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APRENDAMOS con La RIA TECNICA. LIC. JORGE MORA PRENSA GRAFICA El cuento NUMERO semanal 491 El labrador y su sirviente Baldá nuevo.
Una vez fue al mercado un labrador. Estaba mirando y remirando las mercancías, sin decidirse a comprar nada. Era muy avaro, y todo lo hallaba carísimo. En eso se encontró con Baldá, que paseaba distraídamente. Salud, barbas. le dijo Baldá. Cómo madrugaste tanto. Qué haces en el mercado. Estoy viendo los precios de algunas cosas contestó el campesinoTambién añadió necesito un emtonces tendrás derecho a dejarlo sin puestos, hasta la última moneda. Te pleado que cocine y, además, haga de mandaré en seguida a mi nieto.
paga; así te salvarás.
carpintero y de caballerizo, pero. dónde podré hallar un servidor que buena idea. El labrador se sintió reviEra aquella, verdaderamente una Un diablo viejo salió del mar: apareció el nieto del dialbo. Era no me resulte demasiado caro. Qué haces aquí, Baldá. pre un diablillo pequeñito, su voz parecía Quedó Baldá pensativo unos instan Baldá. Un día lo llamó: vir, y otra vez pudo mirar de frente a guntó.
la de un gato hambriento.
tes, y luego dijo. Quiero retorcer el mar con la so Ven aquí, mi buen Balda. Escu ga contestó Balda y arrugaros a Salud, Baldá. Mi abuelito me orde El problema no es tan grave, pues cha: los diablos se comprometieron a vosotros, raza maldita.
na decirte que nunca hemos oído ya está resuelto: Yo te serviré bien, hablar de impuesto alguno, que eso de pagarme los impuestos mientras yo vicon empeño y corrección. Mi paga seEl viejo diablo quedó pensativo, los impuestos todavía no lo conocen va, pero se han atrasado ya tres años.
rá darte tres coscorrones en la frente Después que termine de comer, vey después volvió a preguntar: los diablos y debe de ser algún castigo al cabo de un año. Qué mal te hemos hecho para cóbrales todo cuanto me deben.
Sin embargo, no queremos Quedó a su vez pensativo el labraque nos castigues así?
Baldá no dijo nada. Concluyó su irritare, así que toma tus impuestos, y dor, tanto que tuvo que rascarse la. Cómo. No lo sabéis? No pagáis en paz. Pero antes deseo hacerte un almuerzo y se fue a la orilla del mar.
cabeza. Porque coscorrones. cosco. Se sentó en la arena, sacó una larga los impuestos a mi amo. Yo os daré, desafío: mientras preparan la bolsa rrones. Pero al fin y al cabo la cosa con el dinero, corramos una carrera alno sería tan grave, y como barato, soga y metió una de las puntas en el perros, una buena lección!
agua. Entonces empezó a retorcer la. Por favor, Baldaita, no retuerzas rededor delmar; el que gane se quedaaquello era muy barato.
otra punta.
el mar. Pronto recibirás todos los im rá con la plata.
Bien, Balda dijo. Creo que el traBaldá se echó a reír. Luego dijo to nos conviene a los dos. Ven a vivir con malicia: a mi casa, y demuestra tu empeño y. Pero tú crees que puedes compeFue Balda a vivir en la casa del latir conmigo, con el mismo Baldá? Vebrador. Pronto se hizo indispensable, remos antes si vences a mi hermanito porque si comía por cuatro, trabajaba menor; entonces podremos medirpor siete. el salario representaba tan nos. Voy a buscarlo.
poco. Encendta el fuego, enganchaba Fue Baldá a un bosque cercano, sin él. Todos en la casa lo querían, atrapó dos liebres, metió en una bolsa desde la mujer del labrador hasta el hiy regresó junto al diablillo, que trotajo más pequeño, que todavía estaba en ba ejercitándose para la carrera. Sacó la cuna. El perro le hacia fiestas en una de las liebres y dijo: Pero alguien había en la casa que. Pequeño, eres muy débil para no sentía afecto por él, alguien que competir conmigo; aquí está mi herjamás le dirigia una palabra bondadomanito, gánale si eres capaz. Vamos, sa. Era el labrador, que estaba preouno, dos. tres!
cupado porque se acercaba el moEl diablillo y la libre echaron a copagar.
rrer. Pero no fueron por el mismo caPasaron los días, la preocupación mino: el diablo corrió por la orilla del del labrador aumentó. como ya esmar; la liebre, en cambio, salió dispataba próximo el plazo, no podía corada hacia el bosquecillo y se fue a mer, ni beber, ni dormir. La frente le Luego de dar toda la vuelta, el diano aguanto más aquél tormento, y le confió a su mujer el trato blito llegó con la lengua afuera y casi con Balda. La mujer no era tonta, sin respiración adonde estaba Balda.
Se enjugaba el sudor que le cubría la le encontró un remedio. Hay una forma de evitar los tres frente y pensaba satisfecho: Ahora habrá visto Baldá quién soy yo coscorrones de Baldá. Encomiendale alguna tarea que esté fuera de su caPasa a la página 17 pacidad, y exigele que la cumpla al dedillo: él no podrá satisfacerte, y enhabilidad.
cuanto lo veía.
mento de su casa.
crujía de antemano.
Por fin pronto Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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