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La tragedia personalizada

Hecho de la semana

...7,6 grados Richter:
más de 680 muertos, 2.000 desaparecidos, 3.440 heridos, 124.000 viviendas dañadas (20.000 de ellas son ahora escombros), edificios públicos afectados, carreteras destruidas y muelles debilitados...
El Salvador no será nunca más el mismo país después del terremoto que lo golpeó el sabado 13 de enero, a las 11:33 a.m., desnudándo una vez más la fragilidad del hombre frente a la naturaleza, y dejando a los más pobres a la intemperie.
A raíz del dolor y destrucción causado por el movimiento sísmico, sentido en toda centroamérica y el sur de México, La Nación consideró a este el "hecho noticioso" más relevante de la semana.
La tragedia ha sido de tal magnitud, que las autoridades salvadoreñas han comenzado a catalogar esta como el peor desastre en la historia del país.
Mientras tanto, el resto de paises del istmo (Costa Rica incluida), naciones europeas y en el resto del continente americano se solidarizan con esta nación, y se han volcado en ayuda para los miles de damnificados.
Pero, poco se podrá hacer para sanar a corto plazo las heridas causadas por el sismo a esta, hasta ahora, voyante economía.
Ya nadie habla de las perspectivas planteadas a principio de año, de crecer un 4,5% durante el 2001 gracias a los beneficios de la reciente dolarización. Ahora todo el país solo puede pensar en la reconstrucción, y el incierto panorama que se les avecina.
Los analistas prevén un brusco incremento del desempleo, estimado oficialmente entre un 7% y 8%, y en un 35% por los sindicatos. Esto golpeará aun más al 48% de la población que vive en la pobreza.
Enorme drama
Mientras comienza a fluir la ayuda hacia el país, cientos de salvadoreños se han avocado a la triste y dura labor, de tratar de rescatar los cuerpos de los cientos de personas soterrados por derrumbes, producto del sismo.
Las autoridades están convencidas de que la mayoría de las víctinas no podrá ser recuperada jamás, y están hablando de cesar pronto la búsqueda de cuerpos.
El viernes un grupo de expertos mexicano, apodado "los Topos", que había venido a colaborar en el rescate, decidió regresar a su patria, convencidos de que ya no podrían recuperar a nadie con vida.
Desde ahora se elevan las voces por desenterrar también, y exponer, a los culpables de la mayor tragedia que vino con el terremoto, el derrumbe de un monte que sepultó casí entero al vecindario denominado colonia Las Colinas (en Santa Tecla).
Grupos de vecinos de este barrio de clase media, donde unas 300 casas quedaron sepultadas por un alud, dirigen sus dedos acusadores al gobierno, el municipio local y las contructoras.
Afirman que las autoridades dieron los permisos para edificar en el lugar. Asimismo, acusan a las compañías constructoras de haber levantadon las casas socabando los cimientos que sostenían las colinas adyacentes, según los grupos ecologistas.
Pero como muestra de que las desgracias nunca vienen solas, el volcán salvadoreño Lamatepec, en el departamento de Santa Ana, comenzó a inquietar a las autoridades y a la población en general.
Este volcán, activo desde mayo pasado, incrementó sus erupciones desde mediados de la semana, y el viernes arrojó material incandecente, según alertaron vulcanólogos salvadoreños.

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