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LA REPUBLICA. Lunes de agosto de 1977 Náufragos del Piscis rescatados de una isla Me temprano a sitio seguro, ancorar, echar afuera las piezas cobradas, limpiar los aparejos y rumbar a San José antes de que el tumulto tamborilero y regocijante PUNTARENAS. Por Walter Rodríguez, Corresponsal. El sábado 30 el mar amaneció crespo desde la mañana.
Los buchones y las tijeretas be in TIC virtió en una masa negra, aullante de viento, rugiente de olas.
Sacaron algunos alimentos del maletin providencial y comieron, dieron gracias a Dios y se dispusieron a aguantar de firme la noche naufraga, estruendosa y mojada.
hor maniobró aceleradamente, colocó la nave con la proa hacia la ola, manipuló el acelerador para regular los motores, pero sin que se pudieran hacer más cosas, ante los desorbitados ojos de los pescadores el mundo se volvió un torbellino de espuma. La ola gigante envolvió a la navecilla como un sudario frío. La bamboleó.
Trituró algunas cosas y después la escupió al otro lado de su cresta, en un mar agitado, con la quilla patas arriba, hacia el cielo, y los cuatro tripulantes pataleando duro en el agua para tratar de salvar la vida.
bos fic LA VOZ DE ALARMA 0 A las tres de la tarde de ese mismo dia un pesquero sobre cuyo nombre hubo muchas variaciones, divisó en el mar, con la quilla hacia arriba, el yate Piscis Los marineros advirtieron a Puntarenas por radio que había un naufragio entre las rocas que llaman Isla del Ahorcado y Mal País, al nor oeste de Cabo Blanco. Cuando se reveló el nombre del yate toLUCHA POR LA VIDA Del helicóptero salvador Richard Holtz baja una de las neveritas de estereofón que le sirvieron de flotador en el furioso mar. Foto Rodriguez)
Fue una sola ola y después las normales, en fila, una tras otra. Los hombres en el agua mantuvieron la calma. Alier gritó a Pepe Esparragó que sacara los salvavidas de la bodega del yate. Lograron abrir el compartimento bajo el agua, pero Pepe no encontró nada. Entonces decidieron echarse al mar a puro pulso, porque la marejada llevaba el yate mar afuera y el tiempo parecia querer empeorar. El imperativo era llegar a tierra, ponerse a salvo del vendaval.
náufrago al Piscis.
El Coronel Manuel Enrique Guerra en un avión ordenó arriba el revoloteo de las naves. abajo Sigurd Koberg a bordo de su yate Kobiris fue de cabeza de un grupo que se encontró con que los pequeños pescadores de Mal País, en sus pangas endebles, estaban desafiando también el mar en busca de los náufragos.
Resultando todos los esfuerzos por acercarse a la isla nulos, debido a la resaca furiosa, alguien se puso en contacto con una empresa de helicópteros en San José que mandó una nave provista de una escala de cuerda. El piloto maniobró sobre Cabo Blanco desafiando el viento y uno a uno (la nave es de dos plazas) fue sacando a los náufragos y conduciéndolos hasta Manzanillo donde avionetas los llevaron directo Puntarenas, a revisión médica.
a LOS RESUCITADOS William Holtz, también sin camisa, pero sonriente al llegar a Puntarenas tras ser rescatado de Isla Cabo Blanco por un helicóptero. Foto Rodríguez)
Cuenta Esparragó: nos llamamos varias veces en el agua, repetidamente, a gritos, y algunos nadamos en busca de cosas flotantes a las que agarrarnos. Vimos una neverita de estereofón y la pescamos a manotazos.
Sirvió de flotador. Luego un maletin pasó navegando cerca y lo capturamos. Era un maletín que tenia unas latas de atún y de frutas y unas salchichas. También sirvió de flotador. Luego, con una cuerda, nos medio amarramos para evitar que ninguno de nosotros quedara rezagado o se perdiera entre el espumarajo del mar enfurecido. Como pudimos nos orientamos hacia la Isla Cabo Blanco, y todo el mundo se convirtió para nosotros en nadar, tragar toneladas de agua de sal y volver a nadar, sin perder la calma, palmo a palmo de mar, nadar y más nadar. las 05:15 Koberg avisto El último fue Richard en una roca de la Isla de Ca Holts, y al elevarse la bo Blanco a los superaeronave de Manzanillo y vivientes. No los vió a todos, llegar a Puntarenas a las pero contó hasta dos 10:30 de la mañana y haciendo señas. Debido a abrazarse al fin todos los que alli el mar revienta en resucitados. se cerró un rocas sumergidas y hace capítulo más en el mar.
anticos todo lo que enA mediodía de ayer, en el cuentra, no pudo arrimarse Aeropuego de Pavas, los demasiado, pero pasó la voz familiares recibieron y todo el mundo rodeó la jubilosos a sus seres queriisla.
dos.
Dr. Walter Kitzing. sin camisa y feliz.
AS fuera demasiado.
Al sur el viento levantó.
La superficie del mar comenzó a pintar crenchas plateadas y las olas a bambolear el barquito, cada vez más intensamente. El capitán sacó sus cálculos y estimó la posición a unas millas de la Isla Cabo Blanco y unas del lugar donde encuentra náufrago el barco Grand Ranger. de tan famosos recuerdos pasados.
84 se marinas pescaron por la mañana y antes de mediodía dejaron de hacerlo. Nadie se imaginaba, a esa hora, el drama que se estaba viviendo golfo afuera, a unas millas de Cabo Blanco.
Domingo Alier Musmanni, patrón del yate de 17 pies y medio Piscis. salió a las de la mañana del Yatch Club en el Estero. bordo, aparejos de pesca, y los amigos Dr. Walter Kit.
zing, José Luis Esparragó Vargas, William y Richard Holts, todos de San José.
Proa a mar abierto las islas del Golfo fueron quedando atrás como un reguero verde. Cedros, Tortugas, Pájaros, Negritos se fueron difuminando poco a poco y el Piscis comenzó, muy al sur de Cabo Blanco, en contacto con mar abierto, sus faenas de pesca deportiva Punta Coquitos do el Yatch Club se puso en movimiento. Se formó una cadena de radioa ficionados y los barcos en altamar o dentro del Golfo de Nicoya fueron alertados. En Radiomar el Ing. José Civit Rios comenzó a coordinar los mensajes de tierra y naves en el mar mientras la búsqueda desesperada se inició.
Pasó la noche, los vientos a las once transformaron Puntarenas en un remolino de arena, ramas de los árboles volando, techos de las casas desprendidos, bailes del carnaval cortados de sopapo y turistas del Valle Central huyendo desesperados, rumbo a San José, atascando la carretera de salida.
Playa Bahias DOS HORAS NADANDO Playa Cabe Bax 724 Cabo Blanco 74 una 70 ΕΙ tiempo siguió variando. El cielo despejado se nublo, aumentó el viento y en la superficie marina creció el crepitar de las olas haciendo bajar y subir el yate, vez, dos veces, muchas veces.
De pronto Alier Musmanni grito una orden. Fijen todo, agárrense. como en la pelicula La Aventura del Poseidon.
una ola gigante se les vino encima.
Desde la Piscis era como una montaña de frente rugiente, verde oscuro, arrolladora.
Durante dos horas los naufragos nadaron hacia el promontorio rocoso de la isla, que se levantaba y se hundia en las olas según se levantaban y se hundian ellos mismos. La distancia se hizo eterna y los músculos de brazos piernas comenzaron a doler. Pero la voluntad impuso siguieron adelante, hasta que una ola reventando con furia, los dejó sobre un roquedal, ateridos, golpeados y con una oración a flor de labios.
se 694 cand sunca VUELTA AL PUERTO ANO PACIFICO las 11 de la mañana, con buenas presas a bordo, Alier Musmanni dispuso el regreso a puerto. Esa tarde, que ya comenzaba a caer con un tono gris ominoso, arrancaba el carnaval porteño y la fiesta del baile prometia estar a punto, por lo que era mejor llegar OLA GIGANTE LOS DABAN POR MUERTOS Las autoridades consideraron que la vida de Alier, Kitzing, los Holts y Esparragó estaban perdidas.
Ayer en la mañana, desde las cinco, avionetas, pesqueros y 10 yates de amigos de los náufragos, se encontraban en el mar en el sitio señalado la víspera por el pesquero que encontró Semiahogados en agua salada los Holts colocaron la neverilla de esterofón en una grieta de la roca para recoger agua de lluvia. El cielo abrió sus cataratas y todo el horizonte se conEl reloj, mirado con la velocidad de la emergencia, señalaba las 11:10 hs. de la mañana, Alier Musmanni El mapa muestra la zona de Cabo Blanco y la bla Cabo Blanco. El mar alrededor fue el escenario de la aventura del yate Piscls durante el fin de semana pasado.
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