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LA REPUBLICA. Jueves de agosto de 1979 11 Hacia dónde camina Nicaragua? Por Fernando Albert Desde la ruing y el caos Las calles están llenas de gentes armadas, hombres y mujeres, niños y niñas, todos ellos corriendo alegremente la pólvora con cualquier motivo, e incluso sin motivo, convirtiendo las noches de las ciudades en una orgía de estampidos. Cada grupo de combatientes o de advenedizos de última hora ha montado su comando de barrio, en el que se establecen postas, controles, patrullas y retenes que enre.
dan el tránsito y ponen la piel de gallina a los ciudadanos no comprometidos con uno ni con otro bando.
La pequeña burguesía, en vista de este estado de cosas, se ha refugiado en su cuadra, temerosa, mirando al futuro con ojos asustados, hablando en voz baja, ahogando su miedo en guaro a ochenta córdobas la botella.
Vamos hacia el comunismo me decía en Ciudad Jardin un visitador médico, sentado en el escalón de en.
trada de: casa. Es sólo cuestión de tiempo Miraba al fondo del vaso como si el hielo fuera una bola de cristal e la que se viera el porvenir. nadie le sorprende que las vacas negras den la leche blanca, ni se sabe de alguien que se haya puesto a averiguar la causa de tan singular incongruencia. Sin embargo, cuando el problema se transporta a sus correlativos términos políticos, la gente se inquieta y los expertos desmenuzan el proceso en busca de algún factor que haya alterado las constantes lógicas en la química de las ideas.
Algo así está sucediendo con Nicaragua. El hecho de que a las variopintas vacas sagradas de la revolución nicaraguense se les esté ordeñando por ahora una democracia casi ortodoxa y bastante aceptable. dadas las circunstancias. incluso para los puristas de la doctrina, tiene desconcertado al mundo entero. La mayor parte de la gente teme estar presenciando un acto de magia, o al menos de alta prestidigitación; el resto de la gente es de esa que todavía cree a pies juntillas en los milagros. Han acionalizado ya la banca, y las tierras de Somoza.
y las industrias de los somocistas. han cerrado las cantinas y los bares.
Al hombre le quedaba todavía un aliento de coraje contra la injusticia. Tal vez, el último aliento de la desesperación. Si prohiben definitivamente el guaro, el pueblo se les va a rebelar. Eso no lo aguanta el pueblo, compita; eso, no.
El pueblo, sin embargo, está conscientemente sobrio.
porque anda borracho de triunfo. El pueblo, analfabeto.
aguantando hambre, agotado de enterrar muertos, con las cicatrices de la represión aún en carne viva, carga encendido y lleno de esperanzas el corazón.
El pueblo, los guerrilleros de las ciudades, los campesinos, los indígenas de Monimbó suman un tercio del ejército victorioso, la fracción proletaria del Frente Sandinista, la que hizo la guerra a pecho descubierto, armado de bombas de contacto fabricadas con frascos de Gerber. Ay, compita, y con piedras y palos.
Un pueblo bravo y dulce, implacable y sentimental. un pueblo increíblemente heróico que no puede leer salvoconducto pero se sabe de memoria a Marx. La patria, ahora, es nuestra.
Al menos, según los primeros datos disponibles, un treinta por ciento de la tierra cultivable, expropiada a Somoza, y casi el noventa por ciento de la industria. En Nicaragua, hermano, la tierra tiembla; los hombres. Pero no hay nada de mágico ni de milagroso en el proceso político nicaraguiense. No hay ni siquiera incoherencias notables factores indefinidos. El proceso político nicaraguense puede plantearse en una ecuación matemática donde todos los valores son conocidos y la única incógnita a despejar es hacia dónde camina Nicaragua.
Para averiguar eso es preciso, primero, conocer cuál es el punto de partida, a ver qué rumbos parten de allí y hasta qué punto cardinal, y si los caminos tienen extravíos o si habrá que dar muchos rodesos para llegar a alguna parte.
UN PAIS EN BANCARROTA.
Niñas en el ejército popular.
no.
Nicaragua es un país en la más absoluta bancarrota. Económicamente, el país está muerto, en la más completa ruina. me dijo el Ministro de Finanzas del Gobiemo de Reconstrucción Nacional, Cuadra Chamorro, con un sollozo en la voz Señor Ministro. Compañero Ministro. Dígamelo en cifras, compañero.
Nuestras reservas en divisas suman aproximadamente tres millones de dólares, y eso redondeando hacia arriba.
Nuestra deuda externa se eleva a mil trescientos millones de dólares. no queda ni un solo centavo del presupuesto del Estado.
Las tribulaciones del compañero Ministro Cuadra Chamorro constituyen apenas los primeros renglones en la larga nómina de la bancarrota nicaraguense. Porque, además, el 87 por ciento de la industria está destruída, con sus instalaciones arrasadas y su maquinaria convertida por las bombas en un amasijo de hierros retorcidos; el comercio no tiene nada que vender, porque no se produce nada y sus existencias fueron saqueadas en la última semana del somocismo; la ganadería está diezmada y dispersa; los campos, abandonados. El algodón es lo más grave. No tenemos semillas.
Estamos en capacidad de sembrar solamente la tercera parte de las tierras dedicadas a ese cultivo. Hay mucha fe en que se puedan sembrar setenta mil manzanas, entre Chinandega, parte de León y parte de Masaya. el café?
Retenes por todas partes. La cosecha de café no ha sido afectada, y parece que es buena. El problema será la próxima. La falta de cultivos, podas y abonos va a incidir dramáticamente en la cosecha del año que viene.
por ciento El algodón representa tradicionalmente el de las exportaciones nicaraguenses, y un 15 por ciento el café.
UN PAIS EN CAOS.
Nicaragua es también, en este momento, un pais caótico, en donde la confusión y el desorden llegan a extremos delirantes. Con la derrota del somocismo se derrumbaron todas las estructuras vertebrales del Estado y se destruyeron en la caída. La mayoría de los funcionarios ha huido o están escondidos hasta que se vea qué sucede. Los empleados públicos ausentes han sido sustituidos a la carrera por combatientes de muy buena voluntad, que se agotan en largas y agitadas jomadas de trabajo intentando cogerle el aire a los recovecos del trámite burocrático, despachando los asuntos en papelería improvisada, desentrañando afanosamente que firmas resultan solventes y cuáles carecen de valor. todo esto en medio de una maraña de denuncias, delaciones y relevos que mantienen en vilo y a la defensiva a los funcionarios veteranos, que no mueven un dedo sin asegurarse antes de que lo van a mover en la dirección correcta.
Apenas nada que vender.
Solis lovo Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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