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LA REPUBLICA, Lunes 12 de enero de 1976 BANCO CENTRAL GOBIERNO EQUIVOCADOS EN SU POLITICA ECONOMICA creación del impuesto que denomina sobretasa a la importación. el Banco Central está estimulando el tráfico ilícito de mercancías, el contrabando que proviene de otros países y que mueve a personas inescrupulosas a realizarlo, alentadas por los estratosféricos precios que se deben pagar en Costa Rica por los bienes importados y fabricados localmente. Es una realidad muy lamentable, la incapacidad de nuestras autoridades para controlar el contrabando; y para empeorar el mal, el propio Gobierno viene a crear el ambiente propicio para que ese contrabando sea estimulado. En su miopía, el Estado no comprende que el costarricense, cada vez en mayor número y con mayor frecuencia, quiera viajar al exterior a realizar sus compras.
en Hace menos de un año, el Banco Central, con la aprobación del Poder Ejecutivo, elevó sustancialmente las tarifas del Impuesto Selectivo de Consumo. En tal oportunidad, como en muchas otras en el pasado, se trató de justificar esta acción, alegando la necesidad de desalentar la importación y el consumo de bienes que, por arbitrio de unos pocos, se han calificado como suntuarios. El Banco Central, sin demostrarlo, alegó que la reserva monetaria se encontraba reducida a tal grado, que, de no recurrirse a la medida dicha, la devaluación del colon resultaba inevitable. Numerosos bienes fueron afectados por la elevación del mencionado impuesto y esto, unido a restricciones en las ventas a plazo, llevó a muchos empresarios a una situación de crisis. Como resultado inevitable, se acentuó el fenómeno del desempleo y se vieron reducidos los ingresos fiscales, efecto todo de la contracción económica que produjo dicho aumento impositivo.
La economía del país cún no se recupera de las consecuencias de la decisión tomada por el Banco Central. Todavía incluso resulta prematuro estimar el impacto que ha sufrido el Fisco, al ver reducidas sus entradas. No obstante, el Banco Central, conjuntamente con el Poder Ejecutivo, de nuevo ha decretado más aumentos en las tarifas del Impuesto Selectivo de Consumo y ha establecido lo que llama sobretasa a la importación, que otros designan como recargos cambiarios, pero que, en cualquier caso, no constituyen otra cosa que impuestos a las mercancías y una devaluación de hecho en nuestra moneda. Por variar, esta nueva decisión se trata de justificar, sin prueba alguna, invocando escasez en la reserva monetaria y se acompaña, al igual que en el pasado, de la consabida amenaza de una devaluación oficial del colón. Hasta dónde se pretende sacrificar a la economía nacional y al consumidor costarricense?
No comprenden el Banco Central y el Gobierno que con esta errática política están conduciendo al país a un descalabro económico y social cuyas consecuencias todos tendremos que lamentar. No están convencidos, por experiencias pasadas, que estas medidas, antes que erradicar males, provocan severas crisis y perjudican a todos los estratos sociales, pero principalmente a aquellos de menores recursos económicos. No es bien claro, para los que dirigen nuestra economía, que quien resulta obligado a pagar los impuestos es el consumidor, es ese pueblo ya bien castigado por el elevadísimo costo de la vida?
Si las nuevas medidas aumento del impuesto de consumo y creación del impuesto que denoniman sobretasas a la importación tienen como finalidad evitar la salida de divisas y fortalecer nuestra reserva monetaria; creemos que sería más eficiente a este fin, controlar las divisas que salen del país originadas en el endeudamiento externo del Gobierno Central Instituciones Autónomas. pesar de que el Banco Central no ha querido suministrar suficiente información, presumimos que las compras que realiza el Estado y la atención y pago de intereses por el creciente endeudamiento externo, constituyen las principales causas de que el país afronte situaciones críticas en su poder de pago internacional. No podríamos pretender que el desarrollo de programas de infraestructura se paralice ni que se desatiendan los servicios que prestan diversas entidades públicas. Sin embargo, si se tiene la intención de afrontar con seriedad el problema de las divisas, consideramos necesario que el Banco Central realice el estudio que corresponde para deslindar las importaciones que efectúa el sector privado y las que hace el sector público, de forma que, en ambos casos se tomen las medidas pertinentes para establecer un orden de prioridades.
De no procederse así, las restricciones que se vienen decretando, exclusivas para las importaciones que efectúa el empresario privado, además de afectar sensiblemente a las empresas, provocando desempleo y encareciendo aún más el costo de la vida, no tendrán ningún efecto positivo en nuestras reservas monetarias y al contrario, afectarán aún más la ya deteriorada situación fiscal. Resulta de elemental lógica predecir que con la elevación del impuesto de consumo y la Desde luego que esos viajes y esas compras en el exterior significan salida de divisas montos alarmantes. no es mediante prohibiciones, restricciones o impuestos a los viajeros que se debe remediar el problema; hay que atacar el problema en sus orígenes y todos sabemos que son los elevados a las mercancías las que provocan el legítimo derecho de un pueblo culto, a obtener esas mercancías en países en donde las mismas no están gravadas en la elevada proporción en que lo están en Costa Rica.
Pero hay más aspectos que deben ser tomados en cuenta, cuando se habla del problema de las divisas: es necesario mencionar la falta de una definida política en materia de turismo, pues en tanto cobran vigencia leyes para fomentarlo y el Instituto Costarricense de Turismo realiza esfuerzos ingentes para atraer más viajeros hacia Costa Rica, el Gobierno toma medidas que hacen nugatorios esos esfuerzos. El turismo podria constituir la principal fuente de divisas en Costa Rica y aliviaría en gran proporción el problema monetario del país. Pero para ello, es necesario un cambio de actitud; es necesario adoptar una política de cielos abiertos, como lo han hecho todos aquellos países que se ven favorecidos con la afluencia masiva de turistas; es necesario crear atracciones y condiciones que hagan placentera la permanencia del viajero extranjero en nuestro territorio; es imprescincible ofrecer niveles de precios que atraigan al comprador foráneo. este repecto, cabe mencionar que en Panamá, a partir del del presente mes de enero, cobró vigencia un decreto legislativo que viene a liberar de toda clase de impuestos de importación, a todos aquellos artículos que normalmente interesan al turista extranjero, como son cámaras fotográficas, binóculos, televisores, radios, relojes, aparatos de sonido, etc. en tanto que en Costa Rica, precisamente hacemos todo lo contrario, al poner más impuestos y encarecer más todos esos artículos.
Resultado: más turismo costarricense hacia Panamá y más contrabando hacia Costa Rica, Igual cosa ocurre con la isla de San Andrés.
Resulta carente de seriedad que, en tanto el propio Gobierno provoca con más impuestos el encarecimiento de los bienes y servicios, es el mismo Gobierno quien con gran despliegue de cinismo y demagogia anuncia más severidad en el control de los precios y amenaza con asumir la venta de determinados productos si continúa la especulación, que antes que especulación, no es otra cosa que el resultado de su propia política.
La Cámara de Comercio de Costa Rica, siente la obligación de hacer las anteriores consideraciones, pensando por sobre todo en los intereses de Costa Rica.
Considera que debe señalar claramente que el Banco Central y el Gobierno Central están equivocados en su política económica, monetaria y fiscal. El clima de desconfianza se acentúa cada vez más y el empresario inversionista, motor y nervio de la producción y la riqueza en nuestro sistema, siente desaliento incertidumbre, ingredientes que unidos a la situación inflacionaria nacional, constituyen pésimo presagio de lo que puede ocurrir en los próximos meses. Desde ahora la Cámara anuncia al país su oposición decidida y firme a la creación de más impuestos y restricciones improvisadas y hace un respetuoso pero enérgico llamado a quienes nos gobiernan, para que, en aras del bien nacional, cambien de actitud y de politica frente a los crecientes problemas que nos agobian.
de sus e Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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