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Hárold Leandro C. hleandro@nacion.com Redactor de La Nación
Olman Oviedo representa con fidelidad el pensamiento que reina en un equipo "pequeño" que lucha por mantenerse en la cima. Máximo anotador del actual certamen con ocho goles, no tiene palabras disonantes ni poses.
Con sus manos en la cintura, más bien se escuda en el trabajo que desarrolla todo el plantel de Santos para explicar no solo el buen momento del club, sino el propio como rey en las redes ticas.
De 27 años de edad, ayer sumó su octavo gol al minuto 13 contra Carmelita.
Y pudo haber llegado a nueve si no hubiese fallado un penal señalado a los cuatro minutos, por falta ante Kurt Bernard.
Su remate fue perfectamente adivinado por Osbel Villalobos.
Con su diana ante un pase perfecto de José Francisco Alfaro, remató incómodo para vencer al portero Villalobos, supera en tres a sus inmediatos seguidores: Jacob Sloth Bennedsen (Cartaginés); Álvaro Saborío (Saprissa) y Whayne Wilson (Herediano).
"Gracias a Dios salimos con los tres puntos", fueron sus primeras palabras tras el pitazo final, todavía en el zacate del Eliécer Pérez, de Sarchí.
La humildad no es privativa de ilusiones y por eso, Oviedo se hace eco del clamor de un equipo como Santos.
"No hay duda de que queremos el título de Costa Rica, algo que no creemos un imposible".
Olman aseveró que lo conseguido hasta el momento por su equipo líder solitario con 23 puntos en 11 juegos, no es obra de la casualidad.
"Aspiramos a ser campeones, a romper mitos, como los que ya logramos al vencer a Saprissa en su campo. Por eso entrenamos cada día como si jugáramos el partido de nuestra vida".
Nativo de Calle Blancos en Goicoechea (San José), Oviedo dio sus primeras patadas en el equipo Compañeros de Tibás.
Pasó por las ligas menores de Alajuelense y ya en Segunda División militó con Goicoechea, equipo con el que ascendió a Primera División.
Arrancó su fase internacional con un paso fugaz por el Deportivo Independiente de Medellín (DIM, Colombia), donde militó mes y medio.
Luego se marchó a Guatemala para jugar con Cobán (donde fue compañeros de Juan Carlos Arguedas, Michael Myers, todos dirigidos por el uruguayo Julio César Pocho Cortés), y en el Carchá.
De tanto insistirle, habló de su condición de goleador.
"Es importante, pero solo si se mira desde la óptica del trabajo en grupo. Todo lo hago en función del equipo, donde no hay espacio para las individualidades".
Agregó que si tiene la posibilidad de conseguir goles es porque el equipo las creaba.
"Está muy claro para mí y para Santos que la meta no es que yo sea goleador, sino que el equipo consiga el título".
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