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A finales del año pasado, Eduardo (nombre utilizado para proteger la identidad de la víctima), un joven que reside en Montes de Oca, perdió la vista.
El consumo de una dosis de cocaína, revuelta con polvo de fluorescente, le produjo una severa reacción.
"El muchacho compró la dosis en un negocio, cerca de la Universidad de Costa Rica. El caso está denunciado", comentó el comandante de Montes de Oca, Eliécer León.
Ese antecedente preocupa a la Policía Judicial y le hace temer que los dos jóvenes fallecidos ayer pudieran haber comprado cocaína contaminada; es decir, mezclada con otras sustancias para darle volumen.
“En ese caso, en cualquier momento podrían aparecer otras víctimas mortales”, advirtió un agente del OIJ.
Los moradores cuyas casas colindan con la UCR no se cansan de solicitar ayuda a las autoridades. “Yo nací en este lugar, pero las cosas han cambiado mucho. Aquí ya no se puede dormir. Se vende demasiado licor y por todas partes hay droga”, se quejó una vecina.
Mucho trabajo
Eliécer León, jefe de la Policía de Montes de Oca, lamentó que pese a los golpes de los últimos dos meses –las autoridades desmantelaron un laboratorio y allanaron la principal venta de cocaína–, los vendedores no se han alejado.
“Ayer (el jueves) decomisamos 22 puntas de cocaína y 15 piedras de crack . Todos los días decomisamos de 30 a 40 cigarrillos de marihuana. El trabajo se hace, pero muchos vendedores regresan a la calle muy rápido”, se quejó el jefe policial.
También arremetió en contra de la gran cantidad de negocios que tienen patente de restaurante, pero funcionan como bares.
Para hacer frente al problema, el Ministerio de Seguridad Pública reforzará la delegación con 10 hombres.
Además, contará con dos motos y dos patrullas nuevas, refuerzos que están aprobados desde hace varios días.
El comandante se comprometió a aumentar la presencia de policías en la calle de la Amargura, que en los últimos dos meses recobró protagonismo a raíz de dos sonados golpes de la Policía de Control de Drogas (PCD).
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