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LA REPUBLICA, Lunes 12 de enero de 1976 15 INDU DE FUNDADA EN 1943 Posición de la Cámara de Industrias de Costa Rica en relación al establecimiento de sobretasas a la importación y al aumento de los impuestos selectivos de consumo a El tema de las Sobretasas a la Importación y el aumento de los Impuestos Selectivos de Consumo dominan, en estos momentos, la atención de los wstarricenses.
Sin embargo, craso error cometeríamos si sólo reparáramos en este tema y si por analizar los efectos o bos síntomas olvidáramos las causas.
Las Sobretasas a la Importación y, en general, el cúmulo de problemas que afligen a la economía nacional ya la sociedad costarricense, son el reflejo o expresión no sólo de causas externas o de hechos económicos fatales, sino de una cierta actitud nacional en torno al desarrollo conómico y social de nuestra nación.
Es hora pues, de revisar no sólo la justicia y eficacia de las medidas económicas recién tomadas y otras que se avecinan, sino el rumbo que los gobernantes le han estado dando a nuestro país.
Si sólo nos fijáramos en estas medidas del Gobierno y del Banco Central, nuevamente nos engañariamos y caeríamos en una trampa: creer que estas disposiciones son pasajeras o suponer que con ellas el país resolverá su crisis monetaria y fiscal El mal es mucho más hondo y se ha incubado durante varios años. Las restricciones, impuestos y recargos que, con el advenimiento de cada año nuevo se imponen. y que se ha convertido en una tradición o rito nacional, pareciera manifestar que en materia económica y en otros campos, nuestro país está dominado por el azar y la improvisación.
Hemos perdido la perspectiva, nuestros gobiernos han pretendido conseguir el progreso a punta de leyes, de restricciones, de burocracia y de estatismo.
La Cámara de Industrias de Costa Rica, insta, pues, a los dirigentes del pais para que, en esta nueva coyuntura, ahondemos con seriedad en las causas de nuestra crisis económica y social.
No podemos seguir con la politica de parches, de la evasión de los verdaderos problemas nacionales, de las medidas para salir del paso, en la creencia, tan difundida en nuestro pais, de que la disciplina, el trabajo, el sacrificio personal no son los ingredientes imprescindibles del éxito y del triunfo, o de que no hay que pensar en el mañana, pues siempre habrá un Estado que todo lo provee.
No se trata pues, de analizar unas cuantas medidas del Banco Central solamente, sino de profundizar en la situación actual del país en los diversos campos con ella relacionados ya que la economía no es sino el resultado de la actitud de los costarricenses. de sus dirigentes y políticos, en muchos órdenes de la vida nacional.
Esta preocupación no nos releva, sin embargo, de la obligación de expresar con claridad nuestro criterio sobre las recientes disposiciones del Banco Central, conforme lo puntualizamos a continuación. El déficit de la balanza de pagos se mantiene desde hace varios años. Sin embargo, nunca se ha elaborado un plan congruente para atacar este mal. Las medidas de última hora, adoptadas al borde del colapso, han sido la respuesta oficial a estos problemas.
De este modo, las empresas del país no pueden planear su acción y se encuentran sometidas a la incertidumbre, o bien, su esfuerzo por defenderse de las constantes acometidas del Estado o de la improvisación, relega a segundo plano la labor del planeamiento de visión y de creación, fundamentos básicos para la solidez del sistema económico.
rubros con otros y con la realidad nos preguntamos que entenderá el Banco Central por progreso y para que se estimula la producción. Qué concepto tiene el costarricense y cómo supone que ha de vivir este?
Por otra parte, no comprendemos cómo con un criterio eminentemente subjetivo se pretende elaborar una lista de productos que, se supone, debiera basarse en criterios técnicos. No es la primera vez que se nos dice que es preciso defender la balanza de pagos y se nos imponen nuevos y duros tributos, aunque estos sean camuflados con otras denominaciones. Llámese como se llame, lo cierto es que las actuales sobretasas a la importación constituyen nuevos impuestos y devalúan en realidad la moneda. La contención en nuestra balanza de pagos será, según declaraciones oficiales, de 50 millones de dólares, gracias a los recargos. Esto hará que el desequilibrio se sitúe en 240 millones de dólares más o menos para 1976, wsa, que según algunos funcionarios, es manejable.
En otras palabras, se afectará sensiblemente la economia social y el ingreso de los costarricenses sin que se vislumbre una solución. Se toman disposiciones cuando colapso se avecina para salir del paso, pero como no se valúa la situación general, a los pocos meses aquellas resultan ineficaces. Este tipo de medidas darán lugar este año a constantes peticiones por aumentos de salarios, maxime si se tiene en cuenta que se avecina la campaña electoral.
De este modo, la inflación seguirá a sus anchas y los conflictos sociales y laborales brotarán de nuevo. Se dice que parte de los ingresos recaudados por esta medidas servirán para fomentar las exportaciones, mas esto no es sino un señuelo para que se acepten estas restricciones. Lo cierto es que en muchas otras ocasiones se le ha formulado al país igual promesa y, a la postre, los recursos sólo han servido para aminorar presiones fiscales. Las medidas del Banco Central llevan un fin eminentemente fiscal. Su afecto en la balanza de pagos será débil. Su objetivo es presupuestario. El cambio de la finalidad de una medida o de una ley se ha hecho ya costumbre en nuestro país. Se dijo, por ejemplo, que la Ley de Asignaciones Familiares serviría para atacar problemas sociales de los grupos marginados, pero buena parte de sus fondos se ha distribuido en instituciones del Estado con fines fiscales y para fomentar la burocracia.
Se vuelve a recurrir a medidas impositivas para frenar consumo. Si tomamos en cuenta el cúmulo de cargas que pesan sobre las empresas y la forma galopante como e colón ha perdido su valor, no nos explicamos cómo se está favoreciendo la producción.
10 La producción no se incrementa restringiendo la demanda. Sobre todo, es preciso crear un clima propicio para esta importante tarea económica. Cuántos proyectos industriales nuevos se presentaron en 1975? Lo cierto es que su número se ha reducido, pues el empresario teme invertir en un país donde la intervención estatal es cada vez más acentuada.
11 El Gobierno y el Banco Central se han acostumbrado ante cualquier desventura económica o crisis, a echar mano de los impuestos y de las restricciones. Pero. dónde están los planes de producdón, las iniciativas que estimulen la toma de riesgos, el talento y espíritu de empresa de los costarricenses?
Puede un país desarrollarse y vencer sus crisis a punta de medidas negativas, de sorpresas y de incertidumbre?
12 No se puede exportar sin producir y no se puede producir sin estabilidad, sin confianza, sin orientación básica. Hace pocos meses, el Gobierno anunció que no impondría más tributos, con la misma galanteria con que acaba de prometer que no habrá devaluación. Sin embargo, los impuestos han sido la nota constante del Gobierno. Con tales hechos y promesas no es posible conducir con éxito la economía de un pais. 13 Los depósitos a plazos producen un interés de más del uno por ciento mensual, mas el Estado grava las empresas en tal forma que su rentabilidad es inferior al producto de los depósitos bancarios o de la compra de bonos. Incongruencias como éstas son numerosas en la economia nacional, 14 El fin del año nos brindó otro efecto de la incongruencia oficial. Millares de costarricenses salieron a otros países, en diciembre y noviembre, no por el simple deseo de viajar, sino porque los impuestos han encarecido de manera tan desmedida los artículos vendidos aqui, que los costarricenses han preferido adquirirlos en el exterior, convencidos de que el bajo precio de éstos les compensa los gastos de viaje y de hotel.
Prácticamente, todo el aguinaldo de los costarricenses se fue, en forma de dólares, a otros países.
15 Mas, no sólo es patente la incongruencia entre la política y los resultados, sino entre lo que se le exige al pais y la actitud o conducta del Gobieno. El Gobierno de la República impone tributos, eleva el costo de la vida a un nivel sin precedentes, exige sacrificios, afecta la producción y el consumo y pide a gritos austeridad a los costarricenses, mas su conducta es diametralmente opuesta. Esta actitud ha sembrado la desconfianza y el resentimiento y ha liquidado la autoridad moral del Gobierno para pedir sacrificios al pueblo de Costa Rica.
La ausencia de austeridad es un hecho constante, en la vida del Gobierno: desde la construcción de edificios fastuosos hasta la adquisición de vehículos, desde la plétora de empleados públicos hasta los gastos corrientes sin medida. En algunas de las instituciones autónomas se han denunciado muy graves y elevadas pérdidas, hasta por centenares de millones de colones. Sin embargo, a nadie le ha preocupado este derroche. Se elabora el presupuesto conforme a métodos y técnicas anticuadas y en su ejecución sólo existen controles jurídicos y financieros, no de eficiencia o de necesidad del gasto. Se cree que el mejor funcionario es el que tiene el presupuesto más alto y el que lo gasta todo.
No hay criterios técnicos, para elaborar el presupuesto de la República. Este crece año con año, por presiones políticas, por satisfacción electoral pero sin normas definidas a las que se sujeten los Diputados. La forma como se discute el presupuesto es un monumento a la pérdida de tiempo. El presupuesto nacional es un instrumento electoral, no un vehículo de desarrollo o una respuesta a las necesidades del Estado en una sociedad moderna. Tan cierto es esto que el propio Presidente de la República denunció hace cuatro meses que en Costa Rica sobra la mitad de empleados públicos. El diagnóstico es cierto, mas no se ha movido un dedo para eliminar este cáncer. Por el contrario, se procede como si una denuncia de esta naturaleza hubierse sido un chiste o una salida ingeniosa. El Gobierno se ha convertido asi en fragua de empleados improductivos, de servicios innecesarios, y, por lo tanto, la Administración Pública es el reino de la ineficiencia, que sólo se mantiene a punta de impuestos y de restricciones a los sectores productivos del país.
El Gobierno acaba de anunciar algunas medidas de austeridad en el presupuesto de 1976. Después de que se dijo en todos los tonos, en la tramitación del presupuesto.
que era imposible reducirlo, resulta ahora que si es posible rebajar muchos gastos. Sin embargo, aún en este caso dudamos de la aplicación de estas medidas. En primer lugar, estas son en extremo superficiales por lo que pareciera se han dictado exclusivamente para disimular las críticas. En segundo lugar, mientras no sea una obligación acatarlas y mientras estas sean sólo promesas, nada se logrará. La austeridad del Gobierno ha de ser real, más vasta y más profunda, y ha de reflejarse en todos sus actos, con lealtad hacia el país. La austeridad cotidiana, palpable, ha de ser la condición de los nuevos sacrificios que se le piden al país.
Algunas personas actuando en forma irresponsable y politiquera suelen culpar de todos los males a los empresarios, sin advertir que la empresa privada hace posible, más que la palabrería hueca, el desarrollo del país y con ello la satisfacción de básicas y numerosas necesidades sociales. Una empresa privada sólida y floreciente en un Estado ordenado y eficiente es garantia para la democracia y la libertad. Además de ser instrumento magnífico de justicia social.
una Es imposible fijarle un rumbo definitivo e inalterable a la economía de un país, pero sí es posible marcar una derta orientación, un cierto diseño, en el que la razón triunfe sobre el azar, lo fortuito o imprevisto. La mitad del déficit comercial de Centro América es culpa de Costa Rica. Se pretende paliar este vicio aduciendo que nuestro país, por su propio avance social y aultural, es un poderoso consumidor. Sin embargo, la brecha social cada vez se ahonda más y, en lugar de progresar, hemos retrocedido en diversos campos. Por qué si hay vitalidad para consumir, lo cual es muy beneficioso, no se aprovecha para producir aún más? La respuesta se encuentra en nuestro estilo politico y gubernamental Las medidas del Banco Central giran alrededor de um concepto: lo que es suntuario. Mas. quién ha definido en el Banco Central o en el Gobierno, qué es suntuario? Al leer las listas, se observa que el concepto de suntuario usado en ellas, es pobre e incongruente con un pais civilizado. De aqui que al comparar ciertos Con todo, la empresa privada no puede desarrollarse si tiene que hacer frente no sólo a deformaciones mentales como las indicadas, sino también a un estilo político y a una concepción de la vida que conspiran contra todo lo que entrane creación, lucha o esfuerzo personal.
Los empresarios y los trabajadores creemos haber cumplido con nuestro deber. Ha llegado la hora de que los políticos y los funcionarios reflexionen sobre sus obligaciones y sobre el rumbo que le están dando al pais.
En el franco diálogo que se ha entablado con el Gobierno este ha de ser un tema imprescindible.
CAMARA DE INDUSTRIAS DE COSTA RICA Enero 9, 1976 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.