LA REPUBLICA. Lunes 24 de Jullo de 1978 13 24 de julio: Conmemoración del Natalicio de Simón Bolívar APRENDAMOS NUMERO 85 con DS República ASESORIA TECNICA: LIC JORGE MORAL Si triunfamos en las luchas del civismo, de las ciencias y de las artes, ofrendemos nuestros triunfos a la Patria.
Si nos hiere la calumnia emponzoñada, si se interpretan perversamente nuestros actos, si nos acecha la suspicacia y trata de anona darnos la persecución, surjamos más altivos, elevémonos con más decoro y tengamos para nuestros adversarios sólo el desdén y el desprecio; porque mientras esté limpia nuestra conciencia no pueden mancharia la injusticia y la pertidia. Tarde o temprano reaccionan los pueblos aún en sus más lamentables extravíos, y el gran perseguido de ayer es el grande hombre de mañana.
Bolívar proscrito de Venezuela por el Congreso revolucionario de Valencia, Bolfvar traicionado en la Nueva Granada y que para salvar del puñal de los asesinos tuvo que ocultarse de las iras de la canalla en el lodo infecto de misero riachuelo, Bolivar que abandonado de todos fue a expirar bajo el techo de un hidalgo español, es el mismo Bolívar que recibe homenajes de admiración desde la última aldea perdida en las quiebras de los Andes hasta las más grandiosas capitales del mundo civilizado.
Tengamos la misma fé que tuvo Bolívar, la misma esperanza que le iluminó en todos los frances de la vida, la misma esperanza que se condensó en frase inmortal cuando solo y enfermo, en Pativilca, confiaba todavía en vencer.
Tengamos la misma caridad que tuvo para sus detractores y para sus enemigos y para quienes, ya que no le desgarraron con el puñal, le asesinaron moralmente.
Monumento del Libertador en el Parque Bolívar de Quito, Ecuador.
La figura de Bolívar Luis Felipe Borja que ciñeron las de Julio César y Bonaparte; como literato que con el Delirio en el Chimborazo y con el análisis del CANTO JUNIN demostró singulares dotes de crítico e inspirado poeta; como ejemplo y modelo de abnegación al entregar todos sus tesoros de su alma para la libertad de América; como el rayo de la guerra y el genio de la paz; como filósofo de hondas meditaciones y titán de formidables acciones.
Los muertos mandan, dijo un esclarecido escritor español. Los muertos, si son la más rutilante expresión del genio, como lo fue el Libertador, no sólo mandan, no sólo enseñan, sino que también castigan a quienes desoyeron sus enseñanzas, a quienes envilecieron su obra, a quienes se volvieron indignos de la libertad que les conquistó en treinta años de lucha, agotando todos los recursos de su ingenio, oprimiendo su corazón que destilaba sangre por la alevosia de ingratos y perjuros, torturando su privilegiado cerebro para difundir ideas que nos salven y nos engrandeciesen.
Imposible es que manchemos lo pasado, que reneguemos del Libertador, que constituyamos con la anarquía que tanto detestaba, el orden y la unión que proclamó toda su vida y aún con los labios trémulos y acongojados en los momentos mismos en que expiraba en las playas de Santa Marta.
Pero a Bolívar no se le debe considerar en diversos aspectos fragmentarios. Es personalidad homogénea, a la manera de diamante de múltiples facetas, cada una de las cuales brilla con fulgor, pero constituye un todo inseparable.
IN Al Libertador se le ha considerado en diversos aspectos: como orador que en incomparables arengas hacia estremecer a sus huestes hasta llegar al delirio; como estadista que con el Congreso de Panamá, el proyecto de la Constitución Boliviana y en el discurso al Congreso de Angostura reveló sus dotes de estadista previsor; como guerrero que en Boyacá y Junín coloco sobre su frente los mismos laureles Bolívar el Libertador, Bolivar el guerrero, Bolívar el filósofo, Bolivar el estadista, Bolívar el patriota, Bolivar el abnegado, Bolívar, el literato, fue ante todo y sobre todo, más bien dicho, únicamente el Libertador: porque la pluma, la espada, la elocuencie, la meditación, el estudio, la acción, cuanto en tin poseyó su genio, se confunden, se entremezclan y de todo ello surge sólo el Libertador que, para llegar a serlo de casi todo un Continente, necesitaba de múltiples dotes, de innúmeras virtudes, del saber y la elocuencia, de las armas y los libros, de los cañones que retumban con estruendo, de las auscultaciones silenciosas de su magnanimo corazón. un hombre así, un genio que condensaba en sí mismo la grandeza de mil genios, que fue múltiple pero que al propio tiempo resplandecía por la unidad en la concepción y en la acción, no puede menos de perdurar en su obra, como sigue brillando, a través de los más dilatados siglos, el sol que nos da calor y luz a pesar de los eclipses, de donde surge con más resplandor y grandeza.
Sigamos el ejemplo del Libertador, estimulémonos con su serenidad en la gloria y su estoicismo en el infortunio.
El Libertador.
Simón Bolívar. General y libertador venezolano, héroe de la Independencia suramericana. Nadó el 24 de julio de 1783.
Inició sus estudios en su patria y los continuó en Europa.
Regresó a Caracas en 1806 y desde ese año se unió a los hombres que luchaban por la independencia de su país.
Derrotó a los realistas en Boyacá y Carabobo. En 1821 fue elegido presidente de la República de Colombia, formada por Venezuela y Nueva Granada, y cooperó la Independencia de Ecuador, Perú y Bolivia, continuando la tarea de San Martín después de la entrevista de ambos en Guayaquil. Sobre la base de la Gran Colombia, que creara, trató de lograr la federación de las Repúblicas de América del Sur. En 1830, combatido y amargado, renunció. Mario en Santa Marta Colombia, el 17 de diclembre de ese mismo año.
La batalla de Carabobo en la que Bolivar derrotó a los realistas.
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