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LA REPUBLICA, martes de noviembre de 1976 El doctor Domingo Rivas Salvatierra لون Nació esta gran figura de la Iglesia de Costa Rica en la ciudad de San José, el de febrero de 1836, en el hogar de don Prudencio Rivas y doña Rafaela Salvatierra.
En 1852 optó por seguir su vocación sacerdotal e inició sus estudios como paje del Obispo Llorente. Fue ordenado presbítero por su Prelado en el exilio, en León de Nicaragua el 20 de febrero de 1859, regreso a Costa Rica y se le encargó la parroquia de San Pedro del Mojón. En 1860 obtuvo el titulo de Licenciado en Derecho Civil; en 1863 fue nombrado Vicario General en sustitución del Pbro. Rafael del Carmen Calvo, cuando ya era canónigo teologal desde 1862 y en 1865 desde 1862. y en 1865 se doctoró en Derecho Canónico y ejerció como miembro de la Dirección de Estudios de la Universidad de Santo Tomás, de la cual fue Rector en 1869. Ese mismo año actuó como gobernador eclesiástico durante el viaje de Monseñor Llorente al Concilio Vaticano.
Por su gran amistad con el Presidente don Jesús Jiménez, desempeñó durante su gobierno elevadas posiciones oficiales, entre ellas la de miembro del Consejo de Gobierno, diputado al Congreso y VicePresidente de la Cámara. En 1871 fue nombrado Deán del Cabildo y desde setiembre del mismo ano Vicario Capitular hasta 1877. En 1879 fue a Roma; regresó a principios de 1880. pero el Gobierno le impidió la entrada a Costa Rica, permaneciendo desterrado en Nicaragua Murió en San José el 25 de abril de 1900.
Vano empeño sería si tratásemos de compendiar en estas líneas un estudio, aunque suscinto, de la personalidad del Dr.
Rivas. Seria labor de una extensa biografia.
El es la raiz del prestigio de la Iglesia en Costa Rica, como institución de verdadero peso en nuestro medio; tanto como Vicario General, como Vicario Capitular, los actos del doctor Rivas tuvieron el sello de un auténtico gobernante, conocedor profundo de las normas jurídicas eclesiásticas y civiles, además de teólogo consumado. Sento las bases para una verdadera formación espiritual y cultural del Clero, mediante disposiciones relativas al Seminario; estimulo con su ejemplo y su apoyo, la prensa católica: protegió, como muchos sacerdotes de su época, todas las obras tendientes a formar conciencia cristiana en la sociedad, Unos. los liberales, especialmente) le cobraron si indefectible fidelidad a la Iglesia y su actitud de roca contra la cual iban a estrellarse todos los intentos contrarios; otros, sintieron escozor de su virtud; quienes, su inflexibilidad de gobernante, quienes su honestidad incorruptible. to. Ricardo Blanco Segura dos, chocaron con su personalidad y su talento, fuera de los que comprendieron claramente todo cuanto valía.
ejerció la caridad, gobernó y vigilo su Iglesia Las pasiones y los cálculos, hicieron con tal gallardía, que abocarse a su persona fracasar su candidatura como probable y a su obra es hacerlo ante la más imponente Obispo de Costa Rica. En 1877, el Dr. Rivas figura del Clero costarricense del siglo XIX. tuvo que entregar el mando de la Diócesis al Grande por su inteligencia, excelso por su Delegado nombrado por el Vaticano para virtud, el Dr. Rivas fue una síntesis de atenuar la situación existente entre la sacerdote, gobernante y sabio, como no se Iglesia y el Gobierno; y como si no bastara el había dado hasta su tiempo en nuestros ensañamiento contra la persona de Rivas, lares. Desde muy joven demostró al lado de en 1880 se le impidió ingresar a su Patria Mons. Llorente sus aptitudes para el cuando venía de Europa.
desempeño de puestos delicados, con Creemos que pocos seres, llamados a firmados en sus funciones civiles en el Go jugar un papel similar en la historia, han bierno de Jiménez; pero la mayor evidencia tenido que soportar tantos sufrimientos y de su reciedumbre moral e intelectual, que amarguras como el Dr. Rivas. Ninguna do planteada durante la borrascosa primera humillación bastó para opacar la grandeza Vacante de la Diócesis, cuando fue Vicario de este hombre.
Capitular entre 1871 y 1877.
Como humano, es lógico que alguna vez La turbulencia de aquel lapso que puso a pudo errar en cuestiones de procedimiento; la Iglesia en crisis frente al liberalismo, la pero en el fondo de sus actos prevaleció el masonería y más que nada las pequeñeces sentimiento honesto y sincero del sacerdote humanas, reveló en el Dr. Rivas al más ciudadano superior. La historia fuerte pilar del ideal religioso como entidad eclesiástica y aún la civil de Costa Rica no espiritual y social. Todos, clérigos y seglares, podrán olvidar jamás aquel memorable de quisieror tenerlo de su parte; todos, en mayo de 1890, cuando el Dr. Rivas subió al contraron en él nada más que al hombre púlpito de la Catedral a pronunciar el movido por los intereses de la Iglesia. sermón con motivo de la toma de posesión Consciente de la dignidad y derechos de la del Presidente Rodríguez.
misma, no se doblegó ante nadie ni ante na Todo cuanto se pudo haber dudado de da: se atrajo la mala voluntad del Gobierno aquel hombre prematuramente envejecido a presidido por el General Guardia; fue los cincuenta y cuatro años de edad y envíctima de la maledicencia, de la calumnia y fermo de sufrimientos, lo borró su palabra del insulto, venidos de la otra orilla muchas en una de las más hermosas defensas de la veces y otras tantas de su propia ribera. Iglesia que se hayan hecho en Costa Rica.
Reclamó derechos, justificó a su Obispo, víctima de persecución y destierro, y planteó la demanda de una justa reparación del golpe asestado a la religisón con las leyes de 1884. Muchos años debieron pasar hasta que otro Prelado de comparable grandeza a la del Dr. Rivas viera reformada aquella situación; pero la voz del Dean de 1890, aun resuena mayestática en las naves de la Ca.
tedral como símbolo de las más sentidas y perennes aspiraciones de la Iglesia. Si la muerte acabara definitivamente con la vida de los hombres, bien poco significaria el recuerdo de estos hechos; pero siendo mutación de la existencia, toda la luz y hasta la sombra que iluminó el pensamiento de aquellos se traduce a la posteridad en huellas indelebles.
Por muchos de los sucesos aqui brevemente esbozados, no han de faltar quienes vean con recelo la personalidad del Dr. Ri.
vas. Para unos, contrarios a su credo religioso, puede ser malquisto y antipático; a otros, historiadores especialmente, quizá les merezca juicios distintos a los nuestros Todos, sin embargo, coinciden en unpunto que por sí solo compendia todo cuanto del Dr. Rivas puede decirse: Fue el más brillante sacerdote que hubo en Costa Rica durante todo un siglo. más se acentúa el concepto, si se toma en cuenta que en torno a Rivas vivieron hombres de la talla de Bernardo Augusto Thiel, Carlos Maria Ulloa. Francisco Calvo y Artonio del Carmen Zamora.
Sirvan estos apuntes de ejemplo y de recuerdo; pero también de homenaje muy justo a la memoria de un hombre al precio de amarguras y de humillaciones, por el solo delito de ser sabio y virtuoso, pagó muy buena parte de la paz, la estabilidad y el prestigio de que goza la Iglesia en Costa Rica.
La América Latina en Francfort Arturo Uslar Pietri PARIS. ALA) En la víspera de la Feria Internacional del Libro de Francfort, en septiembre de este año se celebró un interesante coloquio latinoamericano para tratar sobre los amplios temas de la literatura y la sociedad en la América Latina y de las relaciones literarias germano latinoamericanas. Unas sesenta personas que comprendían autores, críticos, profesores de literatura, traductores y editores hicieron un rápido inventario de posibilidades y problemas, en un clima de extraordinaria benevolencia y libertad.
La reunión estuvo patrocinada por el Instituto Nacional de Relaciones Exteriores de Stutgart, en cooperación con el Servicio de Exposiciones de la Cámara Alemana del Libro y la Biblioteca Central de la Universidad de Francfort.
Participaron latinoamericanos de casi todos los países de lengua española y del Brasil y numerosos alemanes. Se procuró que la dificil barrera linguistica estobara lo menos posible, con la ayuda de traducciones escritas y de resúmenes inmediatos hablados.
Lo primero que salta a la vista es el nuevo interés de los alemanes por la América Latina y su literatura. Es nuevo y es creciente. Se citaron en la reunión algunas estadísticas que ilustran elocuentemente la cuestión. En todo el siglo XVII sólo se tradujeron al alemán libros latinoamericanos. En el siglo XIX se llegó a 18. En 1975 se han traducido 500 libros de la América Latina y se han publicado unas 60 antologías.
Es, sin embargo, todavía muy poco si se piensa que, según las estadisticas. la traducción de libros de lengua española o portuguesa, comprendiendo Europa y América Latina, llegó tan sólo a representar el de todas las traducciones hechas en lengua alemana, mientras las versiones del inglés y del francés alcanzaban el 75.
Una gran parte de estos libros son de descripción de países de belleza de letras o de temas políticos de actualidad. Hay muy poco ensayo, escaso pensamiento. y casi nada de ciencia. Son datos significativos que reflejan una situación.
El otro problema es el de la dificultad de llevar obras de un medio cultural y humano tan distinto del alemán al interés de un gran público escapando al exotismo deformate o al reportaje politico candente. La nueva narrativa de la América Latina presenta ciertas dificultades propias.
Buena parte de ella es de tipo experimental, innovador y avanzado técnicamente, lo que la limita, en cierto modo, a un público minoritario. Uno de los críticos alemanes presentes observó que igualmente la literatura avanzada de lengua alemana llegaba muy escasamente al gran público.
La reunión reflejó de un modo claro y a ratos conmovedor la variedad de situaciones, la pugnacidad y el tiempo de crisis de la América Latina, dentro de un mundo igualmente en crisis. Los alemanes pudieron oir voces militantes, desgarradas o pugnaces y llevarse una buena lección de cosas de la dificil realidad de un continente. Fue una buena experiencia para salvarse de la temible tendencia a las simplificaciones. Allí se pudo ver la unidad fundamental del mundo latinoamericano, de expresión española o portuguesa, pero, al mismo tiempo, las importantes diferencias de posición, de tendencias, de objetivos inmediatos y de concepto mismo del papel de la literatura.
Esa variedad es dramática y a ratos parece irreconciliable.
pero también significa riqueza y potencial creador. No es fácil ni justo abarcar la América Latina en ninguna de las simplificaciones con las que comúnmente se la engloba.
En el fondo estaba yacente la vieja cuestión, tantas veces preguntada y nunca final y satisfactoriamente contestada, de hasta dónde la literatura expresa la realidad existente y hasta dónde es proyecto de cambio? Y, sobre todo. hasta dónde la literatura o el arte pueden modificar la realidad?
En el caso de la América Latina es obvio que desde los comienzos hasta hoy ha sido una literatura de prédica y de combate, que ha pretendido tener una misión, una influencia colectivas. En todo caso, es al través de ella como se puede llegar a percibir la fisonomia dificil y hasta contradictoria de ese complejo mundo tan lleno de todas las fascinaciones. buenas y malas.
El interés por su literatura y el esfuerzo que hacen naciones tan distantes como las de lengua revelan bien la creciente presencia que va cobrando en la escena mundial.
En los debates de Francfort tuvieron los anfitriones a lemanes ocasión de mirarla viviendo en su poderosa vasIedad (ALA1)
Rincón del idioma: En LA REPUBLICA. leemos. Sobre este punto, la pedagoga de deporte Annemarie Seybold dice: En contra de la idea condicionada históricamente, según la cual el varón piensa POR CUIDA DE LA MUJER.
determina el modo y medida de sus ejercicios corporales, se alza ahora la exigencia de la realidad presente: la mujer ha llegado a su adultez, elige por sí misma el deporte según sus propios intereses e inclinaciones (En El Cuento del Sexo Débil. articulo aparecido el 13 de octubre de 1976. Pero deblo escribirse Según la cual el varón piensa POR LA MUJER CUIDA DE ELLA. y determina el modo y LA medida de sus ejercicios corporales.
PORQUE plearse una preposición sin elemento terminal, aunque este aparezca más adelante por ser el mismo de la preposición que se escribe después.
Como, en este caso, tanto a la preposición por como a la preposición de les conviene el mismo elemento terminal (puede decirse por LA MUJER y también de LA MUJER. el autor del texto, guiado por el afán de economizar palabras, ha escrito una sola vez el elemento terminal. la mujer. y ha dejado, como puede notarse, la preposición por flotando en la oración. En todos estos casos, el elemento terminal debe agregarse después de la primera preposición; para evitar la repetición que entrañaria escribirlo exactamente igual después de la segunda, se alude, simplemente, a dicho elemento terminal sustituyendo el sustantivo. mujer. en este caso) por el correspondiente pronombre bella. en este caso) El articulo ell que se antepuso al sustantivo modo. por ser masculino, no conviene al sustantivo medida. que es femenino; debe, entonces, anteponerse a medida el artículo la que confiere, por otra parte, UNIDAD ESTILISTICA, ya que si a un sustantivo se le antepone articulo. es necesario proceder en la misma forma en relación con los otros que forman parte de la misma serie.
En los siguientes casos, tampoco hay unidad estilistica. Entre parentesis anotamos la oración estilisticamente correcta: a) Compraré el periódico y revistas en el supermercado (compraré El periódico y LAS revistas en el supermercado. b) Trae las manzanas, uva y naranjas a este cuatro (Trae LAS manzanas, LA uva y LAS naranjas a este cuarto. Myriam Boston Arratia Ya hemos señalado que no debe emEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.