el escenario. Reciben aplausos o vituperlos. Son los héroes de las Jornadas históricas o pseudohistóricas.
En el lunetario y en las graderías se encuentra el pueblo. Quienes cumplen con su deber son la luz que Ilumina el escenario. Sin esta luz la velada quedaría a oscuras.
000 El show o el espectáculo corresponde a los protagonistas, a las marionetas que se mueven ante el público y a quienes el público sigue con delirio y atolondrado interés. La contrapartida es el pueblo que grita.
rie, aplaude o patalea. Los invisibles seres que cumplen con su deber sólo denotan su presencia con su ausencia.
ANUNCIO LA NACIONALIZACIÓN DEL PETRÓLEO! YO LA NACIONALIZACIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA GASOLINA!
000 Son como el agua, los recursos naturales, la electricidad, el alimento diario, los víveres que sólo se aprecian cuando se pierden o no están al alcance. Son bienes Imprescindibles, elementales, necesarios.
TV VENEZUELA 000 TV Podremos pasarnos la vida sin politicos y sin militares y sin grandes señores, pero la vida sería imposible sin ese ejército silencioso de los seres que cumplen con su deber.
PÁREZ COSTA RICA 000 Quizá en este punto reside la gran enfermedad del mundo actual: son pocos los que se esfuerzan por cumplir con su deber. Todos quieren hacer otra cosa, generalmente lo que no les corresponde.
000 Los que, como los bomberos que anteayer nos visitaron, en una hora venturosa, cumplen con su deber, están en este mundo para hacer el bien.
000. SERA EN VERDAD NACIONALIZACIÓN. en este punto se resume la máxima filosofia del hombre y su grandeza.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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