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LA REPUBLICA. Jueves de diciembre de 1979 111 ma UUDJUU BA. Jorge Tamayo en el arte precolombino DÖS 10 Por José León Sánchez Para esa época, en lo que hoy se llama España, no se había inventado el castellano.
Para esa época la sabidurí a estaba allende de los mares en lo que hoy es América.
Escritores ilustres, sabios de fama europeos, matemáticos de clase, no habían nacido.
El saber era de este lado. Conocimientos astronómicos, leyes de la fisica, complicados teoremas matemáticos que mil añ os después hari an famosos nombres como Copérnico, Galileo, al redescubrirlos, eran de fácil manejo para los sabios, hoy mal llamados bárbaros, ignorantes.
Para esa época estaban firmes las raíces de culturas superiores que hoy embelesan y asombran a los maestros del mundo entonces algo sucedió.
Escritores, artistas, arquitectos, ingenieros, médicos, poetas, iniciaron una peregrinación al sur, en pos de sus dioses.
Sabios que habían construido la pirámide más grande del mundo y tanto de inmensa que dentro de ella cabian holgadamente los mayores templos de la Europa Medioval. y la Gran Pirámide de Egipto!
Eran los escritores, artistas, poetas, ingenieros, sabios de Cholula. Huyeron de los Olmecas e iniciaron una peregrinación siempre al sur y siempre guiados por la Estrella de la Mañ ana. Así llegaron a lo que hoy se llama Nicoya.
Esos peregrinos cuyos conocimientos eran tan profundos que podi an dialogar con Euclides y discutirle a Sócrates, Platón, Aristóteles, habían recabado sus conocimientos de los cultos toltecas en la bien amada ciudad de Tula. Asi lo aprendimos en el Popol Vuh.
El Popol Vuh, un libro escrito cuando en toda Europa reinaba el obscurantismo y la sabiduría era propiedad de húmedas bibliotecas celosamente escondidas y protegidas por los monjes después de la caída de Constantinopla.
Constantinopla, la ciudad a donde Roma iria a quedarse ya dormida para siempre.
El Popol Vuh: una entre las miles de obras atesoradas en las bibliotecas devoradas a partir de 4 92 por el celo ignorante de los invasores.
Enseñ ar al costarricense que existe un orgullo de oro escondido en el peregrinar de sus antepasados, ha sido regla áurea en el pensamiento de grandes y estudiosos hombres en nuestro pais como Anastasio Altaro y terminando con Carlos Meléndez y el etnohistoriador don Luis Ferrero. ahora dos extranjeros, que aman nuestro pais como a nosotros los ticos nos da verguenza no amarla. Uno llegó del norte: Kurt Bachmann y el otro desde el sur: Jorge Tamayo.
Kurt, hombre moreno, limpio, con raras historias difíciles de creer como cuando a los reos de San Lucas les regaló una lancha para que pescaran el tiburón. Alegria de alegrias!
Jorge Tamayo, laureado pintor hijo de un pueblo indómito. el mismo pueblo al que los ejércitos del Inca jamás lograron vencer.
La idea fue de Kurt: rescatar el pensamiento, la idea, el color, el sentido y la sabiduria de todo lo que nos queda de aquel peregrinaje de la gente de Cholula que después fueron pipiles, después cholutecas y al final ya después 00 años de la Era Cristiana legaron a convertirse en Chorotegas.
Jorge inició una peregrinación a la inversa hasta terminar en la escondida Gran Pirámide en la Cholula de hoy.
Visitó museos, galerias privadas, comentó con mesoamericanos a los cuales originales ensen anzas jamás lograron doblegar el entendimiento.
Tamayo también leyó todo lo que se puede leer y que fue rescatado desde las manos ignorantes y fúricas del invasor. Esos mismos invasores que en una misma pira atiborraron cálculos astronómicos, tratados cartográficos, reseñ as de navegación, los secretos del cielo, la ciencia exacta de que el mundo era redondo. y todo ello junto a profesores, sus libros, sus pinturas, sus mujeres y sus hijos. así en el fuego sagrado de un pasado remoto todo nuestro arte ardió. o quizás no todo, salvando solamente lo suficiente para decirse hoy: Fueron los primeros hombres capaces de todo conocimiento, examinaron los cuatro rincones del horizonte, los cuatro puntos del firmamento y los circulos redondos de la Tierra. Kurt recogió centavos y dio inicio a una larga marcha en pos de la inspiración que iba marcando Jorge Tamayo.
En la cerámica encontró Tamayo un hermoso contacto que la sinrazón opacada por un falso entendimiento, jamás llege a vencer.
En la cerámica del Guanacaste estaba todo: era cuestiór de recibirlo con amor. veces fueron piezas espléndidas celosamente guar dadas en los bancos, pequeños tiestos con dibujos sacrificados por el tiempo, todo ello conformado con los hondos presagios del artista que ya empezaba a amar ke: nuestro como a los ticos nos da vergüenza reconocer que nc hemos sabido amarla.
Jorge Tamayo presenta hoy una labor fielmente inspirada en la tierra de colores que fue (es será) la herencia, la cerámica precolombina costarricense.
En esa cerámica está la prueba de un cielo cuyos misterios: no le eran extraños a los sabios que por miles de años preguntaron a la Estrella de la Man ana: Venus. Ahí está la prueba de su saber escribir, su saber poético, matemático y eterno.
Hasta el momento Tamayo ha realizado 0 obras y que editad en serigrafia, Kurt suen a dejar al alcance de todos los recursos del pueblo. Es un arte que viene del pueblo y debe regresar al pueblo Toltecayotl era el título de nobleza que esos peregrinos daban a los hombres como Jorge Tamayo. Artistas que habían recibido ya una educación desde los siete añ os de edad. No le llama la atención al lector? En Europa la educación escolar a los siete años fue implantada hasta después de 8 00.
Para esa época, en pos del arquitecto y el ingeniero, ibar los escultores, pintores, lapidarios de piedras preciosas y los escritores de cincel más duro que el acero hasta el dia er que los serios profesores inventaron el papel y dejando de esculpir la piedra fundaron enormes bibliotecas. como esa.
que en Texcoco ardió durante tres semanas, o como esas bibliotecas destruidas en el centro cultural que fue Nicoya.
Hemos sentido un orgullo enorme que Jorge Tamayo habite entre nosotros y una alegría multiplicada por mil ver la obra de este gran artista que, como una ocarina de plata, emite su postrer sonido sobre la ignorancia acumulada por los tiempos. Salud, artista Jorge Tamayo, noble Toltecayoti de un arte bien amado por nuestros sabios antepasados costarricenses.
iç a. JOSE SAUTER HIJOS LTDA Para equipos VOZ DE LA VICTOR estesa de DEJENOS ACOMPAÑARLO APARTADO CON NUESTRA MUSICA.
CALCULADORAS oficina 98. Mhz. FM 1079.
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