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La Paz, 9 may (EFE).- Con escasa participación se realizó hoy en Bolivia una jornada por la paz, convocada por un grupo independiente que enarboló banderas y cintillos blancos para expresar su rechazo a la violencia como medio para reclamar atención del gobierno.
La movilización, inédita en el país, se cumplió en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Sucre como respuesta a la conflictividad social que vive Bolivia desde hace varios años y que ha causado decenas de víctimas en enfrentamientos en las calles.
En la sede del gobierno, un millar de personas acudió al llamado del grupo "Somos Bolivia, queremos paz", en la plaza San Francisco, escenario de la mayoría de las concentraciones sindicales y también de enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden.
Con banderas, pañuelos y cintillos blancos los concentrados pidieron el cese de las acciones violentas y la adopción del diálogo como mecanismo de discusión ciudadana.
En algunos carteles había leyendas como "democracia es paz", "que Bolivia no muera", "tenemos fe en Bolivia" y "la paz es justicia".
Una de las líderes del movimiento, la abogada Pilar Soruco, declaró que el objetivo de la asociación es "manifestar el hartazgo y el repudio a la forma como se están manejando los problemas que atañen a todos los bolivianos, sin excepción".
"Es una convocatoria a resistir y contrarrestar el permanente chantaje de que somos objeto por los excesos del poder político y sindical, así como las inconductas de quienes no pagan impuestos", manifestó.
En un documento, los organizadores defendieron su derecho a "construir el país, trabajando unidos y con decisión" en un movimiento que aglutine a hombres y mujeres de Bolivia, independientemente de sus creencias.
Una representante de los Centros de Madres del municipio paceño, Celina Tapia, intervino para reclamar el fin de los "bloqueos", como los que han caracterizado la vida en esta ciudad los últimos dos años.
"Vayamos por el camino del diálogo", pidió Tapia al insistir en que las mujeres están cansadas de tanta violencia. "Queremos trabajar y llevar el pan de cada día a nuestros hijos", señaló.
Otra mujer, Gloria Morales, dijo sentirse aliviada por expresar su pensamiento después de un largo periodo en el que sólo escuchó llamados a la violencia y al enfrentamiento.
"Ha llegado por fin el momento en que podemos expresarnos los que no teníamos representación" en las organizaciones populares, indicó.
Un campesino, Ronald López, que dijo llegar de El Alto, tomó el micrófono para relatar "lo mal" que lo pasaron en octubre pasado en esa ciudad vecina a La Paz, donde se produjeron las protestas más radicales el año pasado hasta causar la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
"Hemos sufrido mucho. No queremos que se repita lo mismo. Los hermanos campesinos también queremos paz, pero las autoridades no escuchan", se quejó.
La concentración no estuvo exenta de discusiones y hubo quienes hablaron para denunciar que esta iniciativa está dirigida por "gente rica" y "acomodados" que viven en la zona sur de La Paz.
Ante la manifestación se leyó una carta del Premio Nobel de la Paz costarricense Oscar Arias, en la que expresa su esperanza porque su mensaje "pueda sumarse al esfuerzo de devolver al pueblo boliviano el sosiego y la reconciliación que tanto necesita y merece".
Varios grupos de música animaron la concentración de los pacifistas que, al mediodía, cumplieron un minuto de silencio y escucharon el himno nacional boliviano.
La manifestación fue cerrada con una marcha de los asistentes desde la Plaza San Francisco hasta el paseo El Prado. EFE
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