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LA REPUBLICA. Jueves de agosto de 1979 15 CUENTOS POPULARES SUIZOS El diablillo en el manzano un EL CERDITO LIMPIO do OS al io 00חב Sobre manzano estaba las más sabrosas manzanas del sentado un diablillo, el cual, árbol y las dejaré en medio de la cuando vio acercarse a tres carretera. vuestro regreso a chiquillos camino de la escuela, casa, podréis recogerlas.
se transformó en un campesino. Bravo!
gritó el mayor. Hola. les gritó. si de los chiquillos ¡Esto sí que unieron sus cabezas; luego de hoy hacéis enfadar mucho al será una alegría!
maestro hasta hacerle perder la haber planeado las más hermoSus ojos fulguraban malicia.
cabeza, recogeré para vosotros sas travesuras, los chiquillos se Durante largo rato los tres encaminaron hacia la escuela. Demasiado tarde! les reprendió el profesor, pues la clase de aritmética había empezado ya. Las tres cabecitas rebullian, sin embargo, de astutas jugarretas, y no prestaron ninguna atención a la tabla de multiplicar. Cuando el maestro repasó más tarde los cuadernos, no había en ellos ni una sola cuenta bien hecha. Castigados. dijo tranqui.
lamente, y así fue. las once se precipitaron los demás escolares hacia sus casas. Junto al manzano hicieron alto. Las más hermosas manzanas yacían sobre la carretera. éstas se las podía recoger. Los muchachos las cogieron y comieron, alegrándose mucho de tal. Hola. exclamó una voz.
Venid, hijos. dijo la madre cerda.
hallazgo.
Era el campesino, pero esta doce cerditos la siguieron al barrizal reblandecido por la Cuando a las doce llegaron los vez el verdadero. Este tenía una lluvia, conocido por el jardín de los cerdos. Aquí podían hozar tres rezagados junto al árbol, no tranca de avellano en la mano.
profundamente en la tierra con sus rosadas narices. La madre se quedaba ya ni una sola manzana Lo que hubo entonces, naturalcavó un hueco en el suelo y se tendió gruñendo placenteramente.
sobre la carretera. Entonces mente, en lugar de las sabrosas Los pequeños chapoteaban a su alrededor, alegres y sucios como saltaron sobre la verde hierba y manzanas, fue un par de sabroverdaderos cerditos.
sacudieron el manzano.
sos azotes.
El treceavo, sin embargo, estaba todavía en el lado de fuera de la valla. Ven. gritó la madre. No. dijo él, y no se movió del lugar seco.
Era un cerdito limpio, rosado y redondo como una bola.
Es siempre el mismo. No quiere ensuciarse los zapatos. rio la esposa del granjero.
El hijo de los señores de la hacienda se agachó y acarició al cerdito limpio. Luego se sacó una cinta roja del bolsillo y la anudó utilizar.
alrededor del cuello del animalito.
Señaló las cáscaras; luego se ¡Ptu!
exclamó la madre del cerdito al verle asi incorporó, buscó cola y pegó con ¡Grumpf grumpf! Tú no llegarás nunca en la vida a ser un cuidado las dos mitades.
perfecto cerdo. Te comportas de una manera completamente La mujer rió, y siguió partiendistinta de nosotros y nos averguenzas. Suerte que tengo do a golpes la nueces alegremen.
todavía otros hijos. Grumpf grumpf!
te, mientras los trozos de cáscaEl cerdito limpio no pudo replicar a esto, pues era la madre, la ra volaban a izquierda y derecha.
que así hablaba, y ella tenía que saber cómo debe comportarse En éstas se acercó un mendigo un verdadero cerdito.
por el camino.
Sin embargo, el pequeño cerdito limpio podía ir a la casa de los. Tengo hambre. dijo.
señores, y alli era palmoteado y acariciado, y, cuando fue El hombre cogió en silencio un luego corrió él también detrás sacrificado, lo sirvieron en una fuente de plata, y en el hocico puñado de las nueces vacías y se del mendigo. Pero por mucho llevaba un limón de color de oro, y, detrás de las orejas, las ofreció al mendigo. Su mujer ramilletes de perejil.
que corrió, no pudo ya alcanzar abrió horrorizada la boca. Cuan lo. Muerto de fatiga y hambriendo el mendigo se alejó de allí to regresó el hombre. La mujer dando las gracias, ella se deslizó cortó un trozo de pan y le ofreció hacia la cocina, cortó un buen también de sus sabrosas nueces, trozo de pan y se apresuró por la con la cual hizo muy bien, pues puerta trasera a ir al encuentro de las suyas propias jamás se del mendigo.
hubiera visto él satisfecho.
Luego continuaron abriendo Desde aquel día el hombre Un hombre y una mujer en cuchillo en la nuez, y abría la de nuevo, el hombre y la mujer, dejó a su mujer que abriera ella cierta ocasión rompian nueces. cáscara en sus dos mitades. sus nueces. Pero las nueces, que sola las nueces. El, por su parte, La mujer las golpeaba con una Vas demasiado lentamente abric ahora el hombre estaban se dirigió al patio, y cortó leña piedra y gritaba alegremente a tu manera dijo la mujer. todas vacías; las de la mujer, en para el invierno, y cuando se cada vez cuando se rompía la. Esto es cierto. contestó el cambio, tenían todas ellas frutos acercaba de nuevo un mendigo, cáscara. El hombre trabajaba hombre, sonriendo astutamente magníficos y sanos. Entonces se llamaba a su mujer para que con su cortaplumas. Hundía cui. pero no se puede saber asombró el hombre, y se rascó diera ella misma la limosna.
dadosamente la punta de su nunca cuándo se las podrá largamente detrás de la oreja; El se había escarmentado!
poco. Pwane, cuand Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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