Vista de Ponce, ciudad de Puerto Rico LAS ANTILLAS La agricultura también influye en la vida de los habitantes: donde la principal actividad es la agricultura de subsistencia, surgen pequeñas aldeas o chozas diseminadas por el campo; en las regiones donde hay vastas plantaciones, hay núcleos sociales más importantes. En el cruce de vías de comunicación, hay burgos somnolientos o ciudades al estilo colonial, dedicadas a la vida mercantil ya la industria.
Existen también algunas ciudades en las que el cosmopolitismo de los habitantes y la variedad de estilos arquitectónicos hablan de sus progresos: rascacielos, edificios de acero y cristal, y calles de variados sentidos de circulación que contrastan con la aglomeración de casuchas y chozas que afean notablemente la periferia.
único horizonte, y asegura en gran medida la subsistencia en las islas áridas que sólo pueden dedicarse a la pesca y al pequeño comercio.
El mar es también fuente alimentaria para muchos habitantes de las islas.
Permite también la comunicación entre ellas, mediante embarcaciones figeras y facilita el comercio. Esta facilidad para el comercio ha sido uno de los factores principales del éxito de las plantaciones tropicales.
Restos del fuerte Cap Haitién (Haiti)
Existen en las Antillas variedad de climas, determinados por las diferencias de latitud, los vientos y la altura. Los períodos secos son mucho más pronunciados en el norte que en las Pequeñas Antillas; en las islas situadas a lo largo de la costa venezolana reina el clima subárido. ifere«ide relieve q«
también variedades climáticas: las temperaturas de los macizos montañosos en las Grandes Antillas son El Capitolio de La Habana más favorables que las de las zonas bajas.
La variedad de climas da lugar también a variedad de vegetaciones.
Así, en algunas zonas hay una selva Las formas de propiedad de la tieecuatorial, con abundantes bejucos rra y los tipos de cultivos son variay helechos arborescentes mientras dos, puesto que en tres siglos de hisque en otras aparecen extensiones toria se han establecido en las Antidesoladas que recuerdan, en cierto las agricultores de las más diversas modo, el desierto mexicano. En al tendencias y técnicas. Prevalecen, nagunos lugares como en la Cordille turalmente, las grandes plantaciones: ra Dominicana y en la Sierra Maestra vastas extensiones de caña de azúcar, se pueden encontrar espesos bosques interminables filas de bananos, cultivos geométricamente ordenados de café y cacao y espléndidas granjas.
En menor grado con menos técnica se cultivan también maíz, mandioca, patatas, batatas trepadoras, guiLa conquista europea destruyó a santes de Angola. También forman casi todos los aborígenes de las Anti parte del panorama agrícola los camllas. Hoy, los últimos caribes puros pos algodoneros de las regiones secas.
sobreviven en una reserva de la isla Dominica.
La atracción del paisaje antillano, atrajo a gentes de muy distintos pue.
blos: españoles, franceses, ingleses, y holandeses. Asimismo, el comercio de negros, hizo que llegaran a las Antillas muchos contingentes de africanos de diferentes regiones. Hoy constituyen la mayoría de la población.
También inmigraron a las Antillas diferentes grupos de chinos, indonesios y malayos, cuando los negros se liberaron fueron necesarios más brazos para las diferentes plantaciones.
En un lapso de trescientos años, la población autóctona fue sustituida por Templo hitdu al Dips Rami en Puerto spapor un verdadero mosaico de razas. ña (Trinidad y Tobago. Existen en las Antillas países independientes con diferentes regímenes: Cuba, con gobierno socialista; Haití, con un régimen dictatorial; Reşaklica Dominicana es república democrática; Jamaica que es una monarquia constitucional cuyo soberano es nominalmente el de Inglaterra, representado por un gobernador general; Puerto Rico que es un Estado Libre Asociado a Estados Unidos; Trinidad y Tobago que es una de las repúblicas más jóvenes de América. Cantidad de las islas antillanas son todavía colonias de otras naciones.
El archipiélago, como se ha visto, es rico en contrastes. Sin embargo, se advierte cierta unidad en el mundo antillano. La insularidad constituye, indudablemente, un factor unitario. Por doquier, el mar es el de pinos.
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