Quito. Los ecuatorianos culminaron el año 2000 con la inflación más alta de América y con fuertes ajustes económicos que han despertado la ira de los sectores sociales y sindicatos que, tan pronto acaben las festividades de Año Nuevo, comenzarán protestas contra el gobierno de Gustavo Noboa.
Pese a que Ecuador entró de lleno en abril pasado en la dolarización (sustituyó su moneda local, el sucre, por el dólar) con la promesa gubernamental de que la inflación bajaría considerablemente, cerró el año con una inflación del 91 por ciento.
La cifra, calificada como "altísima" por el propio director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Johnny Cevallos, es un récord histórico al cierre de un año y el índice más alto de América, seguido muy de lejos por Venezuela, con un 35 por ciento.
Cevallos aseguró que los precios seguirán subiendo el próximo año y los índices de este mes, cuando la inflación fue del 2,46 por ciento, no incluyeron los efectos de las fuertes medidas económicas.
Desde el pasado jueves, el precio del galón (3,8 litros) de gasolina "extra", de consumo masivo, pasó de $0,78 a $1, la "super", de alto octanaje, se fijó en $1,10 en el despacho oficial, aunque ese valor se prevé que aumentará en las estaciones de servicio.
El diesel se elevó de $0,60 a $0,78, pero el ajuste más dramático fue la duplicación del valor de la ëbombona’ de gas para uso doméstico, que era de un dólar.
A ello se sumó la elevación, en promedios de un 75 por ciento, del precio del servicio de transporte público.
El Gobierno propuso un alza salarial de $17 para los empleados privados y una suma superior para los públicos, pero el anuncio fue rechazado por insuficiente por los trabajadores, y por muy elevado, por algunos empresarios.
Los trabajadores exigen un aumento del 100 por ciento del salario y los empresarios proponen subidas no mayores a 10 dólares.
El Consejo Nacional de Salarios se reunirá la próxima semana para definir la subida de sueldo que deberá comenzar a regir el 1° de enero.
Pero, también para la próxima semana, se han anunciado movilizaciones y reuniones de los sindicatos, trabajadores, estudiantes, pequeños comerciantes, maestros, entre otros, para organizar protestas hasta que Noboa retroceda en los ajustes.
El representante del Frente Popular (FP), que agrupa a sindicatos y otras organizaciones sociales, Luis Villacís, opina que las "medidas económicas son expresiones de que en Ecuador se vive un terrorismo económico".
Por ello, el FP ha convocado, a partir del 2 de enero, a una movilización general de todas sus organizaciones: trabajadores, maestros, campesinos, estudiantes, pequeños comerciantes y sectores vecinales, envueltos ahora en un gran desencanto por los ajustes que se aplicaron.
El FP pretende coordinar acciones "para detener la política de hambre y corrupción que está vigente en el país", según Villacís, quien calificó las medidas como un "verdadero garrotazo al pueblo".
"Con o sin estado de emergencia nacional, con o sin amenazas y represión del Gobierno, nos encontrarán dando respuesta a su terrorismo económico en las calles y plazas de Ecuador", puntualizó el representante del FP en respuesta a las medidas económicas.